En mis anotaciones variopintas me he topado esta mañana con unas referencias legislativas locales vinculadas a la música callejera y a la convivencia ciudadana. Me imagino que procedan de algún apunte que en su día me sugirió el añorado Joaquín Fiz, Tato, en su denso, interesante e inacabado -una pena- trabajo sobre las murgas y las coplas de Ciudad Rodrigo. Como quiera que tiene su aquél, y a pesar de que legislar y su letra no son ningún atractivo para el común, retomó aquello que escribí en enero de 2006 y que fui recogiendo de las distintas ordenanzas con que ha contado nuestra ciudad, especialmente las de 1864 y 1904, referidos todos esos apuntes a la regulación de los bailes públicos en sala, a la música de calle, a los músicos, a los ruidos y a la necesaria convivencia, evitando molestar a los vecinos.
sábado, 10 de octubre de 2015
sábado, 3 de octubre de 2015
"El artillero misterioso"
Todavía no he conseguido tener entre mis manos un ejemplar de esta publicación. Tan solo puedo conformarme con una fotocopia, además incompleta, del libro del que me voy a ocupar hoy, un opúsculo más bien que no alcanza las 80 páginas, escrito por un procurador de los tribunales natural de Aldea del Obispo y que tuvo arraigo en distintas localidades, entre ellas Ciudad Rodrigo, Ledesma o Vitigudino, para ejercer su labor profesional. El libro en cuestión lleva por título El artillero misterioso o glorias y sentencia de Ciudad Rodrigo. Fue impreso en 1888 en Vitigudino, en los talleres de Isidoro Hernández, que estaban ubicados en el número tres de la calle del Amparo. El nombre del autor, una persona con profunda convicción religiosa, es Vicente Santos Blanco.
sábado, 26 de septiembre de 2015
Tasación y derribo de decenas de casas para favorecer la fortificación en 1708
No es la primera referencia que sobre este tema aporta el blog. En la cuarta entrega de los apuntes sobre la fortificación de Ciudad Rodrigo me referí al auto promovido por el brigadier Pedro Borraz o Borrás -sería mariscal de campo al año siguiente- en marzo de 1708, poco después que las tropas aliadas recuperaran la plaza fuerte mirobrigense, en manos de los austricistas desde el 25 de mayo de 1706 y que fue reconquistada el 4 de octubre de 1707 para la causa de Felipe V y, por ende, la instauración de las monarquías borbónicas en España. En aquel post hice referencia al citado auto firmado por el gobernador de la plaza rodericense, Pedro Borraz, encomendando al ingeniero mayor de dicha plaza de armas, Juan Muñoz de la Ruesta, un inventario y tasación de las casas que debían ser derribadas para favorecer la fortificación, tanto fuera como dentro de murallas.
domingo, 13 de septiembre de 2015
Dictamen para la declaración de Ciudad Rodrigo como "monumento histórico-artístico" (y II)
Para cerrar el capítulo abierto ayer con la primera entrega de este post, inserto la segunda parte del dictamen elaborado por el equipo de Elías Tormo, de la Real Academia de la Historia, que sirvió de base para la declaración de Ciudad Rodrigo como "monumento histórico-artístico", en virtud del decreto del general Franco datado el 29 de marzo de 1944 que fue insertado en la Gazeta de Madrid el 9 de abril de ese mismo año.
sábado, 12 de septiembre de 2015
Dictamen para la declaración de Ciudad Rodrigo como "monumento histórico-artístico"
La Alberca está celebrando este año el 75 aniversario de su declaración como conjunto monumental. Fue la primera localidad de España que consiguió esa distinción. Lógicamente, en virtud de la efeméride, el hecho referencial ocurrió en 1940, concretamente en septiembre. Por un hecho luctuoso, un accidente de tráfico, no se pudo desarrollar el conjunto de actos previstos para los pasados días 5 y 6 de septiembre, posponiéndolos para otro momento. Viene a colación este recordatorio, esta introducción, para asentar el post de hoy, que estaría en la misma línea de la efeméride albercana. Me refiero a la declaración de Ciudad Rodrigo como "monumento histórico-artístico", figura que prefirió el académico Elías Tormo en vez de la de "pueblo artístico", denominación que propuso la Junta Provincial de Monumentos de Salamanca para que esta localidad fuera protegida en su conjunto monumental.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Antecedentes y desarrollo del Carnaval de 1917 (y II)
Estamos en 1917
y “han dado comienzo las célebres fiestas del Carnaval mirobrigense con un
tiempo espléndido”, explica Moreno en El
Adelanto. Desde la siete de la mañana la gente empieza a coger sitio en la
Plaza Mayor para presenciar el encierro del ganado, perteneciente al ganadero
Marino Risueño Bernal. “Los toros son de buena presencia. A las once da
principio la prueba, que es presidida por el primer teniente de alcalde, D.
Emeterio Pacheco, estando abarrotados de público todos los tendidos, luciendo
sus habilidades varios aficionados al arte taurino”.
sábado, 5 de septiembre de 2015
Antecedentes y desarrollo del Carnaval de 1917 (I)
El desarrollo de
la I Guerra Mundial, con la neutralidad española, mostraba también sus
consecuencias en Ciudad Rodrigo. España vivió en este año de 1917 una crisis con varios
frentes abiertos, manifiestos en la época estival, que hicieron peligrar al propio
gobierno y al sistema de Restauración instaurado por Cánovas y Sagasta: un
movimiento militar con la creación de las novedosas juntas de defensa; el
desafío político incentivado por la burguesía catalanista que cuestionaba las
bases del sistema ideado por conservadores y liberales a finales del siglo XIX
y que se concretó en una asamblea de parlamentarios considerada sediciosa por
el jefe del gobierno, Eduardo Dato; y un movimiento social que desencadenaría
una huelga revolucionaria en agosto, aplacada por el gobierno con una
intervención militar en Cataluña y, entre otras iniciativas, la implantación de
la censura previa en la prensa.
sábado, 29 de agosto de 2015
Visita a Villar de los Álamos para comprar los toros de la Feria de Mayo de 1909
El invierno no
es favorable para la organización de los festejos taurinos. Incluso, si nos
atenemos a lo que ocurriría más adelante, en los primeros meses de 1909, el
coso del Hospicio se desmontó –el Ayuntamiento necesita el maderamen para
cerrar el cuadrilongo carnavalesco-. No obstante, volvió a levantarse en los
meses siguientes si nos atenemos a la solicitud que resuelve el gobernador
civil para la celebración de un festejo taurino el día de San Isidro Labrador,
una petición que realiza el alcalde en nombre de la “clase agrícola”. Y lo hizo
casi simultáneamente a otra solicitud cursada a mediados de marzo por
empresarios locales cara a la celebración de la Feria de Mayo en donde vuelven
a solicitar al Ayuntamiento el cierre de la plaza con las maderas utilizadas
para las corridas de Carnaval, atendiendo, dicen ellos, a la “conveniencia de
fomentar esta clase de festejos”. Se accede, una vez más, a lo solicitado, pero
“siempre que respondan dichos contratistas de las faltas y desperfectos que en aquel
[el cierre de la plaza] pueda haber”, dejando entrever que el celo en el cuidado
y mantenimiento del maderamen se había alejado de lo previsto.
domingo, 23 de agosto de 2015
Fuga novelesca de dos monjas del convento de las Descalzas en 1866
Viene a colación hoy un capítulo que, desde mi punto de vista, serviría perfectamente de guión para una novela, incluso para el rodaje de una película. Los hechos tuvieron como escenario inicial Ciudad Rodrigo y, concretamente, el convento de las Franciscanas Descalzas, ubicado entonces en la denominada plazuela del Campo del Trigo, hoy dedicada al poeta local Cristóbal de Castillejo, y que trocaron sus dependencias en cárcel pública y desde hace unos años en residencia de mayores. La historia se concretó en el mes de junio de 1866 y tuvo como protagonistas directos a dos monjas de clausura -sor Francisca de Sales y sor María del Niño Jesús-, un oficial de la alcaldía -José Acisclo Hernández- y un ratero que respondía al apodo de El Ratón. Todos ellos promovieron y organizaron la fuga novelesca de las citadas dos monjas, una acción que tuvo resonancia nacional y que hizo intervenir a eclesiásticos y seglares durante el tiempo en que se tardó en zanjar esta peculiar aventura.
sábado, 22 de agosto de 2015
Polémica con ganaderos guinaldeses por un encierro del Carnaval de 1864
No suele ser frecuente en la organización de los antruejos mirobrigenses que hubiera problemas con la presencia, calidad o número de las reses que participaban en los encierros de Ciudad Rodrigo. Pero hace unos 150 años, concretamente en 1864, se produjeron unos incidentes que tuvieron ocupado al consistorio presidido por Juan Arias Girón. El 20 de enero
se habían firmado los contratos para que los ganaderos facilitasen las corridas
de novillos del antruejo de 1864. Los comisionados municipales habían sido los
regidores Pedro María Cascón –perito agrónomo de profesión-, Manuel Valías
–orive- y Domingo Sánchez –labrador-. En el contrato se comprometían 10
novillos de los que al menos ocho deberían entrar en la plaza. Si así fuere, se
les abonarían mil reales por corrida y si hubiera alguna mengua, se
prorratearía dicha cantidad.
domingo, 16 de agosto de 2015
Pleitos por el callejón del toril de la Plaza Mayor, hoy quiosco de prensa
A lo largo de
1875 el consistorio tuvo que velar en varias ocasiones por la integridad física
y el usufructo del local que desde al menos mediados del siglo XVIII[1]
servía de toril para los festejos taurinos del Carnaval[2]. Pero
previamente, en concreto el 3 de mayo de 1867, Francisco Forns Pascua,
propietario del inmueble número uno de la calle de La Colada, eleva una
instancia al ayuntamiento en la que pone de manifiesto los perjuicios que le
está provocando la situación del corral del toril, un callejón que posee esa ilustre corporación, corto, estrecho y sin
salida[3], y
sobre el que tiene servidumbre de luces, aprovechamiento que también disfrutaba
Fermín de la Fuente, propietario de la vivienda ubicada en el número 17 de la
Plaza Mayor.
sábado, 15 de agosto de 2015
Galería de ilustres mirobrigenses: Pablo y Toribio Cáceres de la Torre
Quiero rescatar hoy la memoria de dos ilustres mirobrigenses, dos hermanos procedentes de una linajuda familia de Ciudad Rodrigo que han dado nombre a una de las calles señeras del casco histórico rodericense. Me refiero a la familia de los Cáceres y en concreto a dos de sus miembros más destacados por su faceta científica, como son Francisco Pablo Joaquín Cáceres de la Torre y su hermano Toribio, al que ya hemos citado en alguna ocasión por sus vínculos con el proyecto y construcción del pantano del Águeda.
domingo, 9 de agosto de 2015
Cambios en la adjudicación de los tablados en 1926: de la subasta al sorteo
Una polémica
sobre el festejo taurino en el inicio de la Cuaresma de 1926 –me refiero al Miércoles de
Ceniza, polémica de la que ya he escrito en varias entradas- convivió con otra situación que generó más controversia si cabe, tanto
en el seno de la corporación como entre los afectados, especialmente el gremio
de carpinteros. El concejo había decidido sustituir la tradicional subasta de
los tramos de tablados por un sorteo entre los vecinos interesados y que contasen
con la preceptiva cédula personal[1].
sábado, 8 de agosto de 2015
La Declaración de Ciudad Rodrigo de 1971 en defensa del patrimonio arquitectónico
Uno que anda siempre pendiente del patrimonio monumental y natural, de su conservación, rehabilitación y proyección, no puede obviar que Ciudad Rodrigo fue un referente en esta materia en la primavera de 1971, cuando un grupo de técnicos, alcaldes de centros históricos, responsables de la extinta Comisaría del Patrimonio Artístico Español y otras personas redactaron la denominada Declaración de Ciudad Rodrigo, un decálogo en el que se afirmaba, en líneas generales, que la salvaguarda del patrimonio
cultural exige una estrecha colaboración entre los organismos de control
nacional y los locales. O que era y es preciso, asimismo, hacer intervenir en estos
problemas a los propios habitantes, incluso desde el punto de vista de la
planificación, hecho que lleva implícita la necesidad de una labor formativa
previa. La resolución del problema de infraestructuras y el establecimiento de
una política de subvenciones, préstamos y ayudas fiscales, se considera
imprescindible. La Declaración de Ciudad Rodrigo forma parte de la serie de cartas internacionales en defensa del patrimonio cultural, iniciadas por la conocida Carta de Atenas (1933) y la Carta de Venecia de 1966. Después de la Declaración de Ciudad Rodrigo surgieron la de Bolonia (1974) y la Carta de Machu Picchu (1977). Todos los planteamientos que figuraban en esas cartas y declaraciones fueron recogidos definitivamente en las Cartas Europeas de Patrimonio y Ordenación del Territorio, que se iniciaron en 1978 con la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico, "donde se define que el Patrimonio está formado, no
sólo por nuestros monumentos más importantes, sino también por los conjuntos
que constituyen nuestras ciudades antiguas y nuestros pueblos tradicionales en
su medio ambiente natural o construido. La conservación integrada exige la
elaboración de medios jurídicos, administrativos, financieros y técnicos. Y,
por último, en la Carta
Europea de Ordenación del Territorio, de 1983, se afirma que
la puesta en valor del patrimonio arquitectónico, de los monumentos y de los
sitios, debe estar integrada en una política general de Ordenación del
Territorio y del Urbanismo", según se resume en una entrada de la recurrente Wikipedia.
domingo, 2 de agosto de 2015
Dificultades y controversia en un festejo taurino de 1910
En el mes de agosto de 1910, el conocido novillero valenciano Pelegrín Pertusa, El Pintao, que residía en Ciudad Rodrigo, deja entrever que se va a convertir en empresario para
organizar un nuevo festejo taurino. Ya es anunciado en el número 382 de La Iberia :
“El inteligente y simpático novillero Pelegrín Pertusa (Pintao) está organizando una novillada para la próxima feria de
este mes, para lo cual está llevando a cabo los trabajos preliminares, como son
el conocer la voluntad, traducida en
moneda del comercio e industria de la ciudad, ganado y cuadrilla. De lo primero
anda la cosa algo atrasada y respecto a lo último cuenta con la colaboración
del célebre espada Juan Púa[1], Puita, que tomará parte en la corrida
con su correspondiente cuadrilla. El otro espada será el amigo Pelegrín, el que
ha reunido, para que le acompañen, unos muchachos de primera”.
sábado, 1 de agosto de 2015
Una carta sobre los acontecimientos de 1808 en Ciudad Rodrigo y su entorno
La pasada semana recordé los acontecimientos que desencadenaron el asesinato del que fuera gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo Luis Martínez de Ariza. En esta ocasión quisiera ofrecerles un documento vinculado a estos sucesos, pero que, además, hace referencia a las noticias y acontecimientos que protagonizaron las tropas españolas, inglesas y portuguesas en su lucha contra el ejército napoleónico en un determinado plazo de tiempo, concretamente entre el 4 de mayo y el 2 de octubre de 1808, y unos espacios determinados: Ciudad Rodrigo y sus alrededores, el Fuerte de la Concepción y la plaza fuerte de Almeida, en Portugal.
domingo, 26 de julio de 2015
En torno al Carnaval de 1890
Un año movido en
muchos aspectos. Sanidad, incendios, preparativos de las elecciones de distrito
e incluso un pequeño temblor de tierra que se dejó sentir el 12 de enero fueron
elementos que marcaron el inicio de 1890.
sábado, 25 de julio de 2015
El asesinato de Ariza y los sucesos del 10 de junio de 1808
Ciudad Rodrigo no fue ajena en 1808 a la llamada de la
sangre. El levantamiento del 2 de mayo en Madrid, sofocado por Murat, había
sido el detonante para el despliegue de una rebelión popular como respuesta al
amiguismo, rayano con la felonía, que a los ojos del pueblo abanderaba Manuel
de Godoy, el Príncipe de la Paz,
valido de Carlos IV, en la antesala del motín de Aranjuez que llevaría a
Fernando VII al trono real.
domingo, 19 de julio de 2015
Una novillada benéfica en 1907
El 2 de junio[1] de 1907 se organiza una
novillada en la plaza provisional del Hospicio, una especie de capea con remate a espada, a beneficio del asilo de
ancianos. En esta ocasión el cronista responde al apodo de Fatigas y se luce,
se explaya más bien, a gusto con la crónica, en donde el peor parado será el
presidente, Lorenzo Roldán[2], el
alcalde accidental por los achaques del titular, Clemente de Velasco: “¿V. S.
se cree que presidir una corrida es lo mismo que una sesión del Ayuntamiento en
que todo marcha como las propias rosas? No señor. ¿Sabe V. S. los avisos que se
han de dar y el tiempo que ha de mediar de uno a otro para decretar el
desahucio? ¿Ha oído hablar V. S. de un reloj de arena y otras formalidades?
Pues hay que enterarse, porque las fiestas taurinas están reglamentadas y la
mala dirección puede ser causa de un conflicto”, le espeta, con golpes
directos, el crítico al presidente del festejo.
sábado, 18 de julio de 2015
Pliego de condiciones para la erección de la capilla de San Isidoro
Hace unas
semanas, en la sección de ilustres mirobrigenses, dediqué algunas líneas a
Diego de Guzmán de Silva, un diplomático rodericense que fue, entre otros
destinos y cometidos, embajador de España en Inglaterra o Venecia. A su muerte,
como ya dije, dejó un codicilo en el que señalaba la reconstrucción total de la
iglesia advocada a San Isidro o Isidoro, ubicada en lo que hoy es plaza del
Conde y en su día fue campo o plaza de San Isidoro. Una encomienda que asumiría
su sobrino Antonio Nieto de Silva y que se concretaría en las disposiciones y
condiciones de un contrato[1] que
se firmó con el maestro de cantería Juan de Balbás el 7 de octubre de 1598 para
que se concretase la erección de la referida capilla en virtud del
correspondiente pliego de condiciones, entre cuyos puntos se estipulaba que la
obra debería estar acabada el 29 de septiembre de 1600. Sin embargo, como suele
ocurrir, los trabajos se extenderían algunos años más.
sábado, 11 de julio de 2015
El Carnaval de 1934
Como era
habitual, un mes antes de la celebración de las carnestolendas el consistorio
acuerda la formación de una comisión que gestione todo lo concerniente a la
organización del Carnaval de 1934. La integrarán el propio alcalde, Juan del
Valle Santamaría, Aquilino Moro Ledesma y Severino Pacheco Diego. Poco después
trascienden los primeros acuerdos, que mantienen prácticamente la línea seguida
en los años precedentes. Por ejemplo, se establecen los premios para los
distintos concursos, primando el de carrozas para el que se destinan, en total,
650 pesetas –finalmente serían 600-. También se avanzan los carteles, que
quedarán definidos en los días siguientes con la correspondiente emisión
publicitaria –aparte de los carteles, se editará un folleto sufragado con
publicidad[1]-,
aunque falta por conocer la procedencia de los novillos, ya que solo se conoce
la aportación habitual de Severino Pacheco.
sábado, 20 de junio de 2015
Los bienes de la parroquia de San Cristóbal en 1842
Por no ser reiterativo, quisiera que tuvieran presente el artículo que hace algún tiempo inserté en este blog sobre el inventario de alhajas de la iglesia de San Juan, que como saben ocupaba la parte derecha, la más nueva, de la Casa Consistorial. Siguiendo en esa misma línea de la reforma iniciada en 1842 sobre la demarcación eclesiástica en el término municipal de Ciudad Rodrigo, conocida también como reordenación parroquial, se hizo el inventario de bienes de las distintas iglesias afectadas por esta iniciativa, con representantes del ayuntamiento y de las parroquias afectadas. Si en su día ya expuse la afectación que tuvo la iglesia de San Juan, enumerando todos los bienes que atesoraba en su interior, hoy quiero ofrecerles el inventario de alhajas, ropas, libros y otros bienes muebles con que contaba la iglesia de San Cristóbal el 9 de marzo de 1842, cuando era rector beneficiado de dicha parroquia el prebendado Manuel Quadrado. Y, siguiendo pautas anteriores, les transcribo el documento en el que, si obran y leen con detenimiento, conocerán como pudo estar dispuesta la organización interna, el aspecto interior del templo a mediados del siglo XIX.
lunes, 8 de junio de 2015
Pedagogía periodística para explicar la esencia del Carnaval mirobrigense
Había interés
provincial –siempre lo hubo, de alguna manera- por el Carnaval del Toro de
Ciudad Rodrigo tras el inicio del siglo XX. La liturgia carnavalesca parece que
no era del todo entendida por los lectores de la prensa salmantina –este año
convivían en la capital tres diarios con vocación provincial: El Adelanto, El Lábaro y El Castellano-,
al menos eso parece indicar el ejercicio de pedagogía que realizó Manuel Rubio[1],
redactor puntero de El Adelanto, en
las páginas del diario del 7 de marzo. Describe espacios, preparativos,
festejos... definiendo su esencia y tradición para que el lector recree los
escenarios y las vivencias que acogen. Todo ello, sin duda, enarbolando una
fiesta que se estaba convirtiendo en una referencia para toda la provincia y,
por supuesto, allende la geografía salmantina.
domingo, 7 de junio de 2015
Fundación del convento de las descalzas en Ciudad Rodrigo
El próximo primero de agosto se cumplirán 410 años del acta fundacional del convento de las franciscanas descalzas en Ciudad Rodrigo, ubicado primero en la parte derecha, mirando desde la calle Madrid, de lo que hoy es la Plaza del Conde. Ese frontal de viviendas y negocios, incluido parte del patio adosado a la muralla del Palacio de Montarco, estaba en aquel momento ocupado por las dependencias del cenobio franciscano que fundó Inés Pacheco, viuda de Rodrigo Maldonado, y con la intercesión de Antonio Nieto de Silva, patrono que fue de las capellanías y memorias de Diego de Guzmán de Silva -a quien ya hemos dedicado un somero artículo-. En ese momento, en 1605, se estaba construyendo la capilla de San Isidoro, el inmueble con piedra de sillería que hace esquina con la calle Madrid, obra encomendada al maestro Juan de Balbás y de la que escribiré en otro post en su día para que se aprecien las características del proyecto y de su ejecución, aunque en el documento que insertaré como aval fundacional del convento de las descalzas se hacen algunas referencias al respecto, que sin duda son complementarias del contrato suscrito entre el citado Antonio Nieto de Silva y el maestro Balbás.
viernes, 5 de junio de 2015
Regulación de los festejos taurinos en las ordenanzas municipales de 1904
A los avatares
propios de la mudanza de la Corporación municipal y de la diáspora de servicios públicos[1]
ocasionadas por las obras de ampliación de la Casa Consistorial –el Consistorio
tuvo que refugiarse primero en la antigua audiencia, vendida para sufragar
dichos trabajos[2], y posteriormente en el
inmueble del otrora Asilo de Ancianos Desamparados, cedido gentil y provisionalmente
por el administrador apostólico de Ciudad Rodrigo, José Tomás de Mazarrasa-, el
Ayuntamiento mirobrigense sumó para este Carnaval de 1904 –se desarrolló entre
el 14 y el 16 de febrero- una nueva normativa específica sobre los festejos
taurinos de las carnestolendas que venía a sustituir a otras ordenanzas aprobadas
el 6 de diciembre de 1862, durante la alcaldía de Juan Arias Girón, licenciado
en jurisprudencia y bachiller en Filosofía.
jueves, 4 de junio de 2015
El salón de baile de la Sociedad de Bomberos en la calle Madrid
A principios de 1913, y siguiendo la obligada normativa estatal, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo tuvo que inspeccionar y elevar el correspondiente informe sobre las características de los distintos espacios destinados a espectáculos públicos. Uno de ellos fue el baile de bomberos, sociedad que tenía su sede en la calle Madrid, en lo que hoy es el edificio referencial del desaparecido Cine Madrid. En ese momento ocupaba la alcaldía el médico Ángel Mirat y Villar, quien, cumpliendo con la legislación vigente, encomienda a los servicios técnicos municipales la redacción del correspondiente informe, en el que se detallan las dimensiones del espacio destinado a salón de baile y representaciones teatrales, los vanos y los accesos, así como una descripción del inmueble, con fachadas exentas en sus límites para facilitar la evacuación de aguas y facilitar luces al edificio.
![]() |
Exhibición del Cuerpo de Bomberos Voluntarios en la Plaza Mayor |
El inmueble, además de dar cabida a espectáculos públicos -el baile estaba limitado a la concurrencia de 66 parejas simultáneamente- contaba con otro espacio, al final, en el que se acumulaba todo el material disponible para el servicio de bomberos. Asimismo, como prevención ante la tesitura de que se produjese un incendio, existía un aljibe que facilitaría el suministro necesario de agua para sofocar el fuego.
Por otra parte, la ventilación del salón se hacía a través de dos grandes ventanas, que servían, junto con dos claraboyas, para dar luz natural. La artificial llegaba a través del fluido eléctrico y si éste fallaba, como solía ocurrir, se contaba con bujías de esperma de ballena que garantizaban, de alguna manera, seguir con los espectáculos.
Pero veamos, a la letra, el contenido del referido informe sobre el parque de bomberos que acogían unos bailes públicos de gran atractivo para los mirobrigenses: El parque de bomberos voluntarios
de Ciudad Rodrigo está emplazado en un edificio propiedad del Ministerio de la
Guerra, situado en la calle de Madrid.
Dimensiones.-
Consta de un salón en planta baja que mide 32,30 m por 8,40 por 5,00
de alto, en cuyo salón se encuentra depositado todo el material de incendios
que posee la Sociedad Humanitaria de Bomberos.
La
fachada principal tiene una puerta de entrada y dos ventanas de 2,80 y 1 respectivamente;
entre las dos fachadas laterales y las casas colindantes existe un rondín de
1,20 y 1,00, cada uno destinado a servicios de aguas y luces; y la fachada
posterior tiene dos ventanas que dan a la calle del Sepulcro.
Los
32,30 m
se destinan 5 metros
a vestíbulo-portal, separados del salón con bastidores y lienzo; 16 m se destinan a salón de
baile y teatro infantil, arrojando un volumen la parte destinada a baile a 400 m , pudiendo admitir 66
parejas en el baile. El aire del salón puede ser renovado por dos grandes
ventanas que tiene la fachada izquierda y al salón se le manda luz por dichas
dos ventanas y dos claraboyas.
Tangente
a la división del salón de baile hay construido un escenario sobre castillete
de madera en el cual representan las funciones infantiles; y a continuación se
encuentra depositado todo el material de incendios.
El
alumbrado del salón se hace con fluido eléctrico y el supletorio con bujías de
esperma.
En
el salón y en un marco hay un plano de la planta del edificio en escala de
1/100 para cumplir lo dispuesto en el reglamento de teatros.
Cerca
del escenario hay un aljibe con la cantidad de agua que haciendo funcionar la
magnífica bomba aspirante e impelente, quedaría sofocado en el acto un incendio
caso de producirse.
Teniendo
en cuenta las dimensiones del salón y la puerta de entrada, si esta se hace que
abra para fuera, pueden representarse espectáculos públicos con seguridad de
que en caso de incendio queda desalojado el salón en muy pocos minutos.
Es
cuanto puedo manifestar e informar a V. Sin embargo, con su superior criterio,
teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, resolverá lo que crea más
acertado.
Ciudad Rodrigo, 10 de
enero de 1913
miércoles, 3 de junio de 2015
Incidentes en el encierro del Martes de Carnaval de 1903
El último día
del antruejo de 1903 siguió con la tónica de percances que se habían registrado durante los festejos del Lunes de Carnaval. Se corrieron novillos
del vecino mirobrigense Juan Aparicio López, ganado “bravo y de poder” que
causó “varias desgracias”, señala el corresponsal de El Adelanto. “Un magnífico toro negro, hermoso ejemplar de raza,
cogió a un aficionado conocido por Maine[1] y le
produjo una gravísima herida, atravesándole el muslo izquierdo con sección de
órganos importantísimos. El desgraciado trató de poner un par de banderillas y
al salir de la suerte no tuvo donde refugiarse por estar las barreras ocupadas
por espectadores, siendo recogido por la res que le dio la tremenda cornada, de
la que se halla agonizante en el hospital. La primera cura fue hecha,
cuidadosamente, por los doctores Mirat, Briega, Norberto y Hernández Japes. Su
estado es desesperado”, concluye el corresponsal[2].
martes, 2 de junio de 2015
Galería de ilustres mirobrigenses: Diego de Guzmán de Silva
Traemos hoy a colación la figura de otro insigne mirobrigense, Diego de Guzmán de Silva o Diego Guzmán de Silva, obrero mayor y canónigo que fue de la Catedral de Toledo, embajador de España en Inglaterra, Génova y Venecia y cardenal electo, además de consejero del rey Felipe II. No debemos confundir a Diego Guzmán de Silva con el conquistador y poeta mirobrigense Diego de Silva y Guzmán, de quien escribiremos algunas notas más adelante.
domingo, 31 de mayo de 2015
Preludio del Carnaval de 1902: se rompe una cuba de vino en la calle Toro
En los
prolegómenos del Carnaval de 1902, que se desarrollaría entre el 9 y el 12 de
febrero con mal tiempo general, se contó con un aliciente inesperado para
algunos avispados mirobrigenses, tan aficionados siempre a los toros y al vino.
Ocurrió, según se recoge en la prensa provincial[1] y
allende la geografía salmantina, que un conocido tabernero de la calle Toro,
del que no se facilita la identidad, “estando descargando una cuba de vino de
treinta y tantos cántaros que traían de la estación del ferrocarril” en un
camión, “rodó al suelo de improviso, rompiéndose de modo tal que se derramó por
completo el líquido, formando en la calle de Toro un gran reguero; mas no se
desperdició, pues hubo gente tan aprovechada que, con platos, tazas, etc.,
recogió cuanto pudo para los días de Carnaval, amén de algún ‘prójimo’ que se
pusiera a beber de bruces con la avidez de un sediento en arroyo cristalino”.
sábado, 30 de mayo de 2015
Censo de la población de Ciudad Rodrigo en 1640 por colaciones, campos y calles: habitantes y oficios
Siete días antes del levantamiento de Portugal, del inicio de la guerra de secesión portuguesa, en concreto el 23 de noviembre de 1640, Fernando de Alarcón y Zúñiga, corregidor de Ciudad Rodrigo y su tierra, ordenó la instrucción de un censo de población de los habitanes las distintas colaciones, campos y calles mirobrigenses para el segundo repartimiento del consumo de moneda, un impuesto que debían afrontar los ciudadanos rodericenses, concretamente se distribuyeron 166.078 maravedíes. Por su notaria relevancia, por la información que nos ofrece de la distribución de la geografía urbana mirobrigense, con la definición de colaciones, campos y calles; también por las referencias e identificaciones que se hacen en el documento, sin menoscabo de insertar baldones y motes, además de profesiones, para evitar confusiones; por todo ello, aunque su lectura sea un tanto farragosa, quiero insertar el documento en su integridad, eludiendo la cantidad del reparto que correspondería a cada vecino.
viernes, 29 de mayo de 2015
Festejos taurinos tras la Guerra de la Independencia
Ya hemos visto que los festejos taurinos vinculados al Carnaval o a cualquier otra celebración ha sido práctica habitual en nuestra particular historia. Y que los distintos acontecimientos, incluidos episodios bélicos, no fue óbice para mantener dichas celebraciones taurinas, incluso al socaire de la Guerra de la Independencia, como ya se ha apuntado en otro post. Era una práctica que, pese a la escasez de
recursos, continuaría en los años siguientes. Estamos al final de la Guerra Peninsular.
jueves, 28 de mayo de 2015
Otro intento, en 1918, de construir una plaza de toros
El edil Jesús
García Romero, reenganchado al Consistorio tras su elección como representante
del Arrabal de San Francisco, vio de nuevo la oportunidad, años después -ya hemos escrito de su contumacia taurina-, de replantear
la construcción de una plaza de toros estable en Ciudad Rodrigo. Y así firma
una nueva proposición[1] para
dotar a la población de un coso taurino. En esta ocasión se suman inicialmente
a la propuesta los también concejales Eugenio Sevillano Muñoz y Anacleto Sánchez-Villares
y Sánchez. Los tres presentan su iniciativa al Ayuntamiento en la sesión del 11
de mayo de 1918 con el “objeto de llevar a cabo la construcción de una plaza de
toros en esta ciudad a cuyo efecto el inspector de obras municipales presentaría
el plano y presupuesto correspondiente”.
martes, 26 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (y VI)
En la abundante planimetría realizada al socaire
de la Guerra de la Independencia, tanto referidos a los asedios de 1810 como de
1812, nos encontramos con distintas referencias espaciales y urbanas sobre este
espacio:
lunes, 25 de mayo de 2015
Discusiones sobre si se debía o no celebrar el Carnaval en 1897
“Nos adherimos
de todas veras, a la proposición que hace El Eco de Castilla, diario de Valladolid, pidiendo al pueblo y a las
autoridades que se supriman las fiestas de Carnaval y se destine el dinero que
en ellas hubiera de gastarse a remediar los males de nuestros soldados en Cuba
y Filipinas, y la miseria de las clases jornaleras”, refería La Lealtad[1] en su
número del 21 de febrero. Fue esta la única referencia que en la prensa periódica,
local y provincial, se hizo sobre el antruejo mirobrigense en 1897. La crisis
obrera, motivada por la falta de trabajo y la derivación de fondos para atender
los conflictos bélicos abiertos en ultramar, había derivado en una hambruna que
afectaba a decenas, cientos de miles de españoles, acuciada también por una paupérrima
cosecha de cereales, sustento mayoritario de muchas familias. Todo ello
determinó en la decisión de suspender los festejos carnavalescos en numerosas
ciudades y pueblos de España, idea que también se sopesó en la localidad
mirobrigense, para derivar el gasto en jornales para los trabajadores.
domingo, 24 de mayo de 2015
Dificultades para encontrar reses para el Carnaval de 1920
¡Menos mal! Un
alivio general: “Si don Joaquín [Aparicio Ruano] no fuera el alcalde de Ciudad
Rodrigo, no teníamos corridas. Esa es la verdad escueta”. Así de tajante se expresaba
La Iberia al conocer el resultado de
las gestiones emprendidas y concretadas por el alcalde mirobrigense ante las
dificultades con que se encontraron los comisionados municipales para encontrar
ganaderías que aportasen sus reses al Carnaval de 1920, que se desarrollaría
entre el 15 y el 17 de febrero.
sábado, 23 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (V)
En el proyecto que realiza Juan Martín Zermeño,
ingeniero director nacido en Ciudad Rodrigo, para favorecer la defensa de la
plaza fuerte mirobrigense, fechado en 1766, se aprecian pocos cambios respecto
de la zona que nos ocupa, las casas ubicadas junto a la muralla, y de la planimetría anterior -insertada en el anterior post de esta serie-, como vemos en el
recorte realizado en donde se aprecia las manzanas de edificios que delimitan
el Campo del Pozo.
viernes, 22 de mayo de 2015
Intentona fallida para construir una plaza de toros en 1926
La idea de contar con una plaza de toros estable
en Ciudad Rodrigo, por entonces, seguía latiendo en distintos sectores. En 1925, en los prolegómenos
del Carnaval, surge en el semanario El
Eco del Águeda[1] una nueva iniciativa para
construir una plaza de toros, al menos se barruntan los comentarios que vuelven
a llenar páginas de la prensa local. “Para los que amamos, no ya la espléndida
campiña de Miróbriga y los evocadores vestigios del pasado en la ciudad famosa,
sino todo aquello que constituye la idiosincrasia de un pueblo, que tiene la
virtud de conservar sus tradiciones, el anuncio de construir una plaza de toros
nos llena de asombro y de melancolía. Y así creo le pase a los buenos farinatos
que alejados del terruño sueñan su Carnaval y sienten la nostalgia de aquellos
amaneceres de sol y alegría, sobre la muralla, en espera del encierro, del
reloj suelto, del espectáculo por demás pintoresco y atractivo de las capeas,
del sano regocijo de las fiestas. Presiento, que eso, que no es más que la
borrosa silueta de la fiesta más característica de Ciudad Rodrigo, acabará en
el momento en que una plaza formal sirva de pretexto para celebrar en ella las
tradicionales corridas. Allí irán famosísimos ases del toreo; las ganaderías
más acreditadas enviarán allí lo más selecto de su ganado; pero no habrá reloj
suelto, ni espantos, ni alegre emoción, ni vistosos escuadrones de lanceros
para encerrar. Eso ¡no volverá!”. Un lamento de Remember, lleno de nostalgia, ante
el futuro incierto de las fiestas de toros en Ciudad Rodrigo.
jueves, 21 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (IV)
Una descripción significativa, más
bien espacial y referencial, de la proyección de esta zona del Campo del Pozo sobre la muralla la
encontramos también en un plano firmado en 1731 y que buscaba aclarar la
propiedad de unas tierras, aunque se limite a exponer la parte exterior de la
muralla con los edificios allí existentes, como vemos en la reproducción
adjunta.
miércoles, 20 de mayo de 2015
El Carnaval de 1888
“A pesar de que
el Carnaval va decayendo en todas las poblaciones, bien podemos decir que en
Ciudad Rodrigo es quizá donde menos se nota esta decadencia”. Fue un latiguillo
de referencia que se utilizó antes y después de este año para realzar los festejos
carnavalescos mirobrigenses. Una retahíla que se correspondía también con las
críticas que se vertían sobre el antruejo de la capital salmantina y allende la
geografía provincial, mientras que en otros casos, en donde el elemento taurino
era consustancial al Carnaval, como en Ciudad Rodrigo, Fuenteguinaldo o
Vitigudino, la fiesta mantenía, pese a todo, su gancho: “Este año, si bien no
tanto como en años anteriores, no ha dejado de estar bastante animado”, refería
La Voz de la Frontera. Y todo ello
pese a los esfuerzos que desde el ámbito eclesiástico se hacía para erradicar
fiestas tan paganas como el antruejo: “En todas partes trabajan los buenos a
fin de desterrar de nuestro suelo las gentílicas costumbres del Carnaval. En
Ciudad Rodrigo, además de las cuarenta horas que han tenido lugar en el
seminario, predicando los tres días el Ilmo. señor obispo de aquella Diócesis,
las religiosas de la Compañía de Santa Teresa, que tienen a su cargo la educación
de las niñas en aquella ciudad, no han perdonado medio ninguno para apartar a
las jóvenes del bullicio de dichos días”, recordaba la revista La Semana Católica de Salamanca el 25 de
febrero.
martes, 19 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (III)
Si aventuramos que las casas
inmediatas a la muralla sufrieron las consecuencias del cerco de Enrique II,
como se describe en la crónica de Fernando I, es lógico también pensar en
continuas reconstrucciones al amparo del paso del tiempo y de los acontecimientos
siguientes y que nos llevaría a los primeros datos específicos sobre la propiedad
y descripción de los inmuebles que posteriormente se construyeron en esta zona próxima a la cerca medieval.
lunes, 18 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (II)
En este espacio, junto a la muralla, se construyeron distintos
edificios particulares, casas y casonas, al arrimo de la antigua puerta de San
Pelayo. De ella dice Jesús Sánchez Terán en su trabajo sobre la fortificación
que “daba al Campo del Pozo, frente a la
iglesia de San Pedro, y tuvo mala fama en algún tiempo. Era la puerta de los
judíos, y por su estrechez, oscuridad y poco tránsito, se prestaba a
escándalos, lo que sin duda, hizo que fuera condenada, según parece, en el
último tercio del siglo XVI.” Aquí, en este entorno se ubicó también la calle
de los Desmayos, según se especifica en el año 1667 en los libros de acuerdos
del Consistorio, precisamente en un momento en el que se baraja, y de hecho se
lleva parcialmente a la práctica, el derribo de numerosas viviendas adosadas al
exterior de la cerca o muy próximas a ella.
domingo, 17 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el Campo del Pozo (I)
La evolución urbana de Ciudad Rodrigo ha estado siempre vinculada
a la fortificación. La reedificación de la muralla en tiempos de Fernando II,
construida con tongadas de calicanto, supuso un elemento de protección para los
vecinos, especialmente los de intramuros, aunque los que prefirieron o no
tuvieron medios económicos para hacerlo intentaron, en principio, acercarse lo
más posible a los muros y, posteriormente, con la asistencia del concejo,
proteger sus viviendas y garantizar en la medida de lo posible su seguridad con
la construcción de la cerca del arrabal, que partía del exterior de de la
puerta del Sol, alcanzaba el desaparecido convento de Santo Domingo para trazar
una configuración que volvía desde la calle de Los Caños hasta la inmediatez de
la extinta puerta del Rey, después de superado las huertas de San Albín, lo que
viene a ser hoy el Campo de Toledo.
sábado, 16 de mayo de 2015
Una anécdota vinculada a los restos de la plaza de toros del Hospicio en 1917
Apareció publicada el 16 de junio de 1917 en las páginas del diario El Salmantino una anécdota vinculada, de alguna manera, a los restos de la destartalada, por entonces, plaza de toros que existió en los corrales del antiguo hospicio, instalación de la que ya hemos escrito en algunas ocasiones. Los
elementos fundamentales de la plaza de toros se conservaron en este tiempo,
aunque el coso estuviera desmontado y el resto de las dependencias abandonadas,
como lo demuestra una anécdota que recoge Trincherillas, el corresponsal de El Salmantino en la comarca de Ciudad Rodrigo.
viernes, 15 de mayo de 2015
Tasa de 75 pesetas por solicitar la autorización de los festejos del Carnaval de 1885
Estábamos a
mediados de enero de 1885 y ya olía a Carnaval. La estudiantina salmantina se había
dado un garbeo por Ciudad Rodrigo con la excusa de recaudar fondos para los
afectados por el terremoto de Andalucía de final del año de 1884 y el ambiente
era claramente precarnavalesco. De hecho ya habían comenzado los trámites para
su organización, caso de la solicitud al Gobierno Civil para que se autorizasen
las tradicionales corridas del antruejo, eso sí, “previo pago de 75 pesetas”,
tasa que encendió al redactor de El Progreso:
“¡Previo pago de 75 pesetas...! ¡Hombre, hombre! La frasecilla tiene miga. ¿Qué
pesetas son esas? ¿En qué ley se autoriza el cobro de semejantes derechos?
¿Quién las ha cobrado? ¿A qué fin se aplican? ¿Serán las únicas pesetas
cobradas por causas análogas? ¡A ver, señores interesados...! ¡Que se haga luz
en este asunto, que nos parece algo sucio! ¡Señor gobernante, aclárelo usted!”.
jueves, 14 de mayo de 2015
Rapapolvo a los mirobrigenses por su comportamiento poco cristiano en el Carnaval de 1927
Con unos
antecedentes que ahora no vienen al caso, se presentan las carnestolendas de 1927. Y, visto y no visto, “ya
pasó...” Así titulaba la reseña que ofreció el semanario Miróbriga sobre el antruejo mirobrigense en el número del 6 de
marzo, apenas una columna en la que, más que contar lo que sucedió, se ufana en
recordar, con inopinado desprecio, lo pernicioso que son estas fiestas para el
pueblo: “Pasó el Carnaval con sus mascaradas, esas fiestas saturnales que
convidan al placer, el goce de los sentidos, en las que las pasiones se desbordan,
pero que no se sacian, porque son insaciables. Días de desenfreno y desahogo
público son los días de Carnaval durante los que la inmoralidad y desenfreno
sientan sus reales en las plazas y en las calles, no llamando a diversiones
honestas, compatibles con los preceptos divinos, que son a los que se refieren
los santos cuando hablan del solaz y expansiones, sino a diversiones condenadas
por la moral de Cristo constantemente predicada y tantas veces escuchada por la
mayor parte de esos cristianos que en los días de Carnaval parece que quieren
despojarse del carácter de tales, queriendo compaginar el vicio con la virtud,
la moral cristiana con las procacidades del vicio”.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Una becerrada con escándalo en la plaza del Hospicio
Antes de que
finalizase junio de 1908, el día 29, festividad de San Pedro, el coso
mirobrigense ubicado en los corrales del Hospicio acoge un nuevo espectáculo
taurino, otra becerrada mixta –muerte y capeones- para los aficionados locales
y a beneficio de los pobres de la localidad[1]. De
nuevo pisarán el ruedo conocidos mirobrigenses, como Vasconcellos, Huertas,
Sánchez Manzano, Nemesio, Santiago Sánchez, El Aldeano… que dieron cuenta de
los tres becerros que se lidiaron. Pero las cosas no salieron como estaban previstas,
ya que hubo una bronca monumental iniciada cuando silbaron la actuación de
Arturo Vasconcellos al coger los trastes para matar. Mata-Reses, crítico
taurino de La Iberia, arremete contra
quienes van a la plaza y no tienen “ni idea de lo que son corridas de toros, ni
de becerros, ni respeto a la autoridad, ni van a la plaza más que a armar
escándalo, sin medir las consecuencias”.
martes, 12 de mayo de 2015
Dispositivo de seguridad ante el Carnaval de 1934
“Un ruego a las
dignas autoridades: Aunque nuestras autoridades gubernativas no necesitan
estímulos para cumplir con su deber, pues todas ellas se exceden por llenar su
cometido, nos permitimos dirigirles un ruego, haciéndonos eco de sugerencias,
salidas de diversas procedencias”[1]. La
redacción del semanario Miróbriga estaba
preocupada por la elevada delincuencia que, a tenor de la experiencia del
pasado Carnaval, pudiera repetirse en el antruejo de 1934. La situación
económica y social seguía siendo crítica incluso para la subsistencia de las
familias, un panorama que invitaba a buscar insospechadas salidas para acercar
a casa cualquier cosa con lo que poder avanzar hasta el día siguiente. No era
extraño que aumentasen los delitos al socaire de determinadas congregaciones,
una práctica que se venía observando durante las carnestolendas mirobrigenses,
pero que, pese a todo, no tenía demasiada trascendencia.
lunes, 11 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la calle del Arco
Junto a la plazuela trasera de San Pedro, separado por la actual
calle del Arco, nombre sugerente pero de origen incierto, existió en su tiempo
una o dos manzanas de viviendas que limitaban con las antiguas calles de
Calduebla y Abadeo; ésta, según los linderos de la descripción del catastro de
Ensenada, se correspondería con la actual del Arco y la otra trocó su nombre en
el epónimo que recuerda al abogado Enrique Zarandieta. Decimos que se trataría de inmuebles
concentrados en una o dos manzanas a tenor de la cartografía que existe desde
el siglo XVIII, siendo más profusa en el XIX.
domingo, 10 de mayo de 2015
La Feria de Mayo de hace un siglo: decadencia y sucesos
Hoy concluye la Feria de Mayo. No
sé por qué en los últimos años ha cambiado de fecha. Antes, desde hace varios siglos,
está constatado que esta feria se celebraba en los últimos días de mayo. Sin duda,
los tiempos cambian, incluso la esencia del certamen ferial. Hoy quiero ofrecerles
lo que era una Feria de Mayo –decían que “decadente”- a través de las crónicas
y críticas de la prensa periódica mirobrigense, entonces muy nutrida. Hablamos
de hace un siglo, de 1915. Sigamos las plumas de los cronistas mirobrigenses,
críticos sobremanera por la decadencia que estaba sufriendo la renombrada y
siempre multitudinaria Feria de Mayo.
sábado, 9 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la plazuela de San Pedro y la calle del Arco
La plazuela de San Pedro se corresponde con el espacio urbano
comprendido entre el actual Teatro Nuevo, la residencia San José, el templo de
San Pedro y la extensión o prolongación de la calle de los Gigantes. Es una
zona sin una nomenclatura específica pero que sí era recogida en la
documentación que atesora el Archivo Histórico Municipal de Ciudad Rodrigo,
caso, por ejemplo del aludido Libro de
registro y reconocimiento, que data de 1751. Se denomina a este espacio
plazuela de San Pedro o campo de San Pedro, en función de que la puerta
principal del templo, hasta avanzado el siglo XVIII, se encontraba orientada al
norte.
viernes, 8 de mayo de 2015
Crisis social, económica y críticas al Carnaval de 1918
“¿Quién dice que
hay penas, que el hambre y la miseria imperan? Sin duda algún chiflado, algún
egoísta, o uno de esos seres fúnebres que todo lo ven negro y quieren amargar
la existencia al género humano. Por aquí, no conocemos esas señoras y sobre todo
que se joroben, que bien nos hacen la pascua durante todo el año para que
vayamos a mimarlas y atenderlas en los únicos tres días del año en que la
diversión es permitida sin ofensa ni escándalo a nadie. ¡¡Que viva el
Carnaval!!”[1].
jueves, 7 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la plaza de Cristóbal de Castillejo (y II)
Junto a la entrada al antiguo Campo del Trigo
desde la calle de San Juan nos encontramos con dos ejemplos referenciales de la
arquitectura local –advierto que en esta descripción obviaré el edificio
conventual de las franciscanas descalzas, al que ya dedique un post y al que remito a los interesados-.
Por un lado, se trata de una casa solariega, levantada en los albores del siglo
XVI por la estirpe de los Vázquez, posiblemente por Pedro Vázquez, sepultado en
la capilla mayor de San Pedro-San Isidoro que mando edificar su hijo Francisco;
por otra parte, ocupando un viejo solar que albergó construcciones menores, se
levanta un edificio de reciente cuño, ya que el proyecto de obras data de 1946.
Se trata de la casa de vecindad de Carlos Domínguez Sánchez-Bordona, cuyo
arquitecto fue Lorenzo Sánchez Iglesias, uno de los técnicos que más se
preocupó por la arquitectura local, como más adelante veremos.
miércoles, 6 de mayo de 2015
Decadencia y desencanto en el Carnaval de 1912
"Por si
algún mirobrigense no se hubiera enterado, que bien podría ser, que hemos estado
a dos dedos de ¡no encontrar corridas para Carnaval! ¡Vamos, solo el pensarlo
hiela la sangre en las venas! ¡Qué vergüenza, qué baldón, qué ruina hubiera
sido para nuestro pueblo! ¿Habéis pensado bien lo enorme, lo descomunal, lo
colosal de la desgracia? ¿Para qué queríamos ya vivir, adónde íbamos a ir,
quién se había de atrever a salir a la calle llevando en la frente ese padrón
de ignominia? Gracias, gracias sean dadas a la comisión de festejos que con su
laboriosidad, su celo, su incansable actividad ha apartado de nosotros tamaño
infortunio".
martes, 5 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la plaza de Cristóbal de Castillejo (I)
La plaza del poeta Cristóbal de Castillejo era uno de esos
‘campos’ abiertos en el espacio urbano mirobrigense, un espacio de respiro, en
donde la amalgama de edificios típicos de las calles angostas de un casco
urbano medieval se apartaba para dejar ciertos espacios semiconstruidos que
habitualmente tenían en su denominación ciertas señas de identidad. La
historiografía local es también parca en la definición urbana de Ciudad
Rodrigo. Pocas referencias encontramos sobre estos espacios urbanos, tal vez la
más clara y también la más recurrente sea el Libro de registro y reconocimiento, nombre por el que se conoce al
catastro del marqués de Ensenada. Aquí, entre otros ‘campos’, se nos apuntan
los del Trigo y de San Pedro, dos nomenclaturas que obedecen a una función
económica y a una referencia espacial.
lunes, 4 de mayo de 2015
Festejos taurinos con motivo de la Exposición Regional de Bellas Artes, Industria y Comercio de 1900
Para la
organización del programa de actos vinculado a la Exposición Regional
de Bellas Artes, Industria y Comercio, que se celebraría en Ciudad Rodrigo entre el 26 de mayo y el 5 de junio de 1900, el Ayuntamiento crea una comisión
cometida para definir todos los aspectos del magno acontecimiento. En una de
las reuniones previas, celebrada el 21 de noviembre de 1899, se elabora un
documento en el que se perfila prácticamente todo el contenido que se pretende
dimanar de la Exposición Regional.
En un amplio memorando[1] hay
dos referencias al desarrollo del capítulo taurino. En la primera, referida a
la organización de las corridas de toros se afirma que, “aprobada la proposición,
se acordó, en primer lugar, que la plaza se construyera por cuenta de los
carpinteros o particulares que quisieran hacerla, dándoles el cierre de la
plaza que se emplea en las corridas de Carnaval, con las mismas condiciones,
para lo cual se nombró a los señores Escanilla y Sánchez a fin de que
entendieran con los carpinteros y demás que quisieran tomar parte en la
construcción. Para tratar del ganado se autorizó a D. Juan Hernández Aparicio y
D. Antonio Martín, D. Juan José Sevillano y D. Baltasar Hernández”.
domingo, 3 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la plaza de Herrasti (y VI)
En 1810 se produce el asedio de las tropas napoleónicas.
La ciudad se prepara para soportar un sitio que se presuponía largo. La torre
de la Catedral se convierte en polvorín. Se refuerzan con tierra las bóvedas y
se terraplena la puerta hasta prácticamente la base del adarve. El cerco se
concreta el 25 de abril, intensificado a lo largo de las siguientes semanas
hasta que la plaza capituló el 10 de julio. Los mandos franceses eligieron, por
su vulnerabilidad, la zona abaluartada situada entre las puertas del Rey y la
del Conde, pero con principal afectación a la zona más próxima a la Catedral,
la que se podría dominar desde el teso de San Francisco. Las operaciones para
conseguir la capitulación suponen la progresiva destrucción de los muros y,
consecuentemente, la de los edificios, en mayor medida los más próximos al
lugar elegido para practicar la brecha, configurado por el torreón de la Puerta
del Rey: “comenzaron [los franceses] a batir en brecha el torreón del Rey que
quedó completamente derribado el 28 [de junio de 1810].”[1]
La rendición de la ciudad se produjo el 10 de julio: “La guarnición había
soportado un asedio de 72 días, 35 días con las trincheras abiertas, 16 días de
bombardeo y una brecha abierta durante 13 días”, lo suficientemente ancha para
“admitir a 60 hombres en fila”, dijo Herrasti, quien también escribió en su
diario: “El horrible espectáculo que presentaba la fortaleza el día de su capitulación
era el mayor elogio a su defensa; en medio de sus ruinas era casi imposible
distinguir los edificios y pasar por las calles obstruidas por los escombros.
Sólo es necesario contemplar el lugar para conocer cuán heroica había sido su
resistencia. Ninguna casa permanecía intacta y varios caminos estaban cortados
por los escombros”.[2]
sábado, 2 de mayo de 2015
Toros de Alicio Cobaleda para el Carnaval de 1916
Fue el de 1916
un Carnaval tardío. Se celebró entre el 5 y el 7 de marzo, pero desde mediados
de enero ya había movimientos para la organización del antruejo. Así, por
ejemplo, buscando el favor del Consistorio, los labradores Miguel Castaño y
Julián Paniagua, junto al industrial carnicero Manuel Hernández, el 21 de enero
escriben una carta al Ayuntamiento en la que ofrecen dar las tres corridas de
los encierros al precio de 750 pesetas cada una de ellas, compuesta por “diez
novillos de tres a cuatro años, cerriles, en inmejorables condiciones de lidia”[1]. Sin
embargo, la comisión de festejos ya tenía otros planes y el 8 de febrero sella
el acuerdo con el afamado ganadero salmantino Alicio Cobaleda Marcos, vecino de
El Cubo de Don Sancho y con residencia en la dehesa de Rollanejo, para dar las
tres corridas. No era cuestión de precios, porque se adjudicó en la misma
cantidad que la oferta presentada por los citados labradores y el industrial
mirobrigenses: 75 pesetas cada toro, es decir, 750 pesetas la corrida, sino de
darle un mayor prestigio a la procedencia del ganado en una fiesta que cada año
iba cobrando más notoriedad y mayor atractivo para el forastero, un
“acontecimiento [que] ha producido gran animación entre los muchos aficionados
de dentro y fuera de la localidad”, reflejaba La Iberia en su número del 12 de febrero.
viernes, 1 de mayo de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la Plaza de Herrasti (V)
Continuando con este espacio urbano y tras la
descripción de los edificios solariegos que existían en la que entonces se
denominaba Plaza del Rey, hay que señalar que, en relación con los solares
sobre los que se erigió el seminario, José Ramón Nieto[1]
explica que, poco después de ser consagrado obispo de Ciudad Rodrigo Cayetano
Cuadrillero, se dirigió al Cabildo catedralicio para darles cuenta de que
pensaba crear un seminario. Era el año 1764. “El primer paso –dice el profesor
Nieto- fue la elección de los terrenos; la Guerra de Sucesión había arruinado
varias casas próximas a la Catedral y en esos solares se fijó el obispo, que
compró primero el que pertenecía al mayorazgo instituido por Hernando de Chaves
y su esposa Inés de Solís; dicho solar había sido ocupado por la casa de los
fundadores, que fue una de las fábricas
mas superior desta ciudad --el
palacio de los Chaves- y que pereció en
1706. Por él se pagaron 8.605 reales según tasación realizada por el
arquitecto, avecindado en Fuenteguinaldo, Simón de Castro. A este terreno se
añade otro, adquirido a Santiago-Joaquín Álvarez Maldonado Figueroa, señor de
Monleón, que pertenecía al vínculo fundado por el canónigo Alonso de la Rúa. Es
la primera vez que se registra en relación con el seminario a Ramón Pasqual
Díez, que después será aparejador de Sagarvinaga, comprando en nombre del
obispo. Antonio de Paz y Ayala, como heredero del vínculo que fundaron Rodrigo
Álvaro de Paz y Aldonza de Paz, vendió el tercer solar”.
jueves, 30 de abril de 2015
Aterrizaje de ovnis en Gallegos de Argañán
Estos días se cumplen 14 años de un hecho sorprendente ocurrido en la finca Cuéllar, en las inmediaciones de Gallegos de Argañán. Puede que se trate de uno de los fenómenos más importantes que se han documentado en España sobre la presencia de ovnis. Tuve la opornunidad, al día siguiente de producirse los hechos y una vez que nos informaron del suceso, de acercarme a la citada finca. Fui con mi compañero de fatigas de El Adelanto de Salamanca, el fotógrafo e informador gráfico José María Vicente, y coincidimos en el pueblo con Joaquín Pellicer -Chicho-, quien se animó a acompañarnos. Llegamos a Cuéllar y nos pusimos en contacto con Yuri Andreyev, un exmilitar ucraniano, teniente por más señas, con quien, a través del dueño de la finca, Luis González, habíamos quedado previamente. Todavía no había salido de su asombro: la noche anterior había observado algo inquietante, unas plataformas que iluminaron todo el terreno y que habían aterrizado en la finca, cerca de la vivienda que ocupaba y de las cuadras de los cerdos, animales que, por cierto, seguían asustados horas después de que ocurriese este fenómeno extraterrestre.
miércoles, 29 de abril de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la Plaza de Herrasti (IV)
Hemos visto hasta ahora la posible evolución de la configuración urbana de lo que hoy conocemos como Plaza de Herrasti, otrora Plaza del Rey. Se ha apuntado la existencia de diversas calles en el entorno de la Catedral de Santa María, de la existencia de edificios que fueron destruidos progresivamente y que sabemos de ellos y de sus propietarios a través del catastro del marqués de la Ensenada. Hay que recordar que algunos de esos edificios tienen un carácter solariego. De ellos escribiremos hoy siguiendo a la
investigadora e historiadora local Paz de Salazar[1]
en un artículo publicado en el Libro de
Carnaval del año 2002 y que también se insertó en la revista del Centro de Estudios Mirobrigenses.
martes, 28 de abril de 2015
Ciudad Rodrigo y el Carnaval de 1923
Vuelve la calma
al seno de la corporación mirobrigense y a sus relaciones con la prensa. El
enfrentamiento suscitado entre buena parte del consistorio que presidía el
ínclito Jesús García Romero y el semanario La
Iberia desemboca en la desaparición de ambos de la vida pública. El
primero, como consecuencia de la renovación del ayuntamiento tras las
elecciones del 5 de febrero de 1922, que dio paso a un gobierno municipal
presidido por el doctor Abelardo Lorenzo Briega[1]; y el
segundo tras la agonía por la muerte de su director y sustento, el capitán de
infantería Mateo Cornejo Alcónchez.
lunes, 27 de abril de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la Plaza de Herrasti (III)
La
reedificación del espacio que hoy se denomina Plaza de Herrasti quedaría
supeditada a las necesidades de la fortificación, por lo que buena parte de los
edificios no llegaron a recuperarse. En 1751 nos encontramos con un proyecto para
construir dos cuarteles en la zona que nos ocupa y que inserté en el anterior post de esta entrega. Uno de ellos se asentaría en lo
que hoy es el solar en el que se levanta el seminario. Se hace la valoración de
la compra de los distintos solares en reales de vellón. La descripción es la
siguiente: “Otro cuartel proyectado sobre las casas de la Marquesa de Rionegro
(20.757) y la de los herederos de D. José de Chaves, arruinada, apreciados en
28.904, más tres corrales de dicha casa de Rionegro, apreciados en 7.940, más
tres corrales de las casas del Cabildo Catedralicio, apreciada en 1.198, más el
solar y cochera de D. Manuel de Paz, el todo apreciado en 10.842” .
domingo, 26 de abril de 2015
Supuesto origen de la Diócesis civitatense (y VI)
Concluyo con esta entrega la serie de post referida a los supuestos orígenes de la Diócesis civitatense según refiere el fraile benedictino y riojano Gregorio de Argáiz en su Teatro monástico de la Iglesia de Ciudad Rodrigo. Nos encontramos ya en los siglos XIV y XV y el padre de la orden de San Benito comienza el último capítulo de su libro con el teólogo portugués Andrés Díaz de Escobar, nombrado obispo de Ciudad Rodrigo por Gregorio XII en torno a 1408, aunque no pudo ostentar la Diócesis civitatense en ese momento por estar ocupada por otro prelado, tal vez Gonzalo Porres, quien pudiera tener algo que vez con el titular de la mitra de Lamego. Hay que recordar que en la época que nos ocupa se produjo el denominado Cisma de Occidente (1378-1417), en donde se nombraban o imponían prelados desde distintas obediencias: aviñonesa, romana e incluso se contaba con obispos independientes. Dejemos que sea el padre benedictino quien nos informe de los prelados civitatenses desde esta época del Cisma de Occidente hasta los días en que Gregorio de Argáiz escribió su obra.
sábado, 25 de abril de 2015
El crimen de la taberna de la calle Santa Clara
La crónica negra del siglo XIX acabó en Ciudad Rodrigo con el asesinato del tabernero Raimundo Herrero Hernández, conocido por Mazuzo, que tenía su establecimiento en la calle de Santa Clara, con salida a la de Carámbana. Aunque el suceso pareció sobrevenido, los antecedentes que sucedieron en la noche anterior al crimen en el Café de la Panera pudieron ser el detonante, ya que Dámaso Gómez Viñuales, carpintero de profesión y vecino de la Puerta de Santiago, había reñido con el interfecto a las puertas de La Panera, disputa que se saldó con el garrotazo que recibió Dámaso. Al día siguiente, lunes -17 de septiembre de 1900-, el carpintero se presentó en la taberna de Raimundo. Iba acompañado y pareció que se había olvidado de lo ocurrido en la noche anterior, puesto que invitó a un perro de vino al tabernero. Sin embargo, cuando fue a pagarle le asestó un navajazo en el pecho -otras fuentes apuntan a que el arma fue un punzón, aunque en el juicio solo se habló de la navaja-, ocasionándole una herida mortal. No obstante, antes de que se desplomase a la puerta de la taberna, Mazuzo tuvo tiempo de coger una pistola y de disparar un tiro, que a nadie hirió. La reacción del carpintero fue inmediata: se abalanzó sobre el tabernero postrado en la calle y con el martillo que llevaba le dio sucesivos golpes en la cabeza hasta que algunos testigos pudieron separarle del ya cadáver. Dámaso Gómez, antes de entregarse en el cuartel de la Guardia Civil, y tras salir por el corral de la taberna que comunicaba con la calle Carámbana, tuvo tiempo de tomarse una copa en la taberna de Hoyos. El carpintero sería condenado por asesinato a cadena perpetua. Sin embargo, el Tribunal Supremo rebajó la condena a 17 años de reclusión.
viernes, 24 de abril de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la plaza de Herrasti (II)
En 1747, unos
40 años después de los sitios y bombardeos derivados del protagonismo de Ciudad
Rodrigo en la Guerra de Sucesión, una buena parte de los edificios situados
entre la Catedral y la muralla seguían arruinados. En un documento que se conserva
en el Archivo Histórico de Ciudad Rodrigo[1],
el 25 de abril de 1747, junto con una representación del concejo, se reúnen los
peritos nombrados para el reconocimiento de las casas y los solares arruinados
en ese momento.
jueves, 23 de abril de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: el espacio de la Plaza de Herrasti (I)
La
configuración de lo que hoy conocemos como Plaza de Herrasti[1]
nada tiene que ver con sus orígenes. Existe sobrada documentación que nos
describe la estructura urbana de la zona que nos ocupa, con la presencia de
numerosos inmuebles y varias calles que fueron cambiando su nombre en virtud de
los criterios establecidos por los gobernantes o por la propia población. Pero,
sobre todo, por la influencia bélica, con sucesivos asedios y bombardeos, y la
poliorcética que obligó a prescindir y destruir numerosas casas adosadas a la
muralla medieval con el objetivo de mejorar las defensas y favorecer la
definición de un adarve capaz de asumir la artillería al uso.
miércoles, 22 de abril de 2015
El Liceo Mirobrigense: constitución, estatutos y disolución
El 5 de julio de 1845 es el punto de partida para la creación de un centro cultural que quiso ser un referente en la perspectiva creativa y ociosa de los mirobrigenses. Esa es la fecha de la redacción de los estatutos del Liceo Mirobrigense, una entidad que iba más allá del Casino que por estos años funcionaba también en nuestra localidad. De hecho, parece que el Liceo es fruto de la desaparición de aquel, como si hubiese sido fagocitado temporalmente. Pero su vida fue efímera, fruto del enfrentamiento del jefe político de Salamanca con el comandante general de la plaza de Ciudad Rodrigo. Aquel, a mediados de diciembre de 1845, poco después de entrar en funcionamiento la sociedad, ordenó el cierre del Liceo Mirobrigense. De nada sirvieron las presiones del militar, puesto que a principios de enero de 1846 la reina Isabel II dio la razón al político y se disolvió la recién creada sociedad mirobrigense. Una resolución que si nos atenemos a las crónicas del momento, debió caer en saco roto. Posteriormente existió otro Liceo que en 1875 contaba como socios "con las personas más distinguidas de la ciudad".
martes, 21 de abril de 2015
Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la Comandancia de Ingenieros
Tras los avatares de la Guerra de la
Independencia, con las graves consecuencias que tuvieron los dos sitios para la
configuración urbana intramuros, el historiador Mateo Hernández Vegas nos hace
una somera descripción de cómo quedó el entorno de la Catedral de Santa María,
lo que después sería bautizado como Plaza de Pérez de Herrasti, en homenaje al
defensor de Ciudad Rodrigo, y que previamente había ocupado una barriada
relevante en su definición arquitectónica: “Aún era más importante y costosa la
obra de desescombrar todo el campo enfrente de la torre [de la catedral] y la
sala capitular. Por efecto de los bombardeos se habían arruinado todas las
casas que había en aquel sitio (casi todas del Cabildo) y los montones de
ruinas unidos a la inmensa cantidad de tierra acumulada allí para proteger el
depósito de pólvora que estaba debajo de la torre, formaban una gran rampa
continua desde la puerta de la iglesia hasta la altura de la muralla”.
lunes, 20 de abril de 2015
Crisis económica y social en la II República: huelgas generales en 1932 y 1933
La crisis
económica y social, con un paro obrero galopante y una carencia de recursos
para las inversiones necesarias que favoreciesen la ocupación laboral, iba
minando a la sociedad mirobrigense, especialmente al campesinado y a los
operarios de distintos gremios, todos ellos vinculados con la construcción. No
era una crisis puntual. Ciudad Rodrigo y toda España estaban ancladas en una
crisis permanente, arrastrada durante décadas gracias a la incapacidad de los
distintos gobiernos, incluso regímenes, que habían generado la desconfianza y
el descontento general.
domingo, 19 de abril de 2015
La portada del convento de Santa Cruz
Si hace unos días escribía de la
fundadora del convento de Santa Cruz, extramuros de Ciudad Rodrigo, la noble
dama mirobrigense Beatriz Pacheco Maldonado, en esta ocasión quisiera aportar
algunos datos, que considero novedosos, sobre una parte esencial del monasterio
agustino. Se trata de un documento que se encuentra en el Archivo Histórico de
Salamanca, datado en Ciudad Rodrigo en 19 de diciembre de 1561 y refrendado por
la escribanía de Pedro de Párraga, referente al contrato para la adjudicación
de la obra necesaria para ejecutar la reforma de la portada del edificio
conventual, encomienda que asume el maestro de cantería Pedro Pérez ante el
mayordomo del cenobio, Miguel de Secadura.
sábado, 18 de abril de 2015
El último Carnaval del siglo XIX
El final de
siglo coincide en Ciudad Rodrigo con una serie de acontecimientos que marcarían
el devenir de la localidad, unos de forma esporádica pero con una profunda huella
en la sociedad y en el entorno de la cultura, y otros con una proyección que se
mantiene en la actualidad. Por una parte, 1900 es el año de la celebración de
la Exposición Regional de Bellas Artes, Industria, Agricultura y Comercio[1] que,
gestada a finales de 1899, tendrá en el mes de mayo su desarrollo con una serie
de actividades asentadas esencialmente en la producción cultural y artística[2],
completada con unos juegos florales y otras actividades –cabalgata histórica,
corridas de toros, conciertos...- que generaron gran expectación. La
inauguración de estos actos, recogida con fruición por la prensa periódica
local y provincial, tuvo lugar el 26 de mayo.
viernes, 17 de abril de 2015
Galería de ilustres mirobrigenses: Beatriz Pacheco Maldonado
Seguiremos nutriendo la nómina de ilustres mirobrigenses con unas pinceladas sobre la figura de una mujer del siglo XVI, una noble dama que dejó su impronta, que no pasó desapercibida para la sociedad rodericense. Beatriz Pacheco Maldonado, hija de Juan Pacheco -quinto señor de Cerralbo- y de Catalina Maldonado -noble familia salmantina- fue la fundadora del convento de Santa Cruz, que se hallaba extramuros. Gracias a la donación del obispo Juan Tavera, nuestra protagonista pudo fundar en 1517 un monasterio de religiosas agustinas aprovechando la donación de la iglesia de la homónima iglesia de Santa Cruz, que en su momento llegó a ser parroquia, pasando después a depender del extinto convento de Nuestra Señora del Columbario -asentado cerca del agregado de Ivanrey, en el paraje conocido como Palomar, topónimo relacionado con la citada orden religiosa-.
jueves, 16 de abril de 2015
Los avatares del Buen Alcalde en 1930
Aunque no era
nada nuevo, a finales de 1929 se intensificó la crisis política en España. Cada
vez era mayor la debilidad, tanto física –creciente diabetes- como
institucional, del general Primo de Rivera. En diciembre había presentado al
rey un plan de transición política que pasaba por la convocatoria de una
asamblea con 500 parlamentarios, mitad senadores y mitad diputados. Alfonso
XIII se tomó su tiempo para responder, por cuanto el presidente del gobierno
iba perdiendo apoyos sociales, políticos -revitalizando a una oposición que
durante años había sido meramente testimonial- y militares, de quienes no
encontró el apoyo deseado y recabado a los capitanes generales para afianzar su
nuevo proyecto gubernamental. Esa evidente falta de confianza le llevaría a
presentar su dimisión al el 28 de enero de 1930. Alfonso XIII la aceptó
inmediatamente, optando Miguel Primo de Rivera por el exilio en París –allí
falleció, en soledad, a los pocos meses víctima del proceso diabético- para
eludir responsabilidades. El rey alzó a la jefatura del Gobierno a Dámaso
Berenguer y Fuste, jefe de su casa militar, quien presidiría el penúltimo
gobierno de la monarquía alfonsina, periodo que pasó a la historia con el apelativo
de la Dictablanda.
miércoles, 15 de abril de 2015
Galería de ilustres mirobrigenses: Daniel Montero Martín
Realmente no es un mirobrigense de nacimiento, aunque siempre se le consideró como tal. Incluso, como veremos, la prensa local siempre se refirió a él como un farinato. Nacido en Campillo de Azaba, Daniel Montero Martín, capitán de la Guardia Civil, se formó en Ciudad Rodrigo. Fue piloto de avión, inventor de un sistema de estabilización aérea que, pese a la falta de medios económicos para desarrollar su invento, fue noticia en toda España. Cosechó el apoyo de dos referencias de la ciencia del momento, como Leonardo Torres Quevedo o Santiago Ramón y Cajal, para divulgar el aerostable, nombre del invento. Pero, dejando de lado estas pinceladas, quisiera insertar el artículo biográfico que hace apenas un año apareció en la revista La Hermandad, promovida por los amigos del Cuerpo de la Guardia Civil, en su número 31, firmado por el coronel de aviación Adolfo Roldán Villén. Lo que viene a continuación es una copia literal de su artículo para conocer la relevancia de este ilustre mirobrigense.
martes, 14 de abril de 2015
Sucesos y desgracias en 1887: el Carnaval y más...
Fue un año de
percances. Antes, durante y después del Carnaval, Ciudad Rodrigo sufrió
distintos y graves avatares. Unos propios de la condición humana, la tragedia
que supone un homicidio; otros por lances de la fiesta y alguno, siempre
también indeseado, fruto de la climatología, con lo que supone para una tierra
que depende fundamentalmente de la agricultura.
lunes, 13 de abril de 2015
Un esperpéntico festejo taurino a finales del siglo XIX
La situación de
desesperanza y falta de recursos a mediados de la última década del siglo XIX,
vinculada a los acuciantes problemas coloniales y a la pérdida de valores, parece que también impregnaba
al conjunto de la sociedad mirobrigenses y se constata en la dejación de
funciones a la hora de organizar los festejos taurinos, en esta ocasión
vinculados a la Feria
de Mayo. Baste leer la crónica, más bien crítica, del semanario católico La Semana Mirobrigense[1],
defensor de los intereses morales de los rodericenses, y que hace referencia a
la novillada del 27 de mayo de 1895, todo un alarde de la supuesta decadencia
moral y social que vivía Ciudad Rodrigo y, especialmente, los festejos taurinos
que albergaba una plaza destartalada –la del corral del Hospicio-, con un
desorden organizativo extremo y que llegó a convertirse, si seguimos al pie de
la letra la crónica, en un auténtico esperpento.
domingo, 12 de abril de 2015
Supuesto origen de la Diócesis civitatense (V)
Continuamos con la entrega de un nuevo capítulo sobre los primeros obispos civitatenses y sus acciones más relevantes siguiendo la pluma del padre Gregorio de Argáiz. Estamos ya en el último tercio del siglo XII, en plena repoblación fernandina. Veamos qué nos cuenta el citado fraile sobre el particular.
sábado, 11 de abril de 2015
Horrendo parricidio en Robleda
Ya sé que puede herir la sensibilidad de algún lector. Estos capítulos de la crónica negra que en diferentes momentos ha protagonizado alguna localidad de nuestra vasta comarca son ciertamente horripilantes. Homicidios y asesinatos los ha habido siempre, pero como ocurrió con el caso expuesto de Navasfrías en este blog, el que hoy recupero es realmente impactante. Ocurrió también en El Rebollar, en la que se considera la capital del Campo del Rebollo, en Robleda. Los hechos no fueron puntuales, fue un maltrato continuado que infligieron los padres a uno de sus hijos, al más pequeño, al más indefenso. Felipe Ovejero Mateos y Juana Toribio Sánchez martirizaron durante su corta vida a su hijo Pablo. Empezaron renegando de él, depositándolo con una nota en el Hospicio de Ciudad Rodrigo cuando ya tenía un mes de vida; después, con argucias, lo recuperaron porque no podían consentir que su hijo se criase lozano gracias a los cuidados de una nodriza martiaguesa, un 'rescate' que deparó consecuencias fatales para la integridad física del niño que, afortunadamente, fue de nuevo a parar a manos de la nodriza, pero tan solo por unas cuantas semanas, en lo que se restableció de las lesiones inferidas. Volvió a la casa paterna para retomar su drama, para avanzar en la tragedia que ya la vecindad aventuraba. Los malos tratos iban en aumento: sus padres le clavaron una navaja en un hombro, de abandonaban desnudo en la tenada, le negaban el alimento, lo aterrorizaban con serpientes -llegando al extremo de hacerle comer una cabeza-, le escaldaron la cara; tenía quemaduras y laceraciones por todo el cuerpo. El pequeño acabó muriendo el 17 de mayo de 1900. Sus padres fueron condenados a morir en garrote en Ciudad Rodrigo como culpables que fueron declarados del asesinato de su hijo. La condena sería permutada más tarde por cadena perpetua.
viernes, 10 de abril de 2015
La casa solar infanzona de los Martín y el linaje de Juan Martín Zermeño (y II)
La familia Martín de Castro,
tras su desplazamiento a tierras salmantinas, se vio en la obligación de
aportar la documentación necesaria para que se le reconociera su condición de
caballeros hijosdalgo y favorecer de esta manera su situación social. Así, en
1625 nos encontramos con un auto redactado por el escribano Juan de Vinuesa para
perpettua memoria en derecho,[1]
fechado en 15 de diciembre y entonces conservado en el archivo de Talamanca, en
el que Andrés Hernández de Chaves, corregidor de aquella villa, certifica la
notoriedad en hidalguía de los interesados como respuesta al pedimento de Juan
de Albendao, residente en Talamanca, realizado en nomvre de Alonso Marttín vecino de ella y morador en la ciudad de
Ciudad Rodrigo[2] junto a su hijo Domingo
Martín. El documento, una información empergaminada y compuesta de doce foxas,[3]
se incorpora copiado al conjunto de las pruebas en reconocimiento de la
hidalguía de la familia Martín.
jueves, 9 de abril de 2015
La casa solar infanzona de los Martín y el linaje de Juan Martín Zermeño (I)
No es la primera vez y seguro que tampoco será la última, que viene a colación en este blog la figura del ingeniero militar Juan Martín Zermeño, uno de esos mirobrigenses desconocidos, y olvidados por tanto, en nuestra ciudad y que merecería un reconocimiento público. Por eso, en ese intento de poner justo valor a sus méritos como ilustre mirobrigense, vuelvo hoy a escribir sobre este ingeniero militar que ostentó el máximo rango en la escala nacional a mediados del siglo XVIII. Y lo hago aprovechando la documentación existente y que presentó al regimiento mirobrigense para recuperar su origen noble como hidalgo, un reconocimiento que finalmente conseguirían el citado Juan Martín Zermeño y su hijo Pedro, también ingeniero militar.
miércoles, 8 de abril de 2015
El primer Carnaval del siglo XX
Empieza el siglo
XX en Ciudad Rodrigo saludado por el único periódico que en ese momento se
editaba en la localidad rodericense. Miróbriga[1]el 6
de enero de 1901 publica su primer número de la estrenada centuria con un
“elogio merecido” a Ciudad Rodrigo, redactado desde Madrid por Antonio Martín
Rubio, colaborador eventual del semanario, quien entre otras cosas afirma que
“Miróbriga tiene vida propia, no necesita de nadie para engrandecerse; los
brazos esforzados de sus hijos son más que suficiente para sostenerla a la
altura que se merece”. Y respecto al nuevo siglo que se inicia, Martín Rubio
exclama: “¡Qué nos importa que haya terminado el siglo con la pérdida de nuestro
poderío colonial, si volvemos la vista al pasado y nos encontramos con que comenzó
para nosotros de una manera tan admirada por todos los hombres de valor y aún
por nuestros mismos enemigos! Así pues, reunámonos todos, trabajemos todos en
la grandiosa obra de la regeneración de nuestra patria y, basados en el adagio
de que ‘la unión es la fuerza’, hallaremos el medio de reconquistar lo perdido
y que por derecho propio nos pertenece”.
martes, 7 de abril de 2015
El Carnaval de 1898
Ciudad Rodrigo,
como el resto de España, estaba padeciendo las consecuencias de la debacle
colonial. Pero, además, en la vieja Miróbriga, en los últimos años se venía produciendo
otro desastre de clara incidencia en la crisis social que se arrastraba a la malherida
patria. Aquí se había suprimido la audiencia, habían desaparecido la denominada
“administración subalterna”, la de la Zona, la de la Reserva... Y como era
lógico, incidiendo en el patriotismo de que siempre había hecho gala el
colectivo mirobrigense, estaba la incidencia provocada por “el gran contingente
que ha dado para la defensa del honor nacional, los muchos voluntarios que han
ido con tan patriótico fin y los muchísimos emigrantes que, luchando por la
existencia, han abandonado con dolor su cuna en busca de terrenos prósperos y
hospitalarios”, exponía El Clarín en
su número de 6 de febrero en un artículo de opinión que tituló ¡Abajo la fusta!. Porque “cada una de
las causas enumeradas es más que suficiente para producir los desconsoladores
efectos, que todos lamentamos, y cuyas terribles consecuencias sufrimos”.
lunes, 6 de abril de 2015
Supuesto origen de la Diócesis civitatense (IV)
Recupero hoy la senda emprendida con el supuesto origen de la Diócesis de Ciudad Rodrigo con un nuevo capítulo. Ya no son tan legendarios los datos que nos ofrece fray Gregorio de Argáiz, cronista benedictino, en su teatro monástico civitatense; ahora nos encontramos con referencias históricas contrastadas en la historiografía al uso, por lo que le daremos el justo valor que tiene la información que nos facilita el citado cronista, pero sin distraer el ojo crítico que al relato hay que concederle. El fraile de la orden de San Benito nos cuenta en esta nueva entrega los sucesos más destacados que afectaron a Ciudad Rodrigo hasta la erección de la catedral, pasando por la creación de la orden de Alcántara en territorio civitatense y la fundación de los primeros espacios conventuales. Dejemos que nos lo cuente Gregorio de Argáiz, recordando que todo lo que sigue es literal de la referida obra.
domingo, 5 de abril de 2015
Destrucción final del convento de Santo Domingo (y VII)
A finales de 1966 se presenta en
el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el proyecto de ampliación de la casa cuartel
de la Guardia Civil, firmado por el comandante ingeniero de construcción y
electricidad José García Martínez. Después de su aprobación, de la cesión de
los terrenos necesarios y de los trámites administrativos propios para la licitación
y ejecución de la obra, se acomete la construcción del nuevo edificio, adosado a
las dependencias anteriores, marcando a su término la definición de la manzana
conservada hasta ahora y que está definida exclusivamente por los servicios e
instalaciones del benemérito Cuerpo, aspecto y funciones que se han conservado
hasta la actualidad.
jueves, 2 de abril de 2015
La construcción del cuartel de la Guardia Civil. Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (VI)
El deterioro de las dependencias
del exconvento de Santo Domingo va en aumento mientras las reparaciones se suceden,
aunque con un fin meramente conservacionista, ya que la estructura del edificio
utilizado como cuartel de la Guardia Civil dejaba poco margen de maniobra. Por
eso, va calando la idea de construir un edificio de nueva planta.
miércoles, 1 de abril de 2015
Exclaustración, desarmotización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (V)
Los trámites
se aceleran y el 28 de octubre de 1885 el Ayuntamiento y la Guardia Civil
firman el contrato de cesión del inmueble destinado a cuartel, con una serie de
condiciones para ambas partes:
lunes, 30 de marzo de 2015
Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (IV)
Era evidente que no había
acuerdo. Unos, el organigrama militar, y otros, los munícipes, discrepaban
sobre la propiedad de la puerta tapiada y, por tanto, de los derechos de servidumbre.
Pero, en torno a estos años, se muestra la necesidad de que el destacamento de
la Guardia Civil cuente con un acuartelamiento suficiente para el desarrollo de
sus funciones asignadas. Se le solicita al Consistorio un edificio para
convertirlo en casa cuartel, y éste ofrece parte de las viejas dependencias del
exconvento de Santo Domingo; eso sí, con la remodelación necesaria según el
proyecto firmado el 29 de marzo de 1881 por Gerardo de Corpas Hilera, maestro
de obras municipales.
domingo, 29 de marzo de 2015
Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (III)
La primitiva iglesia de Santo Domingo, tras ser
integrada en la estructura conventual y cobrar un protagonismo específico,
había sucumbido tras aguantar las decisiones de la milicia de convertirla, tras
los sitios de la Guerra Peninsular, en una referencia defensiva con el montaje
de una batería. La paulatina ruina hizo que fuera desmoronándose y perdiendo
progresivamente su entidad, hasta desaparecer.
sábado, 28 de marzo de 2015
Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (II)
Había cerrado la primera entrega sobre los nuevos usos del convento de Santo Domingo con la iniciativa municipal para asentar allí unas escuelas. Sin embargo, y como ya había apuntado, las necesidades de
la milicia vuelven a asomar. En un escrito del comandante general interino,
trasladado al gobernador de la plaza mirobrigense, se pone de manifiesto la
necesidad de destinar una parte de los restos conventuales para el establecimiento
de 60 hombres y otros tantos caballos, con total independencia. El Consistorio
contesta que es imposible acceder a la petición por el propio estado del
edificio, considerando además que es incompatible por el uso que para escuelas
se le va a dar. No obstante, los munícipes explican que, en todo caso, sólo se podría
consentir la utilización de algunas dependencias para cuadras de los caballos.
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