lunes, 30 de marzo de 2015

Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (IV)

Era evidente que no había acuerdo. Unos, el organigrama militar, y otros, los munícipes, discrepaban sobre la propiedad de la puerta tapiada y, por tanto, de los derechos de servidumbre. Pero, en torno a estos años, se muestra la necesidad de que el destacamento de la Guardia Civil cuente con un acuartelamiento suficiente para el desarrollo de sus funciones asignadas. Se le solicita al Consistorio un edificio para convertirlo en casa cuartel, y éste ofrece parte de las viejas dependencias del exconvento de Santo Domingo; eso sí, con la remodelación necesaria según el proyecto firmado el 29 de marzo de 1881 por Gerardo de Corpas Hilera, maestro de obras municipales.

Corpas explica las previsiones de obras para las dos plantas del pabellón que se pretende ceder para el destacamento de la Guardia Civil, que contaba con su caballería. Y lo hace especificando en colores las actuaciones previstas: “la tinta carmín indica la obra nueva; el amarillo lo que se derriba y la tinta negra lo que se conserva”. Por lo que observamos, en la planta baja apenas hay que hacer obra, tan sólo escaleras y la apertura de algunos vanos. En esta planta se encontraba la entrada para los caballos y para la caballeriza, que contaba con 32 plazas, así como el dormitorio para la tropa y la nueva escalera de caracol para comunicación con el cuarto del sargento, ubicado en la planta denominada principal, en donde se encontraban los dormitorios, cocina, sala de armas y la academia, entre otras dependencias.

Reproducción del plano de Gerardo de Corpas sobre el convento de Santo Domingo
Sin embargo, los trámites se retrasan y la ejecución del proyecto se dilata en el tiempo. No será hasta el 27 de abril de 1885 cuando, de nuevo presente el proyecto de actuación el maestro de obras municipales. Y lo hace pormenorizando los trabajos, con una referencia expresa al proyecto de 1881, para disponer el acuartelamiento de la Guardia Civil y de un escuadrón del arma de Caballería.
Dice así el informe suscrito por Gerardo de Corpas: “Considerada como de gran conveniencia y utilidad general la habilitación del ruinoso edificio de Santo Domingo, cuya reparación es urgente, nada más útil ni beneficioso para la población en general, el comercio y la industria en particular, que destinar el espacio que ocupó el derruido convento en construir un edificio que llenará las dos necesidades que hoy se notan en el acuartelamiento de la plaza, que son alojamiento para Caballería y para la Guardia Civil, acuartelamientos que se consideran indispensables y para cuya realización se propone lo siguiente:
Alojamiento de la Guardia Civil. Siguiendo las instrucciones recibidas, formamos un plan y presentamos en marzo del año 1.881, según el cual la Guardia Civil ocuparía la parte Este del edificio, que es la que está en mejores condiciones de solidez y seguridad; de cuya parte sólo tomará una superficie de diez metros cuadrados en la planta baja y ciento dieciséis en la principal, cuyo presupuesto asciende a la cantidad de tres
mil ciento setenta pesetas, con cuya suma queda resuelto el problema y alojada convenientemente con independencia la Guardia Civil.
Respecto al alojamiento cómodo é higiénico de la fuerza de Caballería, y necesario para ello satisfacer las exigencias de un programa extenso, como no puede menos de ser cuando la fuerza es algo numerosa como en el caso presente, programa que descartado de la parte de comodidad ó separación de servicios que a falta de terreno pueden acumularse en un mismo local; es el siguiente: cuerpo de guardia de oficial y cuarto de banderas, cuerpo de guardia de tropa, calabozo, almacenes para efectos (cebada, paja…), cocinas, retretes para tropa y oficiales, caballerizas para noventa caballos, ídem para caballos de jefes y oficiales e ídem para enfermería.
Éstas son las dependencias mínimas que pueden establecerse, habiendo suprimido la enfermería para soldados, el cuarto para el oficial de A. M., la enfermería de caballos para enfermedades contagiosas, la fragua herradero, el cuarto de aseo, la sala de academia, la cantina, etc. etc.
De la inspección de edificio y de la que en el adjunto plano se hace fácilmente se comprende que separada la parte destinada a alojamiento de la guardia Civil, y que va marcado de color rosa, quedan de este edificio seiscientos setenta y dos metros cuadrados en la planta baja, cuatrocientos dos metros cuadrados en el entresuelo y quinientos sesenta y seis metros cuadrados en el piso principal. En esta superficie, existe la parte del Oeste en planta baja, entrada y principal en regular estado de conservación y que con un pequeño gasto de repellos, enlucidos y blanqueos, está habitable; más no sucede lo mismo con la parte Sur, que por su mal estado de pisos, falta de luz y ventilación requiere obras importantes y cuyo coste alzado dejamos al final de nuestro escrito, proponiéndonos ahora indicar la forma en que habíamos de satisfacer las necesidades de programa que será del modo siguiente.
“De cinco locales disponemos en la parte Oeste de la planta baja, dejando la entrada demarcada para la Guardia Civil, y estos cinco locales les distribuimos en cuerpo de guardia para tropa, con su cuerpo de guardia de oficial; cocina, almacén, calabozo y caballeriza para los caballos de los jefes; y en la parte Sur colocamos la caballeriza para cincuenta plazas con sus pajares correspondientes, faltándonos por tanto local para cuarenta caballos y el necesario para la enfermería, cuyo alojamiento se podía construir adosado al edificio, de construcción ligera, armado en pies derechos y crucetas de tablón, para lo cual se expropiarían terrenos en la cortina que rodea el edificio.
Ya hemos manifestado que hay que convertir la caballeriza de la planta baja en otras dependencias conservando las plazas suficientes para los caballos de los jefes. Esto se consigue con la construcción de dos tabiques y la apertura de cinco huecos de puerta, arreglo de ventanas y cristales.
Plano de la planta baja del convento de Santo Domingo, según Corpas
En la crujía del Sur podríamos derribar todos los tabiques y muros de traviesa, cuya obra tiene que afectar a todos los pisos y cubierta por lo que creemos conveniente desmontar los tabiques perpendiculares a la longitud de las fachadas y respecto á el paralelo empezando por el piso principal y bajando después hasta la planta baja, se desmontará la pared interior paralela á las fachadas, sutituyéndolos por pies derechos colocados en el mismo sitio que ocupa hoy el nuevo. En lo cual se utilizarán, sin desmontarlos, todos los pisos, renovando únicamente las maderas que resultaran inútiles. De este modo quedaban el entramado y piso principal para dormitorio de tropa, cuartos de sargentos y demás dependencias que no pueden colocarse en la planta baja que destinamos á caballerizas aunque de poca altura, resulta la suficiente capacidad de aire por caballo, dada su superficie y el número de plazas que asignar.
Con estas obras que se podrían ejecutar en sesenta días laborables se habilitará el edificio para alojar la fuerza de caballería, obras en las que incluyendo la construcción de la parte del edificio que se ha de hacer de nueva planta importarán diez y siete mil pesetas, a las cuales añadimos las tres mil ciento sesenta presupuestadas para las obras de habilitación del alojamiento para la Guardia Civil haciendo un total de veinte mil ciento sesenta pesetas, de las cuales deducimos dos mil quinientas pesetas del valor de los materiales aprovechables procedentes del derribo, quedando por lo tanto estas obras un importe total de presupuesto probable de diez y siete mil seiscientas sesenta pesetas, en cuya cantidad se convertirá en cuartel para Caballería y Guardia Civil el edifico exconvento de Santo Domingo.

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