sábado, 10 de octubre de 2015

Regulación de los bailes y música callejera

En mis anotaciones variopintas me he topado esta mañana con unas referencias legislativas locales vinculadas a la música callejera y a la convivencia ciudadana. Me imagino que procedan de algún apunte que en su día me sugirió el añorado Joaquín Fiz, Tato, en su denso, interesante e inacabado -una pena- trabajo sobre las murgas y las coplas de Ciudad Rodrigo. Como quiera que tiene su aquél, y a pesar de que legislar y su letra no son ningún atractivo para el común, retomó aquello que escribí en enero de 2006 y que fui recogiendo de las distintas ordenanzas con que ha contado nuestra ciudad, especialmente las de 1864 y 1904, referidos todos esos apuntes a la regulación de los bailes públicos en sala, a la música de calle, a los músicos, a los ruidos y a la necesaria convivencia, evitando molestar a los vecinos.

sábado, 3 de octubre de 2015

"El artillero misterioso"

Todavía no he conseguido tener entre mis manos un ejemplar de esta publicación. Tan solo puedo conformarme con una fotocopia, además incompleta, del libro del que me voy a ocupar hoy, un opúsculo más bien que no alcanza las 80 páginas, escrito por un procurador de los tribunales natural de Aldea del Obispo y que tuvo arraigo en distintas localidades, entre ellas Ciudad Rodrigo, Ledesma o Vitigudino, para ejercer su labor profesional. El libro en cuestión lleva por título El artillero misterioso o glorias y sentencia de Ciudad Rodrigo. Fue impreso en 1888 en Vitigudino, en los talleres de Isidoro Hernández, que estaban ubicados en el número tres de la calle del Amparo. El nombre del autor, una persona con profunda convicción religiosa, es Vicente Santos Blanco.