El invierno no
es favorable para la organización de los festejos taurinos. Incluso, si nos
atenemos a lo que ocurriría más adelante, en los primeros meses de 1909, el
coso del Hospicio se desmontó –el Ayuntamiento necesita el maderamen para
cerrar el cuadrilongo carnavalesco-. No obstante, volvió a levantarse en los
meses siguientes si nos atenemos a la solicitud que resuelve el gobernador
civil para la celebración de un festejo taurino el día de San Isidro Labrador,
una petición que realiza el alcalde en nombre de la “clase agrícola”. Y lo hizo
casi simultáneamente a otra solicitud cursada a mediados de marzo por
empresarios locales cara a la celebración de la Feria de Mayo en donde vuelven
a solicitar al Ayuntamiento el cierre de la plaza con las maderas utilizadas
para las corridas de Carnaval, atendiendo, dicen ellos, a la “conveniencia de
fomentar esta clase de festejos”. Se accede, una vez más, a lo solicitado, pero
“siempre que respondan dichos contratistas de las faltas y desperfectos que en aquel
[el cierre de la plaza] pueda haber”, dejando entrever que el celo en el cuidado
y mantenimiento del maderamen se había alejado de lo previsto.
sábado, 29 de agosto de 2015
domingo, 23 de agosto de 2015
Fuga novelesca de dos monjas del convento de las Descalzas en 1866
Viene a colación hoy un capítulo que, desde mi punto de vista, serviría perfectamente de guión para una novela, incluso para el rodaje de una película. Los hechos tuvieron como escenario inicial Ciudad Rodrigo y, concretamente, el convento de las Franciscanas Descalzas, ubicado entonces en la denominada plazuela del Campo del Trigo, hoy dedicada al poeta local Cristóbal de Castillejo, y que trocaron sus dependencias en cárcel pública y desde hace unos años en residencia de mayores. La historia se concretó en el mes de junio de 1866 y tuvo como protagonistas directos a dos monjas de clausura -sor Francisca de Sales y sor María del Niño Jesús-, un oficial de la alcaldía -José Acisclo Hernández- y un ratero que respondía al apodo de El Ratón. Todos ellos promovieron y organizaron la fuga novelesca de las citadas dos monjas, una acción que tuvo resonancia nacional y que hizo intervenir a eclesiásticos y seglares durante el tiempo en que se tardó en zanjar esta peculiar aventura.
sábado, 22 de agosto de 2015
Polémica con ganaderos guinaldeses por un encierro del Carnaval de 1864
No suele ser frecuente en la organización de los antruejos mirobrigenses que hubiera problemas con la presencia, calidad o número de las reses que participaban en los encierros de Ciudad Rodrigo. Pero hace unos 150 años, concretamente en 1864, se produjeron unos incidentes que tuvieron ocupado al consistorio presidido por Juan Arias Girón. El 20 de enero
se habían firmado los contratos para que los ganaderos facilitasen las corridas
de novillos del antruejo de 1864. Los comisionados municipales habían sido los
regidores Pedro María Cascón –perito agrónomo de profesión-, Manuel Valías
–orive- y Domingo Sánchez –labrador-. En el contrato se comprometían 10
novillos de los que al menos ocho deberían entrar en la plaza. Si así fuere, se
les abonarían mil reales por corrida y si hubiera alguna mengua, se
prorratearía dicha cantidad.
domingo, 16 de agosto de 2015
Pleitos por el callejón del toril de la Plaza Mayor, hoy quiosco de prensa
A lo largo de
1875 el consistorio tuvo que velar en varias ocasiones por la integridad física
y el usufructo del local que desde al menos mediados del siglo XVIII[1]
servía de toril para los festejos taurinos del Carnaval[2]. Pero
previamente, en concreto el 3 de mayo de 1867, Francisco Forns Pascua,
propietario del inmueble número uno de la calle de La Colada, eleva una
instancia al ayuntamiento en la que pone de manifiesto los perjuicios que le
está provocando la situación del corral del toril, un callejón que posee esa ilustre corporación, corto, estrecho y sin
salida[3], y
sobre el que tiene servidumbre de luces, aprovechamiento que también disfrutaba
Fermín de la Fuente, propietario de la vivienda ubicada en el número 17 de la
Plaza Mayor.
sábado, 15 de agosto de 2015
Galería de ilustres mirobrigenses: Pablo y Toribio Cáceres de la Torre
Quiero rescatar hoy la memoria de dos ilustres mirobrigenses, dos hermanos procedentes de una linajuda familia de Ciudad Rodrigo que han dado nombre a una de las calles señeras del casco histórico rodericense. Me refiero a la familia de los Cáceres y en concreto a dos de sus miembros más destacados por su faceta científica, como son Francisco Pablo Joaquín Cáceres de la Torre y su hermano Toribio, al que ya hemos citado en alguna ocasión por sus vínculos con el proyecto y construcción del pantano del Águeda.
domingo, 9 de agosto de 2015
Cambios en la adjudicación de los tablados en 1926: de la subasta al sorteo
Una polémica
sobre el festejo taurino en el inicio de la Cuaresma de 1926 –me refiero al Miércoles de
Ceniza, polémica de la que ya he escrito en varias entradas- convivió con otra situación que generó más controversia si cabe, tanto
en el seno de la corporación como entre los afectados, especialmente el gremio
de carpinteros. El concejo había decidido sustituir la tradicional subasta de
los tramos de tablados por un sorteo entre los vecinos interesados y que contasen
con la preceptiva cédula personal[1].
sábado, 8 de agosto de 2015
La Declaración de Ciudad Rodrigo de 1971 en defensa del patrimonio arquitectónico
Uno que anda siempre pendiente del patrimonio monumental y natural, de su conservación, rehabilitación y proyección, no puede obviar que Ciudad Rodrigo fue un referente en esta materia en la primavera de 1971, cuando un grupo de técnicos, alcaldes de centros históricos, responsables de la extinta Comisaría del Patrimonio Artístico Español y otras personas redactaron la denominada Declaración de Ciudad Rodrigo, un decálogo en el que se afirmaba, en líneas generales, que la salvaguarda del patrimonio
cultural exige una estrecha colaboración entre los organismos de control
nacional y los locales. O que era y es preciso, asimismo, hacer intervenir en estos
problemas a los propios habitantes, incluso desde el punto de vista de la
planificación, hecho que lleva implícita la necesidad de una labor formativa
previa. La resolución del problema de infraestructuras y el establecimiento de
una política de subvenciones, préstamos y ayudas fiscales, se considera
imprescindible. La Declaración de Ciudad Rodrigo forma parte de la serie de cartas internacionales en defensa del patrimonio cultural, iniciadas por la conocida Carta de Atenas (1933) y la Carta de Venecia de 1966. Después de la Declaración de Ciudad Rodrigo surgieron la de Bolonia (1974) y la Carta de Machu Picchu (1977). Todos los planteamientos que figuraban en esas cartas y declaraciones fueron recogidos definitivamente en las Cartas Europeas de Patrimonio y Ordenación del Territorio, que se iniciaron en 1978 con la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico, "donde se define que el Patrimonio está formado, no
sólo por nuestros monumentos más importantes, sino también por los conjuntos
que constituyen nuestras ciudades antiguas y nuestros pueblos tradicionales en
su medio ambiente natural o construido. La conservación integrada exige la
elaboración de medios jurídicos, administrativos, financieros y técnicos. Y,
por último, en la Carta
Europea de Ordenación del Territorio, de 1983, se afirma que
la puesta en valor del patrimonio arquitectónico, de los monumentos y de los
sitios, debe estar integrada en una política general de Ordenación del
Territorio y del Urbanismo", según se resume en una entrada de la recurrente Wikipedia.
domingo, 2 de agosto de 2015
Dificultades y controversia en un festejo taurino de 1910
En el mes de agosto de 1910, el conocido novillero valenciano Pelegrín Pertusa, El Pintao, que residía en Ciudad Rodrigo, deja entrever que se va a convertir en empresario para
organizar un nuevo festejo taurino. Ya es anunciado en el número 382 de La Iberia :
“El inteligente y simpático novillero Pelegrín Pertusa (Pintao) está organizando una novillada para la próxima feria de
este mes, para lo cual está llevando a cabo los trabajos preliminares, como son
el conocer la voluntad, traducida en
moneda del comercio e industria de la ciudad, ganado y cuadrilla. De lo primero
anda la cosa algo atrasada y respecto a lo último cuenta con la colaboración
del célebre espada Juan Púa[1], Puita, que tomará parte en la corrida
con su correspondiente cuadrilla. El otro espada será el amigo Pelegrín, el que
ha reunido, para que le acompañen, unos muchachos de primera”.
sábado, 1 de agosto de 2015
Una carta sobre los acontecimientos de 1808 en Ciudad Rodrigo y su entorno
La pasada semana recordé los acontecimientos que desencadenaron el asesinato del que fuera gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo Luis Martínez de Ariza. En esta ocasión quisiera ofrecerles un documento vinculado a estos sucesos, pero que, además, hace referencia a las noticias y acontecimientos que protagonizaron las tropas españolas, inglesas y portuguesas en su lucha contra el ejército napoleónico en un determinado plazo de tiempo, concretamente entre el 4 de mayo y el 2 de octubre de 1808, y unos espacios determinados: Ciudad Rodrigo y sus alrededores, el Fuerte de la Concepción y la plaza fuerte de Almeida, en Portugal.
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