sábado, 7 de marzo de 2015

La actuación de Luis Mazzantini en los festejos taurinos de 1886

La plasmación de festejos taurinos en el coso del corral del Hospicio, del que ya he escrito en alguna otra ocasión en este blog, comenzaría en 1886 con la organización de dos corridas de toros en la Feria de Mayo[1], para lo que se acometen algunas mejoras en la plaza, concretamente la renovación de la contrabarrera.[2] Los festejos se celebraron los días 27 y 28, con participación destacada de Luis Mazzantini[3], y de ellas da cuenta El Toreo[4] en un suelto insertado en el número del 31 de mayo: “En esta población se han celebrado dos corridas, una el 27 y otra el 28. En la primera se jugaron toros de Terrones, que cumplieron; y en la segunda del conde de Patilla[5], que fueron buenos, tomando 61 varas. Mazzantini quedó bien en ambas corridas. De los banderilleros se distinguió el Regaterillo. Caballos muertos: primera tarde, 10; la segunda 15”. Una crónica telegráfica[6] que nos pone de manifiesto la relevancia que, tanto en toreros como en ganaderías, había cogido la plaza de Ciudad Rodrigo para intentar atraer al público al coso de los corrales del Hospicio, en donde pudieron presenciar la muerte de 25 caballos en el ruedo y asistir a un festejo en el que los toros del conde de la Patilla recibieron nada menos que 61 varas y en donde sobresalió la figura de Mazzantini, al que el público premió con el regalo de sendos toros en las dos corridas que lidió.

Muchos más detalles del festejo, tal vez una de las crónicas más explicita refiere el corresponsal y cronista taurino de El Fomento en el número del 31 de mayo. En concreto, de la corrida del 27 explica que se lidiaron “cinco toros de la ganadería de Dª. Carlota Sánchez, viuda de D. Indefonso Sánchez, de Terrones; divisa blanca.
“A las cuatro de la tarde ocupó el palco presidencial el primer alcalde D. Juan Aparicio. La cuadrilla de Luis Mazzantini dio el paseo de costumbre, y hecha la señal, salieron los bichos por el orden siguiente”
“1º. Ginete, negro. Arremete al salir con los de aupa, recibe tres varas buenas de Calderón (Juan)[7], una recargando, con un tumbo. Una mala de Albañil[8], que indigna al público, con otra buena del mismo que cayó al ruedo, perdiendo la aleluya. A los quites Mazzantini, oportunísimo. El Barbi[9] le prendió un par de zarzillo al cuarteo y otro bueno Galea[10] a toro parado; otro mediano él mismo, que salió en falso en otra ocasión.
“Mazzantini de granate y otro, brinda por la presidencia, por la prosperidad del campo de Salamanca y por que no chillen los malos aficionados. Vase al Ginete y, entre varios pases, dos medianos, cuatro superiores de telón y dos naturales, le prepara para una estocada bien señalada tomando hueso, despachándole de otra inmejorable, logrando ovación y saliendo bien: ¡bravo por el maestro! Muchos cigarros y sombreros al redondel.
“2º. Carbonero, colorao. Al presentarse este, Mazzantini le para los pies con dos buenas naturales (aplausos); recibe de Calderón dos puyas a cambio de un guarrazo con desgracia del penco, y dos de Albañil, apeándole. A los quites, Mazzantini bien. Primo[11] le pone dos pares y medio regulares, y con una salida en falso de Regaterín pasa a manos del maestro, que diciendo por los de Salamanca le da tres pases de telón, tira la montera, enviándolo al otro mundo de una estocada buena (aunque un poquito baja), entrando bien. Piden aquellos se le regale el toro, accediendo el presidente con aplauso del público (gran entusiasmo).
“3º. Gargantillo, negro bragao. Recibe dos buenos puyazos de Calderón, perdiendo este el ánima con batacazo; tres de Ronquillo[12], cayendo una vez a los quites muy puntual Galea. Otra superior de Albañil castigando. Culebra le coloca dos pares, uno desigual a toro parado y otra muy bueno; uno Marqués[13], y el diestro con un pase natural y cinco de telón, de ellos cuatro buenos, le largó una estocada buena sin entrar, por no hacer el bicho, logrando de otra basta los gavilanes concluir con él. Se echó y el puntillero lo remató a la primera.
“4º. Florido, Castaño. Salió blanco, recibió cuatro varas buenas de Calderón, con pérdida del jaco. Dos también buenas de Ronquillo, malográndole el arpa. Tomás[14] le arrimó dos pares buenos, uno al cuarteo y otro aprovechando; dos salidas en falso del mismo y medio de Barbi, con merecidos aplausos para Tomás. Pasando acto seguido el maestro a quien hizo saltar al callejón dejando el trapo, pero escurriéndose tras él volvió a la escena, y mediante dos pases de telón, una estocada en su sitio, aunque en hueso y otra soberbia, dio fin a su vida. Palmas y bravos al diestro.
“5º. Jardo, castaño. Tomó dos varas buenas de Calderón, perdiendo los arres a cambió de caída. Tres de Agujetas con igual resultado y dos de Ronquillo con malogro de violines y tumbos. Mazzantini saca con limpieza admirable a Jardo de entre Agujetas en uno de los guarrazos; aplausos por ello. Le pone el Regaterín dos pares buenos y uno mediano; otro bueno Primo, encargándose de la fiera Galea, quien con cuatro pases de telón, un pinchazo en hueso bien señalado, otro muy tendido y otro superior, cayó aquella para siempre. Muchos aplausos al nuevo matador.
“Resumen: presidencia acertada casi en todo. Toros buenos, el 5º el de la tarde. Picadores y banderilleros bien. Calderón y Agujetas, mejores. Caballos muertos 12. Galea bueno matando. Mazzantini, admirable, ovación completa. Entrada, buena”.
El mismo periódico, aunque esta vez en crónica de urgencia, da cuenta del festejo taurino del día siguiente: “Toros, conde de la Patilla, buenos; Mazzantini muy bien quites, admirable matando. A tercer toro puso tres magníficos pares, matándolo de un soberbio volapié. Caballos muertos, diez. Picadores y banderilleros, regulares. Entrada, lleno, como ayer. Aficionados de Ciudad Rodrigo pidieron tercer toro para él, que se le dio. Picado y Hernández.” Una crónica escueta que en el siguiente número de El Fomento de 1 de junio, se ampliará siguiendo la pauta marcada en el artículo referido al anterior festejo:
“Estaba anunciados para la tarde de este día [28 de mayo] cinco toros de la ganadería del Excmo. Señor Conde de la Patilla, de Madrid, divisa encarnada, celeste y blanca. Lidiadores, los mismos del día anterior.
“Después del paseo y saludo de ordenanza y de ocupar los de tanda los sitios respectivos, se dio suelta a los bichos, que fueron saliendo por este orden:
“1º. Oliveros, colorao, bragao, ojinegro, bien puesto. Al salir este no hace caso de los montados, pero el maestro le para los pies para recibir un buen puyazo de Agujetas, con tumbo, perdiendo el velocípedo; uno superior de Badila, con iguales resultados; dos más del Ronquillo, uno mediano, con dos pares regulares del Barbi y uno de Galea, pasa a tercera instancia a manos del maestro, que vestía lila y negro, que le larga a Oliveros (no el de Castilla) sin cuadrarlo, una estocada en su sitio, pero alta, hundiéndola Primo con el capote desde el callejón; se acostó el cornúpeto, el puntillero le remató a la primera. A los quites, Mazzantini, puntualísimo. Gran indignación en el público por lo de Primo. Sr. Presidente, no consienta V. tanto.
“2º. Renegado, cárdeno, oscuro, bragao, bien armado. Lo mismo que el difunto, no se fija en los lanceros. El director de escena le sale al encuentro, dale tres pases naturales, recibiendo tres varas de Agujetas, una mediana, y tres de Badila, una mediana, desmontándose y el animal cayó al ruedo para el otro mundo, con dos pares de Marqués, uno bueno y otro desigual, y dos medianos de Montañés[15], se encarga el maestro de la ejecución. Cuatro pases de telón, una estocada bastante baja hasta la mano, más pases, otra bien señalada, en hueso, más pases y otra final en su sitio hacen que el de mal genio, como lo llamaban en su casa, caiga al suelo, dándole fin el puntillero a la segunda. A los quites, Mazzantini, y Galea, en segunda, muy bien.
“3º. Librero, colorao, bragao, ojinegro, corniabierto. Recibe un puyazo mediano de Albañil, con tumba de este, perdiendo el potro; el maestro más puntualidad al quite; tres buenos de Ronquillo, con desgracia del arre, dos más también buenos de Calderón, con caída y muerte de la mercancía. El público pide al diestro lo paree (a Librero, se entiende), le pone tres pares superiores y brinda luego por las mujeres de la tierra y la benevolencia del público; vase al bicho, le da cinco pases de telón, sale una vez en falso; una estocada mediana baja, dos pases más, oro pinchazo, una mijita trasero; se acuesta el toro y el puntillero a la segunda. A los quites, Mazzantini, superior en una caída de Ronquillo. Aplausos y cigarros al maestro después del segundo tercio. Calderón sale contuso en una caída.
“4º. Panchón, colorao, bragao, ojinegro, cornialto. Recibe tres vara de Badila, una mala, perdiendo el microbio a cambio de batacazo, y tres de Ronquillo, con tumbo y pérdida del ánima. El público pide caballos, pero la presidencia creyó conveniente pasar a otra cosa. Regaterín le prende dos pares, uno mediano y otro bueno. Culebra dale al Señor. Siete pases naturales, dos de telón, un pinchazo en hueso, más pases y otra estocada, degollándolo; el bicho cayó muerto. Maestro, no se desacredite V., acierte mejor sin bailar tanto.
“5º. Bonito, colorao, bragao, jardo cara y nalgas, bien puesto. Dale Badila dos botonazos superiores con tumbo, perdiendo el arpa; tres Calderón, buenos, desgraciándole el animal dos veces. Con par y medio mediano de Montañés, otro en conato de un aficionado y uno regular de Regaterín, se presentó el maestro, quien después de varios pases dio al Bonito a raíz de una colada peligrosa, dos estocadas bien señaladas tomando hueso, más pases y otras dos medianas, echándose la res. El puntillero a la primera. A los quites siempre el maestro”.
Con todo esto, la organización de los festejos de la Feria de Mayo había venido con una polémica sobre la presencia o ausencia de Mazzantini en Ciudad Rodrigo. La controversia vino por un suelto publicado en el periódico La Defensa Democrática[16], en donde se afirmaba “categórica y terminantemente que el espada Luis Mazzantini, contratado para las dos corridas de toros que se han de verificar en Ciudad Rodrigo, ha rescindido su contrato con la empresa y supone será sustituido por Valentín Martín”.
La respuesta de la empresa fue inmediata. Molesta con el aserto de la citada publicación, recurren a otro periódico, El Fomento, para hacer el correspondiente desmentido y arremeter contra el autor o autores de aquella noticia y de los voceros que la auparon: “Sin juzgar –dice el empresario- con la dureza merecida los móviles que hayan impulsado al autor a publicar un suelto donde se lastiman los derechos de la empresa, asunto que será en tiempo oportuno objeto de una aclaración conveniente, causa verdadera extrañeza que un periódico como La Defensa Democrática, que tiene por norte la justicia, que se dice tan amante de la verdad y cree conducirse con tanta seriedad y buen juicio, haya dado cabida en sus columnas a un suelto donde se afirma lo que no es cierto, donde se asegura lo que es falso, porque es incierto y falso que el espada Mazzantini haya rescindido su contrato con la empresa. Solamente por una sorpresa suponemos su publicación”.
Y siguiendo con el desmentido, el empresario afirma que “la empresa abriga la creencia de que el colega democrático se apresurará a rectificar el contenido del suelto en cuestión y reprimirá con la energía necesaria que en lo sucesivo se inserte nada que siendo contrario a toda verdad y justicia perjudique el crédito y reputación que deben adornar a una empresa y que constituyen su más preciado patrimonio. Conste, pues, que ni se rescindió el contrato ni se ha pensado en tal cosa y que las corridas tendrán lugar en la forma anunciada, esto es, el día 27, cinco toros de Terrones, y el día 28 otros cinco de La Patilla, todos estoqueados por el aplaudido Luis Mazzantini”.
Sin esta importancia taurina y obviado el infundio que quiso contaminar y perjudicar a la empresa taurina mirobrigense, hay constatación de más solicitudes ante el Gobierno Civil para celebrar distintos festejos, como la formulada y aceptada el 6 de marzo de este año autorizando a la empresa a organizar “una corrida de novillos a beneficio del Hospital de la Pasión el día 29 de junio[17]”; también se autorizarían sendas corridas de toros y novillos para la Feria de Agosto, aunque antes se desarrolló un festejo taurino con motivo de la festividad de Santiago[18], sin apenas trascendencia. Además, José Íñigo Marcos, el otro empresario sumado a la sociedad, procedente de Salamanca, en donde gestionaba su plaza, pide el correspondiente visto bueno de la Administración para organizar otros dos festejos taurinos (dos corridas de toros y novillos) los días 27 y 28 de agosto[19].
Con el aliciente y el indudable apoyo que para la promoción y proyección de las ferias mirobrigenses supuso la apertura de la línea férrea entre Ciudad Rodrigo y la frontera portuguesa el 25 de mayo de 1886[20], se aventura para la de agosto otro buen resultado de público. El tren se convierte en un ariete para que los festejos organizados tuvieran un mayor respaldo popular y, también, para que quienes ofrecían aposento se aprovecharan de las circunstancias: “Se nos ha asegurado –se afirmaba en un suelto de La Liga de Contribuyentes de Salamanca- que ha habido persona que ha satisfecho la cantidad de quince pesetas por solo la cama donde ha dormido una sola noche”.
Del primer festejo encontramos una escueta referencia en el número 1.852 de El Enano, de 30 de agosto de 1886[21], en donde se señala que el diestro Valentín Martín lidió “toros muy malos” de Rodasviejas[22], aunque la actuación del torero estuvo “bastante bien”. En el festejo tres caballos resultaron muertos[23]. Otra referencia de las corridas la vemos en el número 161 de La liga de contribuyentes de Salamanca[24], de 29 de agosto, en donde se aclara, además, que fueron presididas “por la primera autoridad civil de la provincia, recibiendo infinidad de aplausos por su buen acierto en la brega las cuadrillas que dirige el espada Valentín Martín”. De la lidia da cuenta el corresponsal de El Fomento, primero por vía telegráfica -“Toros Rodas Viejas, bravos y de poder. Valentín Martín, bien en los quites, desgraciado al herir. Cuadrilla trabajando con fe. Caballos muertos, ocho. Entrada regular”- y, posteriormente, en el número del 30 de agosto, el corresponsal nos detalló lo acaecido en aquel festejo taurino: “Cuatro… de la ganadería de D. Emilio García, de Rodasviejas, divisa blanca y encarnada. A las cuatro y media de la tarde ocupó el palco presidencia el primer alcalde, don Juan Aparicio.
“La cuadrilla de Valentín Martín dio el paseo ritual, y haciéndose la señal, principió la lidia por el orden siguiente:
“1º. Hermoso, colorao, bien armado, salió de la perrera con muchos pies, tomó dos varas sin codicia de Calesero[25], un marronazo del mismo con guarrazo de primera clase, tres de Pajarero[26] con caída, perdiendo el arre. Valentín bien a los quites. Frutos y Albañil fueron los encargados de parear a la res. El primero metió dos pares al sesgo y otros dos al segundo, regulares nada más. Valentín, de granate y oro, larga al bicho cuatro estocadas bien señaladas, tomando hueso, cuatro pinchazos más y de un bajonazo le pasaportó para el otro hemisferio. El puntillero, a la primera vez.
“2º. Mellizo, negro, listón, buena romana. Salió receloso al hierro, pero luego mostró voluntad recibiendo tres puyazos, dos buenos y uno regular, de Calesero, desmontándole en un acto. Una buena de Jarete[27] y otra de Pajarero con asesinato del animal. Hierro[28] le prendió dos zarcillos en la cintura y uno bueno; Esterero[29] medio para bueno y otro medio en el hocico, ¡qué horror! El público llega al colmo de la desesp… El diestro, con cuatro pases de telón, le da cinco estocadas sin ahondar en su sitio y otra muy baja, que le hundió al abismo; aplausos por los que no entienden.
“3º. Lagunero, cárdeno, bragao, meano, bizco del derecho. Se presentó muy blando, tomó una buena vara de Jarete, una mediana de Calesero y otra mala de Pajarero. ¡Fuego, fuego! pedía el público, y se le dio (al buey, se entiende). Alones le clavó para y medio malísimos al sesgo y otro id. Albañil, convirtiendo al de García en un Vesubio. Se malogró la divisa de la familia, ¡qué lástima! El matador le larga al anfibio una estocada corta en el pescuezo, otra de paso de banderillas, un bajonazo que dio fin con el buey, acostándose en el ruedo.
“4º. Lechuguino, negro, listón, corniveleto. Jarete le asestó tres buenos picotazos, con una caída y abar de la mercancía. Pajarero, dos regulares con tumbo y adiós del penco. A los quites, Valentín regular. El Esterero le puso un par buenísimo y medio regular, otro bueno Frutos y medio regular. Hierro, de encarnado en negro, toma los avíos, vase al bicho después del consabido brindis y aquí fue Troya. Le atiza sin cuadrar a aquel 5, 50, 500 pinchazos a pase de banderillas, una superior echándose el cornúpeto y el matarife a la quinta intención le remató. ¡Señor presidente, no consienta V. tanto!
“Resumen: Toros regulares. Picadores y banderilleros, así, así. Caballos muertos, seis. Valentín, bien quites, desgraciado al herir. Entrada, regular. La presidencia, como siempre en todo.”.
De la segunda corrida encontramos también una amplia reseña en el periódico El Fomento, del 31 de agosto: “Cuatro toros de la ganadería de D. Antonio Delgado, vecino de Tala (Alba de Tormes), divisa verde, y dos novillos cuya lidia corría también a cargo de la cuadrilla que dirige Valentín Martín.
“Ya cerca de las cuatro de la tarde dio orden el presidente, que lo era el primer alcalde D. Juan Aparicio, de que comenzara la fiesta. Hecho el despejo y después de dar la cuadrilla el paseo de costumbre y de ocupar los de tanda sus puestos, se dio suelta al primero, que era negro albardao, coniapretao, de muchas libras, así como los tres que le siguieron.
“No merece la corrida de que nos ocupamos una reseña minuciosa; desde un principio se resintió el espectáculo de monótono y falto de peripecias. El ganado no se prestaba a la lidia y por más que la cuadrilla hizo cuanto pudo por agradar al público, no pudo conseguir que este no se aburriera en grande.
“Los dos primeros cornúpetos fueron condenados a que se les chamuscara el morrillo, por no tomar vara alguna. Ambos fueron en muy malas condiciones al tercer tercio de la lidia, así que no es de extrañar pasara Valentín graves apuros para lograr darles muerte. Los dos últimos tomaron las varas de reglamento, dejando fuera de combate tres caballos.
“No estuvo Valentín más afortunado en la muerte del tercero, que en la de los dos anteriores. Hierro, que era el sobresaliente, y por tanto a quien correspondía matar el cuarto, empleó una faena deslucida, consiguiendo concluir con él a fuerza de pinchazos. En resumen: el ganado, de libras y bien criado, pero aquello no eran toros y sí bueyes. La cuadrilla, trabajadora. Entrada, menos que regular”.[30]

[1] No obstante, en un suelto del periódico El Progreso de 22 de abril se anuncia una novillada para el domingo, 25 de abril: “El domingo próximo se celebrará en Ciudad Rodrigo una novillada con dos toros de muerte. Para dicha corrida vendrán de Madrid tres diestros”.
[2] “En la plaza de toros de Ciudad Rodrigo se está construyendo de nuevo la contrabarrera, y con esta reforma se eleva unos 25 centímetros más que la antigua, y por el maestro de obras de aquel Ayuntamiento se está haciendo un escrupuloso reconocimiento de la plaza a fin de que ofrezca toda la seguridad posible”. De El Progreso, número 216 de 16 de mayo.
[3] El festejo era anunciado en el periódico El Fomento, revista de intereses sociales de Salamanca, que en su número 649, de fecha 26 de mayo de 1886, afirmaba que “esta mañana han llegado en el tren de Medina del Campo las cuadrillas de Luis Mazzantini y Felipe García, habiendo salido esta tarde con dirección a Ciudad Rodrigo, en cuya plaza de toros lidiarán mañana y pasado las dos corridas anunciadas. Mazzantini, que ya no cabe dudar vaya a Ciudad Rodrigo, es el único matador de toros de cartel a quien no ha visto trabajar el público de Salamanca. Luis Mazzantini es una figura interesante, un arrogante y guapo mozo”.
[4] También se da cuenta telegráfica de las corridas en El Enano. Boletín de Loterías y de Toros en su número 1.839, de 31 de mayo de 1886: “Ciudad Rodrigo, 27 (8.30 noche).- Toros Terrones, cumplieron. Mazzantini, bien. El corresponsal”. Y del segundo festejo cuenta: “Ciudad Rodrigo, 28.- Muy buena la corrida de hoy. Los cinco toros del conde de la Patilla recibieron 60 varas y mataron 15 caballos, resultando superiores en todos los tercios. Mazzantini bien y se ganó un toro. La cuadrilla buena. El corresponsal.” Igualmente, en el número 45 de El Enano, de 30 de mayo de 1886, se reitera la referencia a los festejos taurinos de esta feria: “La corrida celebrada el 28 en Ciudad Rodrigo fue buena. Los toros del conde de Patilla resultaron bravos, tomando setenta y una varas y matando quince caballos. Mazzantini, valiente; le regalaron un toro y escuchó muchas palmas”. Y más adelante se afirma: “En la corrida celebrada el jueves pasado en Ciudad-Rodrigo los toros de Terrones mataron diez caballos y Mazzantini quedó bien”.  Por último, en el periódico El Imparcial en su edición del 29 de mayo se recogen las crónicas de los dos festejos: “Ciudad Rodrigo, 27 (7 tarde). –Señor Sentimientos- Ganado de Terrones, muy bravo; quinto toro bastante para acreditar ganadería: dejó cinco jacos en el redondel. En total murieron doce. Mazzantini muy bien. A petición público, le fue concedido toro. De los chicos, Regaterín menor, un par sobresaliente. El último toro lo mató Galea; bien.”. Y a continuación se puede leer la crónica del festejo del día siguiente: “Ciudad Rodrigo, 28 (8,15 noche). –Señor Sentimientos- Los toros del conde de la Patilla muy buenos. Corrida notable. Cinco toros tomaron 61 varas y mataron 15 caballos. Otro regular. La cuadrilla muy bien. Mazzantini, muy guapo: le regalaron un toro. Muchas palmas. C. M.”.
[5] Esta ganadería fue creada por María Tomasa de Angulo y Espinosa, vecina de Arcos de la Frontera en el último tercio del siglo XVIII. A principios del XIX esta señora vende la vacada a los hermanos Zapata, de Jerez de la Frontera, quienes la regentas durante medio siglo. Al fallecer los hermanos, la ganadería pasó a manos de Vicente Romero, quien en 1878 se la vendió a Enrique Tordesilla y O’Donell, conde de la Patilla, quien tras su fallecimiento en 1893, su viuda, Sofía Fernández-Casariego, vende la ganadería a Esteban Hernández Martínez. Hay una copla sobre este ganadero, involucrado en distintos acontecimiento políticos y que tenía casa solariega en Benavente, que está recogida en: GRANÉS, Salvador María: Calabazas y cabezas; Bibliobazaarm 2009: “Es título de Castilla, / y tiene muchas cabezas / de ganado. / Se dice entre otras lindezas, / que el conde es un cabecilla / jubilado. Yo, para final del cuento / que fue carlista algún día, / sé decir; / que antes fundó El Parlamento, / luego una ganadería, / y a vivir”.
[6] También encontramos otra crónica de urgencia en El Fomento, de 27 de mayo: “A la hora de cerrar la edición de este número, recibimos el siguiente telegrama: Director de El Fomento, Ciudad Rodrigo, 27, a las 6 y 5 de la tarde. Toros, viuda Sánchez, de Terrones, buenos. Mazzantini, muy guapo, trabajando con lucimiento. Se le regaló segundo toro, a petición aficionados de Salamanca a quienes le brindó. Picadores y banderilleros bien. Caballos muertos, 12. El corresponsal”.
[7] Manuel Calderón Díaz. Nació en Alcalá de Guadaira (Sevilla) el 2 de octubre de 1840. Fue el hermano más joven de Antonio, Francisco y José Calderón, famosos picadores.
[8] Enrique Sánchez, diestro que por imposible que sea puede ser el que llevó el apodo de el Albañil, aunque este era picador de toros de la segunda mitad del siglo XIX, nacido en Vejer de la Frontera el 7 de junio de 1838. Trabajó por primera vez el año 1858, en la plaza de toros de la Isla de San Fernando (Cádiz), agradando mucho. Tomó la alternativa en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla el año 1866, figurando en las cuadrillas de los mejores diestros, entre ellas la de Mazzantini.
[9] José Fernández (el Barbi), banderillero de toros, nacido en Sevilla el año 1843. En 1871 figuraba en la cuadrilla de José Machío. Al comenzar la de 1875, formó parte en las huestes de Luis Mazzantini y con él hizo varias excursiones a América, y en uno de ellas falleció en La Habana, a consecuencia de un cólico miserere, el 20 de febrero de 1887.
[10] José Galea y Jiménez, banderillero, nacido en la Isla de San Fernando (Cádiz), el 30 de junio de 1857. Falleció en Mérida (Estado de Yucatán, México) en 1903, a los 46 años de edad. Trabajaba en la campaña de 1880 o bien a las órdenes de Luis Mazzantini o de Manuel Hermosilla.
[11] Ricardo Verdute y Fernández, Primo o Primito. Banderillero nacido en Sevilla el 23 de agosto de 1848. Fue un banderillero de escasas facultades, peor muy bien aprovechadas.
[12] Vicente Blanes, Ronquillo. Picador nacido en la provincia de Alicante.
[13] Ramón Marqués, Tripa.
[14] Tomás Mazzantini y Eguía, banderillero y peón de brega, nacido en Llodio (Álava) el 21 de diciembre de 1862. Falleció el 26 de octubre de 1919 en la ciudad de El Puerto de Santa María, a los 57 años de edad. Toreó por provincias con su hermano Luis.
[15] En esa época y en distintos carteles taurinos se presentaba formando parte de la cuadrilla de Mazzantini un tal R. Puertas, Montañés de Madrid, que venía anunciado como puntillero.
[16] Periódico editado en Salamanca en aquella época.
[17] Sin embargo, encontramos una reseña del festival benéfico en El Progreso, del 26 de agosto, en la que se dice que “el último domingo [22 de agosto] tuvo lugar en la plaza de toros de Ciudad Rodrigo una novillada a beneficio del Hospital, rifándose un becerro perteneciente al dueño de la ganadería, D. Sebastián Iglesias. La función estuvo animada, dando mucho juego los bichos y sin otras consecuencias que la cogida de un aficionado y el susto que esta le produjo. El becerro rifado tocó en suerte al comerciante de aquella localidad, D. José Romero.”
[18] Afirma El Progreso en su número del 5 de agosto que “la corrida celebrada en Ciudad Rodrigo el día de Santiago estuvo muy desanimada. El ganado que en ella si lidió eran bueyes de labor más que de plaza y los toreros tampoco contribuyeron por su parte a animar la fiesta”. En el mismo periódico, unos días antes, en concreto en el número del 29 de julio, se insertó un suelto en el que da algunos detalles más del festejo: “El domingo se celebró en Ciudad Rodrigo una novillada con muerte de uno de los toros, perteneciente a la ganadería de D. Antonio Pérez, que fue lidiado por la cuadrilla de Joaquín del Río (Alones).”
[19] El semanario El Enano, en su número 1.851, de 23 de agosto de 1886 apunta que “Valentín Martín  [Lorenzo –Torrelaguna (Madrid, 1854) excepcional banderillero y matador de toros de muchos recursos, iniciado en la cuadrilla de Frascuelo] toreará los días 28 y 29 en Ciudad Rodrigo”. Asimismo, en el semanario salmantino El Progreso, de fecha 26 de agosto, se afirma que “en la plaza de toros de Ciudad Rodrigo y en los días 27 y 28, tendrán lugar dos brillantes corridas mixtas de toros y novillos, lidiados por el diestro Valentín Martín con su correspondiente cuadrilla, siendo los toros de las acreditadas ganaderías de D. Emilio García, de Rodasviejas, y de D. Antonio Delgado, de Tala. La compañía de la vía férrea portuguesa establece tarifa especial con trenes económicos de ida y vuelta en los días de las corridas”. En el número del día anterior ya se anunciaba que “con motivo de la feria de ganados que hoy habrá dado principio en Ciudad Rodrigo y que terminará el día 30 de los corrientes, se celebrarán en la plaza de toros de la inmediata cabeza de partido, en los días 27 y 28 de agosto, dos corridas mixtas de toros y novillos que lidiará la cuadrilla que dirige Valentín Martín. El día 27 se jugarán cuatro toros de la ganadería de D. Emilio García, vecino de Rodasviejas, divisa blanca y encarnada; y el día 28 otros cuatro de la ganadería de D. Antonio Delgado, vecino de Tala (Alba de Tormes), divisa verde. En cada una de dichas tardes lidiará además la cuadrilla dos novillos”.
[20] “La compañía estableció el trayecto hasta la frontera de Portugal con dos ramales, uno que partiendo de Fuentes de San Esteban por Ciudad Rodrigo, Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, abierto el 25 de mayo de  1886. Y otro de La Fuente de San Esteban por La Fregeneda y Barca D´Alva abierto en dos etapas: una el 15 de junio de 1887 entre La Fuente de San Esteban a Lumbrales y desde Lumbrales a la frontera.  Hubo que solicitar un año de prorroga  concedido por la Ley de 14 de enero de 1887 (Gaceta de Madrid, 15/01/1887), hasta alcanzar el puente internacional de 200 metros lineales sobre el Agueda”. Del recurso http://www.spanishrailway.com/capitulos_html/companiadelferrocarrildesalamancaalafronteradeportugal.htm [consulta realizada el 4 de enero de 2011]. El tren había llegado a Ciudad Rodrigo, con procedencia de Salamanca, el 30 de septiembre de 1884.
[21] “Ciudad Rodrigo, 27 (7,35 noche). Toros de Rodas lidiados han resultado muy malos. Valentín bastante bien. Caballos muertos, tres. –Corresponsal”.
[22] Se trata de la ganadería de Emilio García Serrano, afincada en Rodasviejas.
[23] También encontramos una referencia en el periódico madrileño El Liberal, de 28 de agosto: “Ciudad Rodrigo, 27. Los toros de Rodas Viejas lidiados esta tarde han resultado muy malos. Han muerto dos caballos. Valentín estoqueó solo, quedando bastante airoso dadas las condiciones de las reses. C.”
[24] La Liga de Contribuyentes de Salamanca: paz, justicia, buena administración, trabajo, economías. Semanario salmantino que se imprimía en la imprenta de Francisco Núñez Izquierdo. Salió su primer número en 1882 y se extendió hasta final de siglo. Tuvo distinta periodicidad, ya que apareció como mensual, pasó a trimestral y acabó siendo semanal.
          [25] Francisco Fernández (el Calesero), picador de toros de excelentes facultades, nacido hacia el año 1855. Trabajó entre los años 1875 y 1886, aproximadamente.
[26] Antonio Cabezas (el Pajarero), picador de toros madrileño, nacido hacia el año 1860. Falleció en junio de 1888, a los 28 años de edad.
[27] Ignacio Luengo (Jarete), picador de toros, nacido en Madrid hacia el año 1861. En 1887, cuando su fama de excelente picador era más grande, se retiró, dedicándose al negocio de tratante en ganado caballar, que su padre le legara.
[28] Bernardo Hierro, banderillero que fue también de la cuadrilla de El Gallo.
[29] Ramón Fernández, Esterero.
[30] El periódico El Progreso, en su edición del 2 de septiembre, hace una reseña de los dos festejos celebrados en la Feria de Agosto: “La primera corrida de toros anunciada en Ciudad Rodrigo para el 27 fue presidida por el Sr. alcalde, D. Juan Aparicio. Se lidiaron cuatro toros de la acreditada ganadería de D. Emilio García, vecino de Rodas Viejas, cuyos bichos dieron un resultado nada más que regular. La cuadrilla, dirigida por Valentín Martín, no satisfizo del todo, y el matador remató con poca suerte, aunque en los quites estuvo más afortunado. La entrada se esperaba hubiera dado mejor resultado, pues no obstante las muchas personas que había de esta capital, ha sido insuficiente. En la que tuvo lugar el siguiente día 28, y en que se lidiaban otros cuatro toros de la ganadería de D. Antonio Delgado, vecino de Tala, trabajó la mencionada cuadrilla aún con menos suerte que en la anterior, si bien fueron los bichos la principal causa del desastre, pues carecían de condiciones para la lidia. La entrada, muy escasa también, acabó de desanimar la corrida, que ha dejado un disgusto general”.

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