martes, 21 de abril de 2015

Configuración urbana de Ciudad Rodrigo: la Comandancia de Ingenieros

Tras los avatares de la Guerra de la Independencia, con las graves consecuencias que tuvieron los dos sitios para la configuración urbana intramuros, el historiador Mateo Hernández Vegas nos hace una somera descripción de cómo quedó el entorno de la Catedral de Santa María, lo que después sería bautizado como Plaza de Pérez de Herrasti, en homenaje al defensor de Ciudad Rodrigo, y que previamente había ocupado una barriada relevante en su definición arquitectónica: “Aún era más importante y costosa la obra de desescombrar todo el campo enfrente de la torre [de la catedral] y la sala capitular. Por efecto de los bombardeos se habían arruinado todas las casas que había en aquel sitio (casi todas del Cabildo) y los montones de ruinas unidos a la inmensa cantidad de tierra acumulada allí para proteger el depósito de pólvora que estaba debajo de la torre, formaban una gran rampa continua desde la puerta de la iglesia hasta la altura de la muralla”.

Edificio que albergaba la Comandancia de Ingenieros
A 13 de octubre de 1827, a instancia del Cabildo, “el gobernador e ingenieros autorizan para quitar la rambla en el atrio exterior de la iglesia, haciendo otra subida a la muralla donde señale el ingeniero”. Así lo hizo el Cabildo, construyendo a su costa la rampa de acceso que estaba frente a la puerta principal del seminario. Pero como todavía quedaron hacia la muralla muchas ruinas y escombros, a 11 de agosto de 1830, “el ingeniero manifiesta al Cabildo que piensa allanar la plazuela enfrente de la torre, y que si el Cabildo lo tenía a bien, derribaría los paredones de las casas de fábrica, dejando señalados los linderos. Precaución inútil, pues a pesar de los linderos, el Cabildo, como había perdido las casas, perdió también los solares. Así conocimos nosotros aquellos caídos, sin más construcción que un pequeño cuerpo de guardia y el monumento a los héroes del sitio, hasta que se construyó en nuestro tiempo el edificio que fue comandancia de ingenieros.”
“Pocos años después, en 1836, se inauguró el monumento a los héroes de la guerra contra los franceses; se trata de un templete, sobre una base de piedra con unas escalerillas, de cuatro columnas monolíticas que sostienen sendos dinteles con inscripciones que recogen los batallones que defendieron la plaza y la dedicación del monumento por parte del ayuntamiento y de varios ciudadanos; el techo es escalonado y remata con un adorno un tanto pesado”.  El monumento se colocó en el centro de la plaza, enfrente de la torre y de la brecha defendida por Andrés Pérez de Herrasti, a quien el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, pocos años después, dedicaría la plaza a su memoria.
Monumento a los héroes de la Guerra de la Independencia
Este espacio urbano perdió prácticamente su protagonismo con la explanación de los restos de los edificios asolados en los sitios hasta que en 1885 comenzaron los trámites para levantar la comandancia de ingenieros en unos terrenos que habían pasado a propiedad municipal. “El 26 de enero de 1885, el Ayuntamiento mirobrigense cedió al Ramo de Guerra un solar de ochocientos metros cuadrados, sito en la Plaza de Pérez de Herrasti, para construir un edificio de oficinas, pabellones y almacenes de la comandancia de ingenieros”. Los historiadores José Ramón Nieto y María Teresa Paliza afirman, al respecto, que se desconoce el autor del proyecto, aunque el maestro de obras municipal, Gerardo de Corpas, dibuja un pequeño plano para emplazar el terreno objeto de cesión.
Efectivamente, el 26 de enero de 1885, a las diez y media de la mañana, se formaliza la cesión del terreno en donde se levantaría el edificio que albergaría la Comandancia de Ingenieros. El consistorio había decidido dar posesión al ramo de Guerra que albergaba la plaza de Ciudad Rodrigo el terreno en donde se habrían de construir las “oficinas, pabellones y almacenes de la Comandancia de Ingenieros de la misma”.
El acto de cesión del terreno contó con la asistencia de Juan Manuel Aparicio, alcalde interino en aquel momento, quien estuvo acompañado por el secretario de la corporación municipal, Ramón Torres y Nafría. La otra parte, la que recibía y posesionaba el terreno en cuestión, estaba representada por Juan García Martínez, sargento mayor de la plaza mirobrigense, y por Francisco Oleo y Estades, comisario de Guerra. Los cuatro comprobaron “el marcado del expresado terreno, que mide ochocientos metros cuadrados, según se detalla en el plano y literación que se acompaña”. El terreno fue cedido a “perpetuidad”, en “posesión pacífica y gratuita y sin perjuicio a reclamación de tercero al ramo de Guerra”.
El 25 de enero, un día antes de la firma de la cesión del terreno, Gerardo de Corpas, maestro de obras militares, había levantado un plano de situación del terreno en cuestión, que contó con el visto bueno de Cosme Gómez, comandante de ingenieros accidental, en donde también se aprecia la existencia del cuerpo de guardia.
Plano de situación de los terrenos cedidos por el Ayuntamiento al ramo de Guerra para levantar la Comandancia
En referencia al edificio, los citados investigadores Nieto y Paliza califican de “sencilla” la definición del inmueble: “Constaba de planta baja, dos pisos altos, cubierta accidentada por un cuerpo central cuadrangular sobreelevado y tejado a cuatro vertientes, además había unas dependencias anejas de una sola altura. La disposición del piso alto a modo de ático, de menor altura que las plantas inferiores y separado de éste por una fuerte molduración de impostas, recuerda lejanamente a planteamientos usuales en la arquitectura de estilo Segundo Imperio en boga en España en aquellos años, pero sin las mansardas y la cubierta de pizarra que significan esta formulación artística. Aparte de esto, la molduración de los cercos de vanos, esquinales y cadenas verticales en los dos pisos inferiores y los remates de los huecos ligeramente curvados, poco podemos resaltar de planteamiento decorativo general”, dicen los mencionados investigadores.
Vista general de la Comandancia de Ingenieros con dependencias anexas
No obstante, podemos añadir que el cuerpo principal estaba conectado con el adarve de la muralla a través de una pasarela, como lo pone de manifiesto una fotografía aérea. Igualmente, el edificio de una sola planta que servía de dependencias anejas, contaba con una especie de lucernario. Todo el conjunto contaba con un muro de cerramiento que remataba en las dependencias catedralicias, en concreto en sala capitular.
Vista aérea de la zona de la Plaza de Herrasti en 1915
“Este inmueble fue sede la Comandancia de Ingenieros hasta la Guerra Civil. Después fue ocupado por la Jefatura Local del Movimiento, Delegación Sindical, Obra del 18 de Julio y Delegación de Deportes. Un gran incendio, acaecido en la madrugada del 23 de diciembre de 1954, convirtió en cenizas este edificio”, señalan José Ramón Nieto y María Teresa Paliza. Además, continúan afirmando que “inmediatamente se procedió a la construcción en el mismo solar de la sede de sindicatos. Ésta también tiene tres alturas y es una obra muy austera, en la que sólo cabe destacar la ligera molduración rectilínea de los vanos y el desarrollo de las cornisa del remate. La pobreza general coincide con lo usual en gran parte de la arquitectura española de los años cincuenta”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.