jueves, 2 de abril de 2015

La construcción del cuartel de la Guardia Civil. Exclaustración, desamortización y nuevos usos del convento de Santo Domingo (VI)

El deterioro de las dependencias del exconvento de Santo Domingo va en aumento mientras las reparaciones se suceden, aunque con un fin meramente conservacionista, ya que la estructura del edificio utilizado como cuartel de la Guardia Civil dejaba poco margen de maniobra. Por eso, va calando la idea de construir un edificio de nueva planta.

La propuesta llega al Consistorio en torno a los años treinta del pasado siglo. Un responsable del Cuerpo Armado se entrevista con el alcalde, Severino Pacheco, en octubre de 1933 para ver de qué posibles terrenos disponía el Ayuntamiento. Realizada la inspección, el representante de la Guardia Civil estimó como el más conveniente el formado por la explanada de la plaza de Santo Domingo, creada tras el derribo de la iglesia y limitada, cuando no integrada en algún momento, por los restos conventuales de Santo Domingo.
Severino Pacheco en un recorte de prensa
La propuesta del terreno elegido para el nuevo cuartel de la Guardia Civil, refrendada por el propio alcalde, es llevada a la sesión municipal del 21 de octubre de 1933. No hay unanimidad con la elección del solar, pidiendo que se barajen otros terrenos.
Pacheco informa a sus compañeros de que han inspeccionado todas las posibilidades y el único que cuenta con los requisitos necesarios es el que se presenta, el de la plaza de Santo Domingo. Sin embargo, es necesaria una votación que, finalmente, respalda la propuesta inicial, por lo que se da vía libre a la construcción de una casa cuartel de nueva planta en la plaza de Santo Domingo.
Pero enterados los vecinos del acuerdo municipal, el 30 de octubre, tan sólo una semana después, el Consistorio tiene que pronunciarse sobre el escrito de reclamación que firman los vecinos de la citada plaza de Santo Domingo contrarios a la cesión de los terrenos para el cuartel, reclamación que es rechazada.
Las obras comenzarán pocos meses después. Las gestiones realizadas por el alcalde para el asentamiento de la Guardia Civil en el nuevo edificio en construcción serán la excusa para que del seno de la Corporación municipal salga una propuesta para colocar una placa en el propio acuartelamiento y en la que se reconozcan los méritos realizados por Severino Pacheco para la consecución de semejante proyecto. No se produciría tal reconocimiento, entre otras cosas por el cambio de gobierno municipal tras las elecciones, pero también por la ralentización del ritmo de las obras y que incluso, en los últimos meses de 1934, estaban paradas. No obstante, concluirían tiempo después.
Mientras tanto, la plaza de Santo Domingo continuaría reduciéndose gracias a las concesiones de terrenos que hizo el Ayuntamiento a varios vecinos que así lo plantearon.
Por otro lado, los inmuebles existentes van cambiando de actividad, es el caso de Jesús Sánchez Pérez, quien en febrero de 1942 pide autorización para la apertura de una fábrica de curtidos, quien también más tarde solicitaría licencia para la “construcción de pozos y habilitación de locales para el curtido de pieles en la finca de su propiedad, sita en el Campo de Santo Domingo, decisión que acarrearía desavenencias con el vecindario que se opuso a la ampliación de las instalaciones para el curtido de pieles.
Terminado el edificio de la primitiva casa cuartel de nueva planta, el Gobierno considera necesario su ampliación, especialmente para construir viviendas destinadas a los guardias civiles y sus familias. Para ello utiliza terrenos de la plaza de Santo Domingo, en la parte Este, en donde en su tiempo se asentó la primitiva iglesia que dio origen al cenobio dominico, la que dio lugar al segundo asentamiento de la orden de predicadores en Ciudad Rodrigo.

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