domingo, 5 de abril de 2015

Destrucción final del convento de Santo Domingo (y VII)

A finales de 1966 se presenta en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el proyecto de ampliación de la casa cuartel de la Guardia Civil, firmado por el comandante ingeniero de construcción y electricidad José García Martínez. Después de su aprobación, de la cesión de los terrenos necesarios y de los trámites administrativos propios para la licitación y ejecución de la obra, se acomete la construcción del nuevo edificio, adosado a las dependencias anteriores, marcando a su término la definición de la manzana conservada hasta ahora y que está definida exclusivamente por los servicios e instalaciones del benemérito Cuerpo, aspecto y funciones que se han conservado hasta la actualidad.

Por lo que respecta a los restos conventuales de Santo Domingo, estaba claro que las administraciones públicas tenían en poco estima su conservación. El Ayuntamiento va desprendiéndose de los solares que ocupan las ruinas en sucesivos momentos, unas veces a particulares y otras para fines sociales. Incluso, en torno a 1974, hay cierto interés en promover viviendas de protección oficial en el solar en que todavía se conservaban algunas referencias arquitectónicas del monasterio dominico. Así nos encontramos con que el entonces concejal Fernando Mirat Risueño, en la sesión celebrada el 12 de diciembre de 1974, “interesa conocer la situación en que se encuentra el proyecto de viviendas que habrán de construirse en el lugar que ocupaba el antiguo convento de Santo Domingo. Por el señor alcalde se manifiesta que precisamente estos días, de acuerdo con el arquitecto redactor del proyecto –Miguel Ángel Leal Echevarría-, se van a hacer las gestiones necesarias ante el Ministerio de la Vivienda para que dicho proyecto siga su curso oportuno”.
Proyecto de la ampliación del cuartel de la Guardia Civil con viviendas
Y lo siguió, aunque no llegaría a buen término. Pero, en principio, se siguen con los trámites para construir 18 viviendas en los restos conventuales. En la sesión municipal de 24 de junio de 1975 se da cuenta de la tramitación: “Se trae a la vista el proyecto de edificio para 18 viviendas -Grupo 2º, 3ª Categoría en el solar ocupado por el antiguo cuartel de la Guardia Civil y convento de Santo Domingo, propiedad de este Excmo. Ayuntamiento, promotor de dicha construcción con un presupuesto total protegible de 9.696.894 ptas., un presupuesto de instalaciones especiales de 73.036,5 ptas. y obras de urbanización por importe de 153.850 ptas. Se acuerda aprobar el proyecto y presupuesto y solicitar del Instituto Nacional de la Vivienda acuerde la construcción de estas 18 viviendas en el solar de propiedad municipal”. Sin embargo, el acuerdo y la decisión de construir las viviendas de protección oficial quedarían sin plasmación efectiva al no conseguir los fondos necesarios para su ejecución.
El solar con los restos conventuales se mantendría otros 20 años con el consiguiente y progresivo deterioro hasta que el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y la asociación Asprodes firman el acuerdo de cesión del referido solar para la construcción de una residencia para la atención de discapacitados psíquicos. Los trámites se iniciaron en 1994, y la ejecución del inmueble comenzó al año siguiente, con lo que definitivamente desaparecieron las estructuras fundamentales que definieron este espacio urbano durante seis siglos.
Sin embargo, por la intervención técnica de los responsables de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, después de valorar los vestigios arquitectónicos conservados, se decidió que sólo merecían reconocimiento suficiente algunos restos de sillería, que apuntaban a la construcción de un arco. El informe técnico nos da cuanta de su situación y características:
“Realizada visita el pasado día 8 [de noviembre de 1994] al solar que ha cedido a Asprodes el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo para la construcción de una residencia para personas con discapacidad psíquica, y recibida fotocopia del informe que emiten el arquitecto D. Adolfo Domínguez y el arqueólogo D. Nicolás Benet del Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, tengo a bien informarle: 'Existen en el solar dos muros antiguos recayentes a las calles Arapiles y Cuartel Viejo. Ambos muros son de mampostería concertada asentados con cal y piedra de arenisca de desechos de cantera. El muro recayente a la calle Arapiles está retranqueado con respecto a la alineación actual de la calle, presenta desplome y en su extremo se encuentra parcialmente derruido. El muro recayente a la calle Cuartel Viejo comienza en la propiedad colindante y se trata de un tramo que se complementa con piezas prefabricadas de mortero de cemento para continuar la tapia que delimita el solar'.
“A mi juicio –dice Luis Barrero García, arquitecto redactor del proyecto-, ambos tramos de muros no presentan el menor interés arquitectónico. Muy posiblemente son antiguos muros que servían de tapia de separación con las calles. Tramos de estos mismos muros han sido derribados muy recientemente para proceder a la construcción de los edificios colindantes.
“No ocurre lo mismo, con un pequeño conjunto que forma una esquina, uno de cuyos lados se delimita en su frente a la calle Cuartel Viejo y otro de ellos se introduce en el interior del solar. Se trata de la iniciación de un muro bien conformado, de piedra arenisca en sillería, con dos columnas adosadas y el inicio de un arco con dovelas de la misma piedra y que parte de ellas se encuentran en el suelo del interior del solar. El muro presenta buena factura arquitectónica.
Restos del convento en noviembre de 1994
"A mi juicio, este conjunto sí es de interés, formando muro, columnas y arranque de arco una esquina de composición muy agradable. Por ello, y siguiendo las pautas para su conservación que marcan en su informe el arquitecto y arqueólogo territorial paso a analizar.
“La conservación in situ de los restos de la esquina referida no sería posible por tres motivos:
"1º.- La alineación de la calle Cuartel Viejo y por ello el muro del edificio de la Residencia pasa por entero por los restos del muro.
"2º.- La excesiva altura del los restos del muro, que con el dovelaje del arco nos llevaría a una altura de unos 5,50 m en planta baja, que quedarla desproporcionada con la altura y composición del resto de los edificios del entorno.
"3º. Si los restos se mantuvieran in situ con una edificación nueva adosada, o en su interior, el conjunto perdería perspectiva siendo mucho más interesante poder apreciar el conjunto a distancia.
“Por ello y siguiendo la segunda solución del informe del arquitecto y arqueólogo territoriales, propongo:
lº.- Numeración de todas y cada una de las piedras del conjunto.
2º.- Reportaje fotográfico exhaustivo del conjunto.
3º.- Desmontaje de las piedras y traslado de las mismas al lugar que indique el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, para proceder a su posterior montaje en el lugar que se indique.”
Los restos, en esencia, fueron conservados, aunque se trasladaron varios de ellos para favorecer la vista del conjunto. Algunos de los elementos que se describen, en efecto, fueron numerados y se facilitó su conservación al Ayuntamiento, aunque otros, y el conjunto en sí, se perdió para siempre.

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