viernes, 15 de mayo de 2015

Tasa de 75 pesetas por solicitar la autorización de los festejos del Carnaval de 1885

Estábamos a mediados de enero de 1885 y ya olía a Carnaval. La estudiantina salmantina se había dado un garbeo por Ciudad Rodrigo con la excusa de recaudar fondos para los afectados por el terremoto de Andalucía de final del año de 1884 y el ambiente era claramente precarnavalesco. De hecho ya habían comenzado los trámites para su organización, caso de la solicitud al Gobierno Civil para que se autorizasen las tradicionales corridas del antruejo, eso sí, “previo pago de 75 pesetas”, tasa que encendió al redactor de El Progreso: “¡Previo pago de 75 pesetas...! ¡Hombre, hombre! La frasecilla tiene miga. ¿Qué pesetas son esas? ¿En qué ley se autoriza el cobro de semejantes derechos? ¿Quién las ha cobrado? ¿A qué fin se aplican? ¿Serán las únicas pesetas cobradas por causas análogas? ¡A ver, señores interesados...! ¡Que se haga luz en este asunto, que nos parece algo sucio! ¡Señor gobernante, aclárelo usted!”.

            Sin aclaraciones que conozcamos, el Carnaval sigue con su liturgia y el martes 17 de febrero comienza el montaje de los tablados, cuya construcción se extendería hasta completarse con la revisión que sobre su seguridad imponía el Ayuntamiento. Por otra parte, ya se conoce la procedencia de los novillos: la ganadería del mirobrigense Antonio Hernández aportará la corrida del Domingo de Carnaval; las reses del lunes serán de la Viuda de D. Celestino Hernández, de la misma vecindad; y se cerrará el capítulo taurino del Carnaval de 1885 con las reses de Antonio Pérez, vecino del anejo Otero de Vaciadores, de Aldeatejada.
Estampa de la revista taurina La Lidia de 1885
            El Ayuntamiento también había acordado la participación de varios diestros para las corridas, caso de los madrileños Joaquín Menasalvas, el Barberillo[1], y Atanasio Alonso, el Rata[2], o del toledano Eustasio Rodríguez, Método[3].
            Varias crónicas telegráficas nos dan cuenta de lo que aconteció en este Carnaval, todas ellas insertas en El Progreso: “Los novillos corridos el domingo en Ciudad Rodrigo han dado juego”, favoreciendo “a los cuatro aficionados que de Madrid han venido para poderse lucir y recaudar no pocos cuartos, especialmente el diestro conocido por Barberillo, que estuvo admirable”.
            Si el encierro de Antonio Hernández resultó bueno para toreros y crítica, el del lunes contó con problemas sobrevenidos: “El ganadero de la corrida de novillos de anteayer estuvo con sus vaqueros todo el día tratando de sacar de la dehesa el ganado, no habiéndolo conseguido, por lo que tuvieron que correrse los que tenían dispuestos para el martes”. Algo que parece complicado, dadas las costumbres imperantes y la ejecución del encierro, por lo que el propio periódico desmiente de alguna manera esta información al  señalar días después que el Lunes de Carnaval “se corrieron en Ciudad Rodrigo novillos de varios labradores del Arrabal de San Francisco por haber sido imposible sacar del monte los destinados a la lidia. En la refriega uno de los novillos mató un caballo”. Y como colofón, los novillos de la corrida del Martes de Carnaval siguieron en comportamiento a las reses del domingo, con un “ganado superior; no así la segunda por haber tenido que encerrar ganado de labor. De los diestros, El Barberillo, Rata y Método han trabajado a conciencia, señalando banderillas, pareando y dando hasta el cambio de rodillas. Han recaudado, entre el guante y 30 duros que les dio el Ayuntamiento, unos 84 duros. El público, satisfecho”.
            En referencia al capítulo complementario del antruejo mirobrigense, “los bailes de Ciudad Rodrigo han estado todos muy concurridos, sin más disgustos que unos golpes que se dieron dos prójimos en el del teatro por cuestión de una ella”. Pero destaca que “en la noche del domingo los bailes y teatro estuvieron concurridísimos, habiéndose lucido bonitos trajes de charra, palomas, capuchones, etc., llamando la atención dos preciosos trajes de cantinera que llevaban Aniana Nava y Romana Valls. Y, también, “en las tres zarzuelas que se han presentado en el teatro de Ciudad Rodrigo, ha habido tres llenos”, apunta el citado periódico salmantino que, como remate y siguiendo el parecer de los mirobrigenses, “hace muchos años no acude a Ciudad Rodrigo tanto forastero como los que han acudido a los carnavales de este año”.

[1] Torero, novillero y banderillero que tuvo interesantes actuaciones en plazas de relevancia, tanto del territorio nacional como allende sus fronteras. Algunas fuentes informan que se suicidó en México el 1 de mayo de 1908.
[2] Atanasio Alonso Moreno utilizó el apodo de El Rata, único conocido hasta hoy. Matador de novillos y banderillero, había nacido en Madrid el 17 de noviembre de 1861, falleciendo a los 25 años, concretamente el 10 de septiembre de 1886. Del año 1880 a 1886, breve etapa de su vida torera, trabajó como banderillero y matador de novillos en festejos sin importancia, llegando a actuar en la plaza de toros de Madrid. El día 9 de septiembre de 1886 se celebró una corrida en San Martín de Valdeiglesias (Madrid), y al salir de colocar un par cuarteando fue enganchado, probablemente por el bajo vientre, y falleció al día siguiente.
[3] Eustasio Rodríguez Páramo, Método. Se sabe que nació en la calle Real en Bargas (Toledo), el 20 de septiembre de 1863. Empezó en el mundo del toro como peón, pasando por todos los escalafones hasta que en 1889 tomó la alternativa en Madrid, en la plaza hoy día conocida como la plaza de la Fuente del Berro.

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