domingo, 30 de noviembre de 2014

23 de mayo de 1886: Mazarrasa bendice el primer tren para viajeros

Hace unos días señalábamos la llegada de la primera locomotora a Ciudad Rodrigo, en septiembre de 1884. Llegó a la estación mirobrigense con personal directivo y empleados de la empresa que estaba ejecutando las obras entre Salamanca y la frontera portuguesa. La locomotora tiraba de una serie de plataformas, que sirvieron para 'acomodar' a unos cuantos mirobrigenses y darles un pequeño paseo hasta el puente de Almariego sobre el Águeda. Ahora fijamos la llegada del primer tren de viajeros, una vez operativa la línea ferroviaria hasta Fuentes de Oñoro, que servía para enlazar Medina del Campo con la frontera portuguesa.

Se venía elucubrando desde hacía meses con la inminente inauguración oficial de la sección del ferrocarril entre Salamanca y la frontera portuguesa, con la referencia sustancial de la estación de Ciudad Rodrigo. Las fechas para la bendición de la nueva línea férrea iban galopando a medida que pasaban las semanas, sobre todo tras conocerse que el Consejo de Ministros celebrado el 28 de enero de 1886 había aprobado la inauguración de este tramo, operativo con Salamanca desde el 30 de septiembre de 1884[1]. Pero no quedaría fijada la memorable fecha hasta que se concretó el domingo 23 de mayo de este año de 1886, aunque el servicio no comenzaría oficialmente hasta dos días después, todo ello coincidiendo con la celebración de la tradicional Feria de Mayo.
Antigua estación del tres de Ciudad Rodrigo con sus operarios  Foto Pazos
        El 23 de mayo, a las seis y media de la tarde, “el señor obispo de la Diócesis, [José Tomás de Mazarrasa], revestido de los ornamentos sagrados y acompañado de los cantores de la capilla, bendijo las máquinas que, engalanadas con banderas y gallardetes, se habían colocado mirando hacia Portugal en la vía más inmediata al anden y frente de un pequeño altar donde tuvo lugar la ceremonia. Comisiones de todos los centros, representantes de la prensa y numeroso público asistieron al acto que terminó con un ligero refresco servido en dos dilatadas mesas colocadas en una sala y en el andén, respectivamente. La música del Hospicio amenizó la fiesta, terminada la cual una máquina salió con dirección a la frontera portuguesa, no sabemos con qué objeto[2]”.
            El despiadado machismo que imperaba en esta época se hizo evidente también en la celebración: “La concurrencia, extraordinaria por lo numerosa, habiendo prohibido el paso a las señoras, lo cual ha sido objeto de acres censuras por parte de todos”, afirmaba el redactor de La liga de contribuyentes de Salamanca.
            Tras la inauguración, el 25 de mayo quedó establecido el servicio ferroviario, nutrido con dos trenes a diario “con los nombres de correo y mixto”, que “salen respectivamente por mañana y tarde hasta la frontera el primero y hasta Ciudad Rodrigo el segundo. Este servicio, que es provisional, no está en combinación con el tren de Medina, causando por esta razón molestias y perjuicios que se evitarán en breve, según tenemos entendido, combinando el servicio de ambas líneas para hacer directo el viaje desde Medina a la frontera portuguesa”, vaticinaba el citado semanario salmantino.
El tren camino a la frontera portuguesa                                              Foto Pazos
          La puesta en marcha de este servicio se valoraba como un cambio completo para el devenir de Ciudad Rodrigo: “La locomotora ha llevado un elemento civilizador a los pueblos que hoy forman las estaciones y la ciudad mirobrigense empieza una nueva vida, ofreciendo hoy el espectáculo allí inusitado de recibir, a más de los trenes ordinarios, dos trenes de recreo diarios que con motivo de las ferias de aquella ciudad llegan completamente ocupados por viajeros de la capital y de la frontera, que concurren en extraordinario número a presenciar la fiesta nacional dirigida en aquella plaza por el ponderado Luis Mazzantini[3]”.
            Pero esto era en mayo. Trenes y toros. Un binomio que seguiría aportando ilusión, esperanza y economía a los mirobrigenses en los próximos años, aunque sin demasiada alegría popular.

[1] PERIS TORNER, Juan, Salamanca a Portugal (Línea FC). Artículo sobre la “Compañía del ferrocarril de Salamanca a la frontera de Portugal”. Consulta electrónica realizada el 8 de mayo de 2014: http://euroferroviarios.net/modules.php?op=modload&name=Reviews&req=showcontent&id=3462: “Los antecedentes de la solicitud de la concesión de un ferrocarril que, desde Salamanca pasando por Ciudad Rodrigo, termine en la frontera de Portugal, se contemplan en la autorización de las Cortes al Gobierno mediante la ley del 20 de agosto de 1873, por la que el Gobierno de la Republica pueda otorgar la concesión al ciudadano inglés Jhon Dosmel, entendiendo que no es exclusiva y que puede ser mejorada por cualquier otra proposición presentada antes de los noventa días de otorgarse provisionalmente. La concesión fue otorgada de acuerdo con lo establecido en la ley de ferrocarriles de 3 de junio de 1855, por 99 años concediendo dos años para su ejecución, considerando su caducidad si Dosmel no presentara el proyecto de la línea en el plazo de un año. La empresa parisina ‘Societé Financiere’ que había tomado gran parte del capital del ferrocarril de Medina del Campo a Salamanca presentó los estudios de un ferrocarril entre Salamanca y la frontera portuguesa pasando por Ciudad Rodrigo, con el objeto de unirlo con la línea de vía ancha portuguesa de Beira Alta, consignando el 23 de octubre de 1879 un deposito de 339.000 pesetas, presentado en cumplimiento de la ley de 22 de diciembre de 1876, el proyecto de ferrocarril de enlace desde esta línea con la portuguesa del Duero, enlazando en Barca D'Alva. Al solicitar este ferrocarril surgió la oposición del Ministerio de la Guerra, aduciendo el interés estratégico del ferrocarril de Boadilla a Barca D'Alva que formaba parte del de Salamanca a la frontera de Portugal por indicación de la Ley de 22 de diciembre de 1876. La Administración decidió anunciar la subasta de todo el ferrocarril que partiendo de Salamanca se bifurca en dos puntos de la frontera enlazando con la de Beira Alta y con la del Duero. Dejado el anuncio de la subasta a expensas de la aprobación del de Boadilla a Barca D'Alva y a las modificaciones necesarias en el pliegote condiciones de la línea de Salamanca por Ciudad Rodrigo a la frontera de Portugal, de acuerdo con el pliego de condiciones particulares de la concesión aprobado en la R.O. de 21 de mayo de 1881, siendo aprobada la convocatoria en la R.O. de 3 de junio de 1881 (Gaceta de Madrid, 11.06.1881). La subasta de concesión, realizada el 12 de septiembre de 1881, adjudicó la línea a Henry Burnay, conde de Burnay quien actuaba en combinación de la ‘Societé Financiere’ de París. La concesión fue ofrecida a un grupo financiero de Oporto, quedando autorizado el gobierno portugués por la Ley de 22 de julio de 1882 a garantizar el interés anual del 5% sobre la línea española, atendiendo a sus apetencias de conseguir un enlace internacional, dando pie a la creación de la ‘Compañía del Ferrocarril de Salamanca a la frontera de Portugal’. La constitución de la sociedad el 8 de enero de 1885 se llevó a cabo en la notaria de Madrid de José García Lastra [...] La compañía estableció el trayecto hasta la frontera de Portugal, con dos ramales, uno que partiendo de La Fuente de San Esteban por Ciudad Rodrigo, Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso, abierto el 25 de mayo de 1886. Y otro de La Fuente de San Esteban por La Fregeneda y Barca D´Alva abierto en dos etapas, una el 15 de junio de 1887 entre La Fuente de San Esteban a Lumbrales y desde Lumbrales a la frontera hubo que solicitar un año de prórroga concedido por la Ley de 14 de enero de 1887 (Gaceta de Madrid, 15.01.1887), hasta alcanzar el puente internacional de 200 m sobre el Águeda. El puente internacional sobre el río Águeda fue motivo de un pleito contencioso administrativo culminado el 8 de octubre de 1891 por el que la Compañía de los Ferrocarriles de Salamanca a la Frontera de Portugal pleiteó contra el Estado sobre el estado de la concesión y el reparto del costo del puente internacional entre las concesionarias de ambos la dos de la frontera. Se falló en contra de la compañía concesionaria”,  siendo construido el puente internacional a costa de la concesionaria española cuya ejecución corrió a cargo del contratista ‘Societé Anonyme Internacional de Construction et Entreprise de Travaux Públics de Braine-le Comte’. 
[2] De La liga de contribuyentes de Salamanca. Asociación de los contribuyentes de esta provincia para la mutua defensa de los mismos en sus relaciones con el Estado, o sea, paz, justicia, buena administración, trabajo y economías. Núm. 148, de 30 de mayo de 1886.
[3] Ibídem. Cfr. MUÑOZ GARZÓN, Juan Tomás. Toros en Ciudad Rodrigo. La plaza del Hospicio (1871-1928). Trabajo inédito. Premio de investigación Julián Sánchez, el Charro en su vigésima sexta edición.

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