Son, sin duda,
una referencia. Quizá el carnet de identidad más popular que, sin necesidad de
mostrarlo, identifica al personaje; también a sus ancestros. Es una especie de
genealogía apócrifa pero con un punto de partida: una persona que, por defecto,
actitud o prosapia sugirió un baldón –no siempre despectivo, por cierto- que
cundió en sus convecinos de tal forma que, muchas veces, apaga la propia
identidad, el nombre y apellidos de la persona de referencia. Son los apodos,
los motes, que en Ciudad Rodrigo son una expresiva muestra de la chanza
–también invectiva- mirobrigense.
Alfonso Ortiz Tovar Foto Vicente |
Alfonso Ortiz Tovar, aquel maestro
que tanto hizo por plasmar la idiosincrasia de los rodericenses, la geografía
humana local, tuvo perseverancia también para dejarnos un muestrario de la nequicia inventiva fraguada por sus
paisanos para identificar a personas, sagas o estirpes familiares de Ciudad
Rodrigo. Quiso compartirlo con todos y lo publicó en el desaparecido semanario La Voz de Miróbriga. Ni mucho menos
están todos los motes. Por prurito muchos los dejó en el tintero, como él mismo
reconoce al final de su relación. Además, por otro parte, la vivacidad de los
mirobrigenses no es estanca y facilita, como no podía ser de otra manera, que
sigan generándose apodos familiares, motes o sobrenombres que ilustran personajes locales, no ya de rancio abolengo, sino de
reciente cuño que, pese a quien le pese, pasarán motejados a la historiografía
mirobrigense.
Sin duda, cada cual, quien lea esto,
buscará motes que recuerde. Tal vez no los encuentre. Ya digo que no están, ni mucho menos, todos los que
son. El lector, con su sabiduría innata, podrá nutrir, si así le parece, esas
tachas para engrosar un catálogo de cognomentos mirobrigenses. De momento y en
verso –que es otro cantar-, ahí va la relación que en su día recopiló el
recordado docente Alfonso Ortiz:
"De animalitos
tenemos
muy nutrida
colección:
la Liebre, el
Oso, las Ranas,
el Trucho, el
Chorlo, el Ratón,
el Piojo y
también el Buche,
el Pardal, los
Pajaritos,
la Mamerta y el
Gorila,
con los Monas y
el Lobito.
Tenemos Palomas,
come
con el Guirri y
el Canario,
van seguidos por
el Mirlo,
acompañados del
Sapo,
también la Pata
y Mochuela,
Bobillo y Pepe
la Burra.
Geográficos hay
algunos:
el Jurdano, el
Martiagués,
la Gallega, el
Ledesmino,
Abisinio y el
Francés.
También está el
Monsagreño,
y esta relación
termina
citando a
Castilloviejo,
a Baturro y
Chafarinas.
De dinero está
el Realero,
Perro Gordo con
Tres Perras,
Millón y Medio y
Dos Reales,
además de la
Peseta.
Para guardar Mis
Perritas
tenemos la
Faldiquera,
aunque no tenga
Ocho Cuartos
para gastar la
Realera.
De objetos está
el Cuchillo,
Calcetines y el
Caoba,
Fanegas, el
Celemín,
con Gutapercha y
Pistolas,
con Bisoñé y con
Triguito;
con Cazuela y la
Correa
colocamos a
Tarugo,
con Canuto y
Arandelas.
También tenemos
la Esponja,
a Barreno y
Gasolina,
a Enagüilla y
Veleta,
a Tripa y a
Chavelina.
Alumbra bien
Lucerito,
seguido por el
Tacones,
con Violín y con
Capullo
ponemos los
Pantalones,
con Pedales y
Perola
seguidos por el
Calzones,
con Relámpago y
Melones.
De profesiones
abundan.
Está el Bombi,
los Fresqueros,
con Pepe Línea y
los Lopa,
la Gergona y
Cencerreros.
Sigue el Gaceta
y Carriles,
Militares, la
Lencera,
el Puntillero,
Cabiria
y don Justo
Carreteras.
Gorrero, la
Campanera,
Hipoteco, los
Boteros,
y luego las
Tocineras.
La Canóniga
aparece,
Lecherín, el
Pildorero,
seguidos por la
Torera,
después va la
Puta Tiesa,
Ricopelo y
Charamela,
con los Panza y
con el Feo,
con Malculo y
Cagalera,
después el
Chocolatero.
De litúrgicos
tenemos
la Monja, el
Monjo, el Obispo,
con Pies sin
calificar,
que van seguidos
de Cristo.
Hay Venid y
Vamos Todos,
Amén de Corazón
Santo
y De Nuevo Aquí
Nos Tienes
y otro más que
me lo callo.
De comestibles,
Patato,
Perejil y la
Cominos,
con Alubias y el
Frejón,
con el Cardo y
el Calditos.
Después viene el
Remolacho,
con Perita y la
Gazpacha;
cerramos nuestro
menú
con el Chocho y
la Castaña.
Por su aspecto
registramos
al Pincho, la
Buena Moza,
Patalarga y
Barrigana,
Zoquete, Cabeza
Gorda,
con Patapocha,
el Chaval,
con Pacoví,
Cuatro Ojos;
la Negreta con
el Dientes.
Detrás viene
Paco Loco,
y como estoy de
motes
casi hasta la
Coronilla,
permítanme los
lectores
terminar para
otro día.
Seguimos con el
Veneno,
Caperucho y el
Chopera,
los Curras,
Trejo y Pozaco,
el Rosco y la
Garbancera.
Aparece el
Colorao,
las Cubanas, la
Bolata,
las Rojas con el
Jardines,
los Gutis y el
Zaragata.
Ahora viene la
Severa,
con el Macrino y
Cochapas,
Manzápulas, la
Pacota.
Fuscas, Pichirri
y Pandera,
no faltan Poleo
y Boliche,
Cuba, el Borro y
el Trapera,
los Bibianos,
los Precisos,
con Tabeque y
con Cateto,
con la Malota y
la Medes,
Caín, Moñovivo y
Judas.
La Mamerta y la
Mamona,
Pepe Gafes y
Saluda.
Está la María
Mandiles,
junto con Romeo
y Julieta,
con Langares,
Trompi, el Riche,
la Cachacha y el
Varetas.
Al Ronda lo
colocamos
Delante de la
Maderas;
llega el
Cáscaras, los Tintos,
el Meño, Baranda
y Muerte,
con el Mustio y
Chiquinán,
la Molanchina y
Chapete,
con Borchigas,
Jesusín,
con el Chumi y
la Borraja,
detrás Chichi y
el Pirolo,
Pierres,
Tenquero y Cazuelas,
con Terete y el
Ahorcao,
el Neque y la
Zambulleja.
Siguen la
Putalarga,
Putaespadas y la
Pola,
Pinchapeces,
Patachula,
con el Maura y
los Fariñas,
el Cholas y el
Pacotón,
la Chaneli y la
Barulla.
Vienen con
Pimpum y el Che,
Zarfallo, Nacha
y el Mique,
Marabaja, los
Canchalos,
con Candajo y
con Toñique.
Luego es el
Cheri y el Ninche,
las Popis, Ril,
Pichurri,
Peporro, Poli,
Patolo,
con Chispita y
con Tirinti.
Llega ahora
Corre Calles,
Corre en Cueros,
Joselito,
tres dinastías
de los Chatos,
con Frejoli y
con Chanito.
Aquí viene
Carpanta,
con Boquiqui y
Patachica,
Winter, el
Escacharrao,
la Coñolé y el
Barbiñas;
la Mingos,
Triqui, Parrita,
la Peste con
Tumbabolas,
Carrilano con
Tachuelas,
con Cabollas y
el Modorro,
el Merlo,
Elnegus, Tirichi,
Buches y Alberto
Goloso.
Matacocos,
Carolina
y el Niño del
Sanatorio.
Sigue Tirillas,
Mimbrales,
Raúl Garrubín,
Cuarteles;
ahora Aliconqui
y el Finca,
Bochacha, Lampi,
Calcula,
Con y Con,
Calores.
Siguen y vienen
los Zorros,
con Chiripi y
con Gorrones;
ahora van Gervasio
y Tachi,
Macarro y la
Chavolera,
con Membrillo y
Cabecita
y luego la
Patatera.
Siguen Monín,
Macotera
Y la lista así
termina:
Garrubín,
Cuarteles,
con Bolita y la
Minina.
Ya se acabaron
los motes;
tenemos justos
trescientos.
Hemos llegado a
la meta
muy felices y
contentos.
Quedan todavía
unos pocos;
no llegan a la
docena,
que no pongo
pues se enfadan
y arman la
marimorena.
Si alguien aquí
no figura,
me da su
autorización
y enseguida lo
saco
en una nueva
edición.
No te enfades
farinato
si en la lista
no te he puesto.
Aprende un poco
de mí;
no me enfado: yo
soy Fresco".
Calaino
ResponderEliminarEsquiliche, Roli.
ResponderEliminarME ENCANTA TODO LO QUE PUBLICAS SOY UN GRAN ADMIRADOR DE TUS TRABAJOS saludos
ResponderEliminarlos camperos
ResponderEliminarLos Chapera!!!
ResponderEliminarLos chapera!!
ResponderEliminarAunque mis recuerdos son "añejos" (permanezco desde 1963 fuera de mi lugar de nacimiento) es de enorme extrañeza que en tus relicarios no aparezca Tomás "Cocinas".
ResponderEliminarCurioso y nostálgico me ha resultado encontrarme con esta "retaíla" de apodos recopilados por "Don Alfonso", padre de mi amigo y compañero de estudios "Alfonsito"; sin embargo me extraña la no aparición de "Colas Cocinas" tan popular en mi infancia y adolescencia.
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