Salamanca, pero sobre todo Ciudad Rodrigo, tienen una
deuda singular con uno de esos personajes que la memoria ha ido diluyendo, pese
a la relevancia que atesoraron en vida. Es el caso, como le definió Benito Pérez Galdós en su episodio nacional La de los tristes
destinos, de un “charro de Ciudad Rodrigo”, de los “muñoces” mirobrigenses,
un tipógrafo cofundador en 1871 de la Asociación General del Arte de Imprimir
de Madrid, germen del PSOE.
Se trata de Casimiro Jacobo Muñoz Matilla (Ciudad
Rodrigo, 4 de marzo de 1849; Ciudad Rodrigo, 30 de septiembre de
1915[1]), un “socialista
significado”, como se puede leer en la necrológica publicada en El Adelanto el 4 de octubre de
1915.
Fotografía publicada en Vida Socialista |
Casimiro Muñoz “dedicó los mejores años de su vida a la
propaganda societaria. Afiliado hasta su muerte al Partido Socialista [militante
directo desde 1893], fue su representante con las primeras figuras del
socialismo español en muchos congresos” de la Internacional Socialista, como se
recuerda en la citada nota necrológica.
Pablo Iglesias se había asociado en 1873 a la Asociación General
del Arte de Imprimir, de la que fue presidente al año siguiente. Casimiro Muñoz le había facilitado
entrar en una imprenta de la calle La Bola, por lo que llegó a intimar con el
referente del socialismo histórico español, convirtiéndose en un activo de las
ideas socialistas.
De regreso a Ciudad
Rodrigo, disfrutando de una posición económica holgada -tenía una librería e
imprenta, además de ser un comerciante de éxito y de contar con bienes raíces-,
mantuvo los vínculos con la dirección del PSOE, participando activamente en
cinco congresos de la Internacional Socialista -Londres (1896), París (1900),
Amsterdam (1904), Stuttgart (1907) y Copenhague (1910), costeándose el viaje a
sus expensas-, y acompañando siempre a Pablo
Iglesias, además de otros insignes padres del socialismo español.
Anuncio de su establecimiento comercial en Ciudad Rodrigo |
Escritos en diversos
periódicos -su pluma fue habitual también en El Socialista y Vida
Socialista-, conferencias por doquier, recorriendo buena parte de la
geografía peninsular, su compromiso con las ideas socialistas le llevó al extremo
de ser candidato del PSOE por San Sebastián en las elecciones generales de 1901
y 1903 y por Salamanca en los comicios de 1905 y 1907.
Mantuvo amistad y
correspondencia con insignes intelectuales de la época, caso del citado Galdós o de Miguel de Unamuno. Así lo recoge su compañero de fatigas Juan José Maroto en un artículo
que publicó en La Libertad el 30 de septiembre de 1930: “Hombre óptimo,
tenía amistad con todos -su librería era una especie de tertulia afectuosa-, y
don Miguel de Unamuno contó
alguna vez que Casimiro Muñoz y
aquel obispo de Ciudad Rodrigo tan bueno, tan santo, que Clarín retrató en La Regenta como
obispo de Vetusta, eran amigos entrañables… Que en 1868 pudo brillar y figurar;
pero que –como haría toda su vida- se retiró, se obscureció, después de hacer
el bien por deber...”
[1] Por
sus convicciones, le fue negada la sepultura eclesiástica, no anotándose su
defunción en el correspondiente libro parroquial hasta el 10 de diciembre de
1915, siguiendo órdenes del provisor diocesano.
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