martes, 4 de noviembre de 2014

Galería de ilustres mirobrigenses: Casimiro Muñoz Matilla, un socialista histórico

Salamanca, pero sobre todo Ciudad Rodrigo, tienen una deuda singular con uno de esos personajes que la memoria ha ido diluyendo, pese a la relevancia que atesoraron en vida. Es el caso, como le definió Benito Pérez Galdós en su episodio nacional La de los tristes destinos, de un “charro de Ciudad Rodrigo”, de los “muñoces” mirobrigenses, un tipógrafo cofundador en 1871 de la Asociación General del Arte de Imprimir de Madrid, germen del PSOE.

Se trata de Casimiro Jacobo Muñoz Matilla (Ciudad Rodrigo, 4 de marzo de 1849; Ciudad Rodrigo, 30 de septiembre de 1915[1]), un “socialista significado”, como se puede leer en la necrológica publicada en El Adelanto el 4 de octubre de 1915.
Fotografía publicada en Vida Socialista
   Su vida estuvo vinculada a la imprenta. Empezó como tipógrafo en Madrid, trabajando como cajista durante 15 años en el periódico de la tarde La Reforma, según se explica en la sucinta biografía que le dedica el Diccionario biográfico del socialismo español, un periodo en el que pudo ver y participar activamente en la revolución de 1868, jugando un papel relevante al evitar el asalto y saqueo del Palacio Real, como él mismo refirió a Galdós por si quería tenerlo en cuenta y como glosa y aclaración al breve relato que de ello hizo Miguel Villalba Hervás en Recuerdos de cinco lustros. 1843-1868 (Madrid; La Guirnalda, 1896).
   Casimiro Muñoz “dedicó los mejores años de su vida a la propaganda societaria. Afiliado hasta su muerte al Partido Socialista [militante directo desde 1893], fue su representante con las primeras figuras del socialismo español en muchos congresos” de la Internacional Socialista, como se recuerda en la citada nota necrológica.
   Pablo Iglesias se había asociado en 1873 a la Asociación General del Arte de Imprimir, de la que fue presidente al año siguiente. Casimiro Muñoz le había facilitado entrar en una imprenta de la calle La Bola, por lo que llegó a intimar con el referente del socialismo histórico español, convirtiéndose en un activo de las ideas socialistas.
   De regreso a Ciudad Rodrigo, disfrutando de una posición económica holgada -tenía una librería e imprenta, además de ser un comerciante de éxito y de contar con bienes raíces-, mantuvo los vínculos con la dirección del PSOE, participando activamente en cinco congresos de la Internacional Socialista -Londres (1896), París (1900), Amsterdam (1904), Stuttgart (1907) y Copenhague (1910), costeándose el viaje a sus expensas-, y acompañando siempre a Pablo Iglesias, además de otros insignes padres del socialismo español.
Anuncio de su establecimiento comercial en Ciudad Rodrigo
Escritos en diversos periódicos -su pluma fue habitual también en El Socialista y Vida Socialista-, conferencias por doquier, recorriendo buena parte de la geografía peninsular, su compromiso con las ideas socialistas le llevó al extremo de ser candidato del PSOE por San Sebastián en las elecciones generales de 1901 y 1903 y por Salamanca en los comicios de 1905 y 1907.
   Mantuvo amistad y correspondencia con insignes intelectuales de la época, caso del citado Galdós o de Miguel de Unamuno. Así lo recoge su compañero de fatigas Juan José Maroto en un artículo que publicó en La Libertad el 30 de septiembre de 1930: “Hombre óptimo, tenía amistad con todos -su librería era una especie de tertulia afectuosa-, y don Miguel de Unamuno contó alguna vez que Casimiro Muñoz y aquel obispo de Ciudad Rodrigo tan bueno, tan santo, que Clarín retrató en La Regenta como obispo de Vetusta, eran amigos entrañables… Que en 1868 pudo brillar y figurar; pero que –como haría toda su vida- se retiró, se obscureció, después de hacer el bien por deber...”



[1] Por sus convicciones, le fue negada la sepultura eclesiástica, no anotándose su defunción en el correspondiente libro parroquial hasta el 10 de diciembre de 1915, siguiendo órdenes del provisor diocesano.

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