jueves, 4 de diciembre de 2014

Solidaridad mirobrigense con los afectados por el terremoto de Andalucía en 1884

Ciudad Rodrigo quiso mostrar su solidaridad con las víctimas del fatídico terremoto que asoló más de cien núcleos urbanos las provincias de Granada y Málaga, seísmo que ocurrió en la noche de Navidad, el 25 de diciembre de 1884. El conocido como terremoto de Andalucía ha sido uno de los más destructivos que ha sufrido España, con más de un millar de muertos y el doble de heridos. Los mirobrigenses, siempre sensibles ante este tipo de sucesos, tal vez porque lo han experimentado en algún momento en sus propias carnes, ya sean movimientos telúricos –caso del terremoto de Lisboa de 1755- o las tan habituales avenidas del Águeda, cuando no otro tipo de fenómenos que, incluso, originaron tal interés que fueron ilustrados, caso del Fenómeno horroroso que experimentan los habitantes de Ciudad Rodrigo[1] que forma parte de la Historia del padre Mariana y del que ya hemos hecho referencia en otra entrada de este blog.

            Se acercaba el Carnaval de 1885 –se desarrollaría del 15 al 17 de febrero- y los mirobrigenses, al socaire del terremoto de Andalucía, se afanan en la organización de una serie de actos solidarios postulando recursos para atender a los afectados. Y como tantas veces ocurre, el protagonismo individual choca con el interés colectivo. Y donde unos ven tan solo solidaridad, otros se dejan llevar por diferentes argumentos que deslucen la idea inicial.
Varios vecinos de Chozas del Rey (Granada) sobre las ruinas del terremoto
            Resulta que los mirobrigenses se encontraron con dos citas en la tarde del domingo 18 de enero. Por una parte, en el Teatro Principal se había organizado una representación teatral promovida por “varios aficionados”. La concurrencia, “si bien escogida, no fue todo lo numerosa que debiera ser, sin que por eso haya dejado de producir una regular cantidad”, resaltaba El Progreso en su número del 25 de enero. Pero no fue eso lo peor: parte del público que se acercó a la sala no tuvo el comportamiento deseado, de tal forma que “el teatro en algunos momentos parecía una plaza de toros; tales fueron las faltas de compostura de algunos espectadores que, por lo visto, desconocían el sitio en que se encontraban”.
            Algo de esto, a la vista de que el antruejo asomaba a la vuelta de la esquina, esperaban los directivos de la Sociedad de Artesanos. Actuaban con el mismo fin, “contribuir al alivio de las víctimas de los terremotos”, pero fueron sin dobleces, a derecho. Y para ello, para evitar lo que ocurrió en el Teatro Principal, organizaron “un gran baile de máscaras extraordinario” en la noche del citado día 18, entre las siete de la tarde y la una de la madrugada. En los preparativos y con el fin de llamar la atención de los mirobrigenses, en la tarde de ese domingo salió del salón de la Sociedad de Artesanos “una comparsa de máscaras” para recorrer las calles de la ciudad y sus arrabales con el acompañamiento de la banda de música que actuaba en el citado establecimiento.
Pliego de cordel sobre el suceso acaecido en Andalucía
            Además, “con el objeto de que esta mascarada fuese lo más numerosa y brillante posible, la sociedad invitó a todos los jóvenes artesanos que quisieran formar parte de ella a que concurriesen al salón antes de las dos de la tarde, punto y hora designados para la salida”, refiere el citado periódico salmantino. Es decir, la comparsa y sus acompañantes estuvieron cinco horas recorriendo las calles de Ciudad Rodrigo antes de disfrutar durante otras seis horas del baile de máscaras, una jornada propia de Carnaval.
            Llovía sobre mojado. El viernes anterior, 16 de enero, había llegado a la localidad rodericense la estudiantina de Salamanca, también con el fin de recaudar fondos para las víctimas del terremoto. La agrupación entró en Ciudad Rodrigo a las ocho de la tarde y tras el saludo en la Plaza Mayor se dirigió al Casino Mirobrigense, “donde tocó algunas piezas que fueron aplaudidas”. Y el sábado siguió la fiesta con la estudiantina que, recorriendo las calles, recaudó 43 duros –afirma El Progreso­- antes de ofrecer un “concierto-baile” de nuevo en el Casino, cuyos propietarios y directivos cedieron “galantemente” las instalaciones para que los socios pudieran disfrutar de una actuación que se extendió desde las nueve de la noche a las dos de la madrugada, tiempo más que suficiente para que espontáneos mirobrigenses se lanzasen al escenario para mostrar sus dotes musicales, bien tocando el piano, como hizo Taravilla, o entonando unas malagueñas el también estudiante Navas. Todos alcanzaron “grandes aplausos”, incluso los niños que se atrevieron a tocar las panderetas.
            Vista la hora, un buen número de los componentes de la estudiantina decidieron pernoctar en Ciudad Rodrigo con el objetivo de no perderse la función teatral prevista para el día siguiente. Aunque el redactor del citado periódico provincial lo ignore, al menos no lo difunde, no sería nada descabellado señalar a estos estudiantes como parte activa en la carnavalada que se desarrolló en el Teatro Principal en la representación organizada para recaudar fondos con destino a los afectados por el terremoto andaluz.

[1] Historia General de España que escribió Juan de Mariana. Nueva ed. en que además de la continuación del P. Miñana... contiene las notas del Sr. Sabau, Valencia, Imprenta de Manuel López, 1830-1841. Lámina n.º 98, dibujada por Luis Téllez Girón e impresa por Tomás Rocafort y López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.