martes, 6 de enero de 2015

Descripción de la plaza de toros del Hospicio

Hace unos días referí algunos datos documentales sobre la construcción primigenia de una plaza de toros provisional en el patio o corral del Hospicio, ceñidos a la pretensión del industrial José Iglesias para obtener la preceptiva autorización para organizar festejos taurinos en la Feria de Mayo de 1871. Aunque hay referencias sobre las características del coso taurino, no será hasta las postrimerías del siglo XIX -1895- cuando nos encontremos con una somera descripción de la plaza del Hospicio. Pero es, sin duda, en 1908 cuando, gracias a la visita técnica realizada por Justo Lorenzo, maestro de obras municipales, contaremos con una descripción detallada de todos los elementos de este peculiar coso mirobrigenses, construido solamente con maderamen.

Vista parcial de una de las construcciones de la plaza de toros del Hospicio
Fue una iniciativa del gremio de carpinteros mirobrigenses para sacar algún rédito a la Feria de Mayo de 1908. Después de una serie de gestiones, los carpinteros se ponen manos a la obra y en un tiempo récord levantan, de nuevo, un coso taurino en el corral del Hospicio. La plaza se había construido, pero el Ayuntamiento necesitaba, como era preceptivo, contrastar con su maestro de obras, Justo Lorenzo, las condiciones del coso y de los tendidos para precaver cualquier contingencia. Gracias al acta de reconocimiento que el citado técnico hizo de la plaza de toros provisional de Ciudad Rodrigo, repito, contamos con una descripción que nos aproxima de forma meridiana a la configuración del coso taurino mirobrigense.
Literalmente transcribimos el informe de Justo Lorenzo, fechado el 26 de mayo de 1908: “La plaza de toros[1] donde se han de celebrar las dos corridas se compone de un circo de 50 metros de diámetro, arrojando un desarrollo la barrera de 167,07 metros próximamente en los banquetes a la barrera y a la distancia de dos metros entre sí se encuentran construidos machones de mampostería de 1,50 por 0,60 por 1.15 metros de altura. En estos machones está colocado en su eje mayor una solera sobre la que descansan tres durmientes y en los cuales está clavada la tabla formando un anillo circular de 1,50 metros de longitud de los machones, sitio en el que se encuentran colocadas la primera y segunda filas de barrera. Calculando la resistencia de la mampostería en 20 kilogramos por centímetro cuadrado, necesitaríamos cargar por machón 171.000 kg, cosa que es imposible que suceda porque el peso máximo probable que entrará en la plaza, dada la cabida, es el de 230.170 kilogramos. Como los durmientes tienen 0,10 por 0,08, calculando que estos pueden resistir un peso de 35 kilogramos por centímetro cuadrado, resultaría que cada durmiente resistiría un peso de 1.900 kilogramos repartidos uniformemente, no teniendo en cuenta para nada la tabla que sobre ellos está clavada a la terminación del anillo; y sobre el piso está clavada (para que en él se apoye) otro durmiente sobre el que atestarán las soleras que han de formar el tendido. Por la ligera explicación que antecede, puede observarse que esta parte principal de la plaza está construida con solidez y ofrece todo género de seguridades”.
Descripción de la plaza en 1895, en La tauromaquia de Vázquez y Gandullo
El maestro de obras municipales continúa ahora con la inspección realizada a los tendidos: “Esta parte de la plaza está formada con solera de seis metros de longitud y 0,10 por 0,14 metros, colocadas de canto y en un plano inclinado formando un ángulo de 33 grados próximamente con el horizontal. Estas soleras se apoyan sobre el piso formado encima de los machones y sobre un anillo circular exterior formado con soleras de 0,16 por 0,12 metros, colocadas sobre pies derechos empotrados en el suelo y sobre roca 0,80 metros, llevando éstos en su parte superior algunas zapatas para apoyar la solera que forma el anillo. Estas mismas llevan en su punto medio otro punto de apoyo formando dos cuartones embarbillados a la solera y formando cabria. Como estas están clavadas a sus extremos y cortada la tirada en su mitad, puede decirse que la mayor tirada de la solera del anillo es de tres metros por cuya causa se calcula que la escuadría  de la solera es suficiente, haciendo también constar que cada pie derecho lleva su jabalcón de fuera a dentro. Sobre las soleras que forman el tendido está clavada la tabla a espinapez de arriba abajo, pudiendo decirse que todas las piezas forman una sola por la clavazón. Con lo anteriormente dicho, queda demostrado que esta parte de la plaza está también construida con mucha solidez”.
La inspección técnica continúa con los asientos. “Los de la barrera, primera y segunda fila están formados sobre pies derechos de tabla con otras clavadas horizontalmente. Estas están sostenidas por tres puntos y clavadas a los pies derechos, pudiendo decirse que esta parte parcial de la plaza no es de importancia por estar aislada. Los del tendido están formados con durmientes embarbillados sobre un pie derecho colocado en la parte posterior de los machos de mampostería; y la solera superior del anillo exterior sobre estos durmientes se clavan cartabones de tabla para sobre ellos clavar la tabla que ha de servir de asiento. Estas tablas llevan en su punto medio un pie derecho de listón, suficiente para sostener el asiento, pero con poca seguridad al empuje de fuerzas en el sentido o dirección de los radios, sin que por ello pueda asegurarse le falla solidez”.
Finalmente, Justo Lorenzo refiere el resultado del reconocimiento de los palcos y galerías con que contaba la plaza de toros: “Estos están formados sobre un plano construido sobre pies derechos empotrados en el suelo 0,80 metros y con soleras sobre las del anillo exterior y durmientes de 0,10 por 0,08 y 2 metros de longitud. Estos están forrados con tabla y los asientos también son de la misma, con la seguridad necesaria. La entrada a las barreras y tendidos se verifica por vomitorios construidos en los tendidos y con escaleras construidas de tabla y su quitamiedos de cabrio”.
La inspección realizada a la plaza por el maestro de obras municipal no deja ningún género de dudas de la profesionalidad de los artesanos: “Haremos constar –dice Justo Lorenzo- que la plaza construida está en mejores condiciones de seguridad y, comparada con las construidas en años anteriores, reúne esta mejores condiciones de construcción por cuya causa creo en mi concepto se pueden celebrar las corridas con seguridad para el público. De las dimensiones de que consta la plaza, puede calcularse que hace 3.461 almas, entradas que pueden despacharse para garantizar la seguridad de la plaza”.

[1] Otra descripción de la plaza de toros del Hospicio la encontramos en Los toros, tratado técnico e histórico, de José María de Cossío: “Plaza de toros de madera de forma circular, situada al norte de la población. Consta de dos pisos con una cabida de 6.000 espectadores; el primero dedicado a grada cubierta (galería) y el segundo a palcos y galerías. Comunican con el exterior dos puertas y facilitan el paso a las localidades dos escaleras. En su interior hay una cuadra de caballos, una cornaleta pequeña y dos chiqueros. Carece de enfermería, que se habilita en un pasillo los días de corridas”.

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