miércoles, 7 de enero de 2015

Apuntes sobre la fortificación de Ciudad Rodrigo (V)

Aunque algunas de las propuestas que realizó Robelin en su proyecto se concretaron, otras, como podemos apreciar en el plano de 1725 del ingeniero ordinario Juan Amador Courten[1], residente por entonces en Ciudad Rodrigo, no llegaron a plasmarse en la realidad, tal vez por criterios meramente estratégicos y técnicos o simplemente por la elevada inversión que se necesitaba. En el plano de Courten sí observamos la definición de cuatro sencillos revellines en el recinto exterior ubicados frente al Teso del Calvario, enfrente del convento de la Santísima Trinidad Redención de Cautivos, en la defensa de la Puerta del Sol y enfrente del postigo de San Pelayo. Además, se han aumentado las bocas para la artillería, pasando de 29 a 33, fortaleciendo la defensa frente al Teso de San Francisco, y siguen pendiente de ejecutar los dos cuarteles que había proyectado Robelin.

Plano de Canobes, de 1734
     Una década después las obras de la fortificación siguen pareciendo insuficientes. Es más, hay necesidad de afrontar nuevos proyectos por considerar débiles las defensas de la plaza de Ciudad Rodrigo. Constan ya, como recoge el capitán e ingeniero ordinario Gerónimo Canobes en un plano que redacta sobre el estado de la fortificación y los proyectos que propone –firmado en Salamanca el 28 de junio de 1734 y que remitió al Consejo de Castilla Phelipe Dupuy, gobernador de Ciudad Rodrigo-, los recintos interior y exterior, incluso los fosos con sus contraescarpas, pero no están significados dos de los cuatro baluartes que reflejaba Courten: el de El Calvario y el de la puerta del Sol.
Lo significativo de este proyecto es que por primera vez se considera necesaria  y se proyecta la construcción de un reducto en el Teso de San Francisco que sería protegido por una luneta ubicada, una vez rebajado el terreno, en el Teso del Calvario, defensas encaminadas a proteger la parte más débil de la plaza de armas, precisamente la que fue atacada con más virulencia en le guerra de Sucesión. Y con este objetivo también se plantea la construcción de cuatro baluartes –refuerzo del caballero de San Pelayo, puerta del Sol, entre la puerta del Conde y la Nueva y el que tiene por referencia a la puerta del Rey-, dos de ellos unidos por una tenaza –del baluarte de la puerta Nueva a la del Rey-, con sus fosos, camino cubierto, parapetos, palizada y el glacis con sus traveses.
No debió convencer la propuesta de Canobes si nos atenemos a que un año después, en concreto el 31 de agosto de 1735, fecha en la que también es remitido a la Corona, el coronel Pedro Moreau[2], ingeniero en jefe, levanta un plano con las defensas actuales y el proyecto de fortificación para Ciudad Rodrigo que supera ad infinítum los planeamientos conocidos hasta el momento. Moreau cumplía de esta forma la orden cursada por el Consejo de Guerra, de 29 de abril de 1735, para reconocer la plaza de Ciudad Rodrigo y toda la Frontera de Castilla con la misión de “ponerla en estado de resistencia… con la armonía que requiere la profesión.”[3]
El plano de Ciudad Rodrigo que levanta Moreau contiene en sí dos proyectos sobrepuestos sobre la realidad de la fortificación de la plaza de armas mirobrigense. Uno de ellos, el más ‘simple’, refuerza el recinto antiguo, y considera la construcción de un hornabeque para incluir y anular el padrastro más inmediato a la fortificación: el convento de los trinitarios. Además, plantea por primera vez la construcción de defensas exteriores entre las puertas de Santiago y de La Colada, hasta ahora inexistentes por considerar los anteriores ingenieros que la propia orografía del terreno y la inmediatez del río, así como la lejanía del teso de María la Mayor o de la O, podían distraer por sí las intenciones de una ataque enemigo. Y, por último, proyecta una serie de baluartes y tenazas en los puntos que considera más débiles, en el noroeste de la plaza de armas.
Proyecto de la fortificación de Ciudad Rodrigo de Moreau, 1735
El segundo proyecto, mucho más ambicioso y marcado por la poliorcética en su grado más utópico, circunvala todo el arrabal de San Francisco –para el de El Puente no plantea ningún tipo de defensa- e incluye dentro de las defensas todos los conventos, con la excepción del cenobio de las agustinas de Santa Cruz, y el Teso del Calvario, comunicando el recinto propuesto con el fuerte proyectado en el Teso de San Francisco. Del planteamiento lineal de este segundo proyecto se extrae la necesidad de acometer el derribo de una parte relevante del arrabal de San Francisco, prevista incluso con el proyecto más simple por la propia configuración del hornabeque para proteger la Santísima Trinidad.
El proyecto sería enviado para su estudio al Consejo de Guerra, pero con la certidumbre de que el ambicioso planteamiento marcado para la defensa de Ciudad Rodrigo caería en saco roto. Sólo enviar el plano con la preceptiva carta, se le indica a Moreau que formase “otro proyecto más reducido”, más ajustado a la realidad, sobre todo económica, que primaba por entonces, lo que significaba dejar en suspenso otra propuesta para la fortificación real de la plaza de armas de Ciudad Rodrigo.

[1] Era suizo de nacimiento e ingreso en los Reales Ejércitos de Felipe V el 10 enero 1725, siendo destinado a la frontera con Portugal. Por Real Orden de 23 noviembre 1726 fue trasladado al Puerto de Santa María (Cádiz). Por lo tanto, puede decirse que el plano de Ciudad Rodrigo a que se hace referencia fue uno de los primeros o tal vez el primero que realizó este ingeniero militar después de ingresar en el Cuerpo.
[2] Ingeniero francés, natural de Bayona, destinado a la Frontera de Castilla en 1735 y que tuvo una especial trascendencia en las obras de reconstrucción del Real Fuerte de la Concepción.
[3] Instrucciones que deverá observar el Coronel y Ingeniero en Gefe de los Exercitos Plazas y Fronteras de S. Magestad, D. Pedro Moreau para el reconocimiento de la Plaza de Ciudad Rodrigo,y toda la Frontera de Castilla. Simancas, Guerra Moderna, legajo 3638. Citado por RODRÍGUEZ DE LA FLOR, Fernando. La frontera de Castilla. El Fuerte de la Concepción. Salamanca, 2003 pág. 112 y ss.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.