Era evidente que no había
acuerdo. Unos, el organigrama militar, y otros, los munícipes, discrepaban
sobre la propiedad de la puerta tapiada y, por tanto, de los derechos de servidumbre.
Pero, en torno a estos años, se muestra la necesidad de que el destacamento de
la Guardia Civil cuente con un acuartelamiento suficiente para el desarrollo de
sus funciones asignadas. Se le solicita al Consistorio un edificio para
convertirlo en casa cuartel, y éste ofrece parte de las viejas dependencias del
exconvento de Santo Domingo; eso sí, con la remodelación necesaria según el
proyecto firmado el 29 de marzo de 1881 por Gerardo de Corpas Hilera, maestro
de obras municipales.
Corpas explica
las previsiones de obras para las dos plantas del pabellón que se pretende ceder
para el destacamento de la Guardia Civil, que contaba con su caballería. Y lo
hace especificando en colores las actuaciones previstas: “la tinta carmín
indica la obra nueva; el amarillo lo que se derriba y la tinta negra lo que se
conserva”. Por lo que observamos, en la planta baja apenas hay que hacer obra,
tan sólo escaleras y la apertura de algunos vanos. En esta planta se encontraba
la entrada para los caballos y para la caballeriza, que contaba con 32 plazas,
así como el dormitorio para la tropa y la nueva escalera de caracol para
comunicación con el cuarto del sargento, ubicado en la planta denominada
principal, en donde se encontraban los dormitorios, cocina, sala de armas y la
academia, entre otras dependencias.
Reproducción del plano de Gerardo de Corpas sobre el convento de Santo Domingo |
Sin embargo,
los trámites se retrasan y la ejecución del proyecto se dilata en el tiempo. No
será hasta el 27 de abril de 1885 cuando, de nuevo presente el proyecto de actuación
el maestro de obras municipales. Y lo hace pormenorizando los trabajos, con una
referencia expresa al proyecto de 1881, para disponer el acuartelamiento de la Guardia
Civil y de un escuadrón del arma de Caballería.
Dice así el
informe suscrito por Gerardo de Corpas: “Considerada como de gran conveniencia
y utilidad general la habilitación del ruinoso edificio de Santo Domingo, cuya
reparación es urgente, nada más útil ni beneficioso para la población en
general, el comercio y la industria en particular, que destinar el espacio que
ocupó el derruido convento en construir un edificio que llenará las dos
necesidades que hoy se notan en el acuartelamiento de la plaza, que son
alojamiento para Caballería y para la Guardia Civil, acuartelamientos que se
consideran indispensables y para cuya realización se propone lo siguiente:
Alojamiento
de la Guardia Civil. Siguiendo las instrucciones recibidas, formamos un plan y
presentamos en marzo del año 1.881, según el cual la Guardia Civil ocuparía la
parte Este del edificio, que es la que está en mejores condiciones de solidez y
seguridad; de cuya parte sólo tomará una superficie de diez metros cuadrados en
la planta baja y ciento dieciséis en la principal, cuyo presupuesto asciende a
la cantidad de tres
mil ciento setenta pesetas, con
cuya suma queda resuelto el problema y alojada convenientemente con
independencia la Guardia Civil.
Respecto al
alojamiento cómodo é higiénico de la fuerza de Caballería, y necesario para
ello satisfacer las exigencias de un programa extenso, como no puede menos de ser
cuando la fuerza es algo numerosa como en el caso presente, programa que descartado
de la parte de comodidad ó separación de servicios que a falta de terreno
pueden acumularse en un mismo local; es el siguiente: cuerpo de guardia de
oficial y cuarto de banderas, cuerpo de guardia de tropa, calabozo, almacenes
para efectos (cebada, paja…), cocinas, retretes para tropa y oficiales,
caballerizas para noventa caballos, ídem para caballos de jefes y oficiales e
ídem para enfermería.
Éstas son las
dependencias mínimas que pueden establecerse, habiendo suprimido la enfermería
para soldados, el cuarto para el oficial de A. M., la enfermería de caballos
para enfermedades contagiosas, la fragua herradero, el cuarto de aseo, la sala de
academia, la cantina, etc. etc.
De la
inspección de edificio y de la que en el adjunto plano se hace fácilmente se comprende
que separada la parte destinada a alojamiento de la guardia Civil, y que va marcado
de color rosa, quedan de este edificio seiscientos setenta y dos metros cuadrados
en la planta baja, cuatrocientos dos metros cuadrados en el entresuelo y
quinientos sesenta y seis metros cuadrados en el piso principal. En esta
superficie, existe la parte del Oeste en planta baja, entrada y principal en
regular estado de conservación y que con un pequeño gasto de repellos,
enlucidos y blanqueos, está habitable; más no sucede lo mismo con la parte Sur,
que por su mal estado de pisos, falta de luz y ventilación requiere obras
importantes y cuyo coste alzado dejamos al final de nuestro escrito, proponiéndonos
ahora indicar la forma en que habíamos de satisfacer las necesidades de programa
que será del modo siguiente.
“De cinco locales disponemos en
la parte Oeste de la planta baja, dejando la entrada demarcada para la Guardia
Civil, y estos cinco locales les distribuimos en cuerpo de guardia para tropa,
con su cuerpo de guardia de oficial; cocina, almacén, calabozo y caballeriza
para los caballos de los jefes; y en la parte Sur colocamos la caballeriza para
cincuenta plazas con sus pajares correspondientes, faltándonos por tanto local
para cuarenta caballos y el necesario para la enfermería, cuyo alojamiento se
podía construir adosado al edificio, de construcción ligera, armado en pies
derechos y crucetas de tablón, para lo cual se expropiarían terrenos en la
cortina que rodea el edificio.
Ya hemos
manifestado que hay que convertir la caballeriza de la planta baja en otras
dependencias conservando las plazas suficientes para los caballos de los jefes.
Esto se consigue con la construcción de dos tabiques y la apertura de cinco
huecos de puerta, arreglo de ventanas y cristales.
Plano de la planta baja del convento de Santo Domingo, según Corpas |
En la crujía del Sur podríamos
derribar todos los tabiques y muros de traviesa, cuya obra tiene que afectar a
todos los pisos y cubierta por lo que creemos conveniente desmontar los
tabiques perpendiculares a la longitud de las fachadas y respecto á el paralelo
empezando por el piso principal y bajando después hasta la planta baja, se desmontará
la pared interior paralela á las fachadas, sutituyéndolos por pies derechos
colocados en el mismo sitio que ocupa hoy el nuevo. En lo cual se utilizarán,
sin desmontarlos, todos los pisos, renovando únicamente las maderas que
resultaran inútiles. De este modo quedaban el entramado y piso principal para
dormitorio de tropa, cuartos de sargentos y demás dependencias que no pueden
colocarse en la planta baja que destinamos á caballerizas aunque de poca
altura, resulta la suficiente capacidad de aire por caballo, dada su superficie
y el número de plazas que asignar.
Con estas
obras que se podrían ejecutar en sesenta días laborables se habilitará el
edificio para alojar la fuerza de caballería, obras en las que incluyendo la
construcción de la parte del edificio que se ha de hacer de nueva planta
importarán diez y siete mil pesetas, a las cuales añadimos las tres mil ciento
sesenta presupuestadas para las obras de habilitación del alojamiento para la
Guardia Civil haciendo un total de veinte mil ciento sesenta pesetas, de las
cuales deducimos dos mil quinientas pesetas del valor de los materiales
aprovechables procedentes del derribo, quedando por lo tanto estas obras un
importe total de presupuesto probable de diez y siete mil seiscientas sesenta pesetas,
en cuya cantidad se convertirá en cuartel para Caballería y Guardia Civil el edifico
exconvento de Santo Domingo.
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