Ahora que se avecina un periodo electoral, viene a cuento recordar lo que ocurrió en el entorno mirobrigense en 1891 para calibrar hasta dónde podía llegar el fanatismo en la defensa de los intereses políticos, muchas veces sirviendo de argumento y disfraz para aliviar disputas personales. Aquel fue un año
electoral nada tranquilo. La campaña coincidió con el preludio carnavalesco. De
hecho, todo parecía girar en torno a la política. Los intereses de los dos
bandos contendientes en el distrito de Ciudad Rodrigo, pandistas y arjonistas,
es decir, los seguidores del militar Luis Manuel de Pando y del acaudalado e
influyente propietario Luis Sánchez-Arjona, a la sazón conservadores y
fusionistas –liberales-, no tuvieron reparo en plasmar su contienda electoral
editando sendos periódicos mirobrigenses que, como era de esperar, tuvieron la
vida que truncó el resultado electoral del 1 de febrero. Eran La Verdad[1]y La Opinión, aunque también la prensa
provincial tomaba partido por conservadores o liberales sin ningún reparo, con
todas las consecuencias, incluso con acusaciones rocambolescas buscando
únicamente su influencia en el electorado, que desde 1890, gracias a los
fusionistas, había conseguido un logro: el sufragio universal masculino.
Luis Manuel de Pando |
Ganaría las elecciones el candidato
ministerial, Luis Manuel de Pando, aunque los comicios fueron anulados el 13 de
julio por supuestas irregularidades en la votación y posterior escrutinio,
resultando finalmente elegido Luis Sánchez-Arjona, que se enfrentó en las
urnas con el candidato ministerial, el teniente retirado Diego Fernández Arias,
a la sazón director del periódico La Correspondencia Militar. Como era de esperar, en el proceso electoral que
quedó anulado se produjeron algunos disturbios durante la campaña en distintas
localidades de la comarca mirobrigense, ya que los ánimos estaban caldeados.
Incluso, como en Fuenteguinaldo, pero también en otros pueblos aunque con menor
proyección mediática, se produjeron disparos de arma de fuego, afortunadamente
esta vez sin consecuencias determinantes para la integridad de los protagonistas.
Porque tras la anulación del
escrutinio y durante el desarrollo de la nueva campaña electoral en el verano,
los enfrentamientos entre los bandos aumentaron y en su efervescencia
alcanzaron tintes trágicos: en Fuenteguinaldo: se produjeron dos asesinatos. Al
parecer, eran partidarios del general Pando, exdiputado ya y que apoyaba la
candidatura de Rodríguez Arias. Los hechos tuvieron lugar en la noche 25 de julio, cuando se produjo el altercado que tuvo como consecuencia la muerte en el acto del labrador guinaldés Pablo Carreño Barbero, de 41 años -las lesiones, mortales de necesidad, fueron inferidas en la cabeza, con hundimiento y fractura del hueso occipital-, mientras que como consecuencia de las lesiones producidas también en la cabeza y en el costado derecho, falleció en la tarde del día 28 el también labrador guinaldés Pedro Galán Martínez, de 48 años, considerados como “partidarios y amigos del general Pando”, siendo procesados por este motivo varios “partidarios del señor Sánchez Arjona”: el matrimonio integrado por Isidoro Sánchez Domínguez y Eusebia Corral Hernández, Agustín Sánchez Corral –hijo de aquellos- y Julián González Corral.
Luis Sánchez-Arjona |
La tensión era evidente en la villa guinaldesa, lo que determinó que se desplazase a Fuenteguinaldo una comisión cívico-militar encabezada por el gobernador de la plaza de Ciudad Rodrigo. El juicio por estos hechos se celebraría en Ciudad Rodrigo en marzo de 1893, de cuyo desarrollo se ofrece parcial información en el diario salmantino La Opinión, pudiendo consultarse en los fondos de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
[1]
PEREIRA SÁNCHEZ, Jesús, “Prensa mirobrigense”, coleccionable del semanario
local Tierra Charra. “La
Verdad : periódico político. Se tiraba en casa de Viuda e
Hijos de Cuadrado y aparecía los martes. Salió el primer número el l5 de noviembre
de l890 y murió el 22 de febrero de l901, constando su colección de doce
números y un suplemento, en el que se despide del público. Lo dirigía don
Abelardo Cabrera y escribían con este el administrador don Ulpiano Blanco, don
Pedro Hernández Moro, don Dionisio de N. Delicado, don Fabián Rubio y don
Arturo Delgado. El objeto de su existencia fue la lucha electoral para
diputados a Cortes, en que tan denodadamente combatieron pandistas y
arjonistas. Defendía La
Verdad la candidatura conservadora de don Luis Manuel de
Pando, y literalmente considerada, es modelo de periódicos de lucha, correcta,
de frase incisiva pero cortés. El ingenio rezuma en sus «Dichos decideros», en
sus fondos y en sus versos. Fue el martillo de La Opinión , semanario
[‘de intereses morales y materiales del país’] que también se publicaba por
entonces en Ciudad Rodrigo y defendía la candidatura triunfante del señor
Sánchez Arjona”, y que vio la luz el 2 de noviembre de 1890.
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