La primitiva iglesia de Santo Domingo, tras ser
integrada en la estructura conventual y cobrar un protagonismo específico,
había sucumbido tras aguantar las decisiones de la milicia de convertirla, tras
los sitios de la Guerra Peninsular, en una referencia defensiva con el montaje
de una batería. La paulatina ruina hizo que fuera desmoronándose y perdiendo
progresivamente su entidad, hasta desaparecer.
De hecho, cuando a final de
1872 el Ministerio de Guerra se plantea la venta de la parte que ocupaba en el
antiguo cenobio dominico, el Ayuntamiento interesa la concesión de todo el
edificio para escuelas y que “la parte que ocupó la iglesia y que hoy constituye
una plazuela, quede de dominio público para comodidad del vecindario”.
Restos del convento de Santo Domingo en un plano inspirado en Coello |
Del antiguo monasterio
dominico, en el último tercio del siglo XIX apenas quedaba útil la escuadra
formada por dos de los pabellones que definían el edificio en sus partes oeste
y sur. La cerca de la huerta había sido destruida parcialmente tras los asedios
napoleónicos y lo que de ella quedó fue derribada por el presbítero Juan Muñoz para
facilitar la comunicación entre los terrenos que había adquirido en la subasta
de la desamortización. Además, el cuerpo de la iglesia había desaparecido, lo
que permitió dejar una amplia plazuela que, con el paso de los años, iría
perdiendo entidad, ya fuera por la intercesión municipal que cedió distintas
superficies para levantar viviendas o industrias, o la llana venta de
propiedades en función de las necesidades de una u otra parte, siempre que se
tuviera conocimiento exacto de la propiedad.
Es el caso, por ejemplo, de
la instancia presentada por Juan Mirat Tejedor, en noviembre de 1872,
solicitando que para edificar de nueva planta una fábrica de jabón se le
conceda “un pedazo de terreno de 25 metros de ancho y los que resulten de largo hasta
tocar con la pared del edificio titulado cuartel de Santo Domingo y tomada en consideración
por el Ayuntamiento acordó que la comisión de Policía Urbana lo reconozca y
señale quedando a cargo del señor Mirat ventilar las cuestiones que pudieran ocurrir
sobre la pertenencia del terreno”. Y años más tarde, en 1875, Francisco Fernández
Musías solicita en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo un documento en que se
haga constar la concesión que se le hizo de un terreno en la plazuela de Santo
Domingo para construir una casa.
Pese a la renuncia expresa,
en febrero de 1873, del gobernador de la plaza para continuar utilizando las
dependencias que tenía asignadas como cuartel de caballería, el Ayuntamiento no
logra conseguir para esa parte del exconvento dominico un uso exclusivo. Es
más, como ya habíamos anunciado, se presentan desavenencias por la utilización de
la puerta de acceso al edificio y que hasta ahora habían compartido los dos servicios
públicos.
El 8 de septiembre el
Consistorio se manifiesta contrario a la actuación seguida por la Comandancia
de Ingenieros al tapiar la citada puerta: “Habiéndose hecho presente que ha
sido tapiada la puerta del edificio exconvento de Santo Domingo que servía de
entrada y ha servido siempre para las habitaciones de la escuela de niñas privándose
al municipio del derecho que tiene y que ha usado desde que fue cedido el citado
edificio, se acordó oficiar al señor gobernador militar de la plaza a fin de
que tenga a bien ordenar al comandante de Ingenieros quede la puerta como antes
se encontraba para evitar perjuicios, reservándose en otro caso el Ayuntamiento
hacer uso del derecho que crea asistirle”. Es decir, que incluso amenazan con
otro tipo de acciones si no se reabre la puerta.
Restos del convento de Santo Domingo en 1994 |
Pasan casi dos meses, y no
hay contestación del gobernador militar: “No habiendo contestado el señor
gobernador militar de esta plaza al oficio que se le dirigió respecto del uso
de la puerta del ex convento de Santo Domingo que ha sido cerrada sin contar para
nada con el Ayuntamiento, no obstante ser uno de los dueños del edificio, se
acordó recordárselo y caso de no resolver, que el señor alcalde use de los
medios que sean procedentes para no decaer el Ayuntamiento del derecho que le
asiste al uso de entrada y salida por la puerta tapiada”. Ante esta nueva conminación, el gobernador, tras
haber recibido el informe del comandante de Ingenieros, se dirige a la
Corporación transcurridos otros dos meses: “Se leyó oficio del señor gobernador
militar de la plaza trasladando otro del comandante de Ingenieros de la misma,
contestando al que se le pasó por el Ayuntamiento referente al uso de la puerta
de entrada del edificio del ex convento de Santo domingo. Visto por el
Ayuntamiento y resultando que hay una equivocación en el modo de apreciar el
uso de la puerta y hasta en calificarla como de pertenencia del ramo de guerra
por formar parte integrante de la que posee la plaza en el edifico de Santo Domingo,
cuando en ella misma tiene la municipalidad las habitaciones altas, se acordó insistir
en la reclamación y que en el caso de que no se acceda a ella se gestione según
proceda con arreglo a las leyes”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.