La plazuela de San Pedro se corresponde con el espacio urbano
comprendido entre el actual Teatro Nuevo, la residencia San José, el templo de
San Pedro y la extensión o prolongación de la calle de los Gigantes. Es una
zona sin una nomenclatura específica pero que sí era recogida en la
documentación que atesora el Archivo Histórico Municipal de Ciudad Rodrigo,
caso, por ejemplo del aludido Libro de
registro y reconocimiento, que data de 1751. Se denomina a este espacio
plazuela de San Pedro o campo de San Pedro, en función de que la puerta
principal del templo, hasta avanzado el siglo XVIII, se encontraba orientada al
norte.
Aparte del
templo, cuyas características básicas han sido apuntadas anteriormente, el
edificio señero de es la casa solariega de los Chaves, que ocupaba toda la
manzana y cuyas dependencias menores incluso se introducirían en lo que hoy es
plazoleta, como se puede inferir de la descripción que del inmueble recoge el
catastro de Ensenada.
Diseño del escudo de los Chaves para su palacio |
El linaje de los Chaves tuvo mucho
entronque en Ciudad Rodrigo. Ya en 1402 sabemos que tienen asiento en esta
localidad y que disfrutan casas solariegas. La construcción de este inmueble
debió vincularse a la cesión que hace la familia a los agustinos para la
construcción del convento que hoy ocupa el colegio Santa Teresa Jesús. Está
claro que en 1538 los Chaves ya contaban con un palacio en la plazuela de San
Pedro, dato que viene a coincidir con las presuposiciones del historiador
Manuel Sendín Calabuig, que data en 1530 la construcción de la torre y el
palacio de la Rúa del Sol y que ocuparía toda la manzana hacia la iglesia de
San Pedro.
En efecto, el 14
de junio de 1538 se recoge en las ordenanzas municipales que para la procesión
del Corpus Christi los regidores del linaje Pacheco tienen que ir desde la
Catedral a la casa de Luis de Chaves, que se encuentra en la plaza de San Pedro:
hordenaron y mandaron y acordaron los
dichos señores justiçia e Regidores que el dia de corpus Christi de este año
sseys Regidores de la linaje de los pachecos sean obligados a sacar las varas
del Santo sacramento desde la yglesia mayor hasta la puerta de luys de chaves
que es en la plaça de San pedro y si todos los dichos seys Regidores de la
linaje no estuvieren presentes que los que huviere de aquel linaje ponga
personas honradas cavalleros que lieven las varas en lugar de los que faltaren
y que desde la puerta de luys de chaves los otros seys Regidores de la otra
linaje de garcia lopez sean obligados a estar a la mesma puerta de luis chaves
y alli tomen las varas de corpus Christi y las lleven hasta tornar el Santisimo
Sacramento a la yglesia mayor…Además, la cita nos da otro dato
significativo y que abunda en la apreciación de Sendín de que el inmueble tenía
“un profundo sentido militar”, con la propia torre como referencia, que es lo
único que se conserva junto con la pared lindera parcialmente con la calle del
Arco, antes del Abadeo. Si seguimos la cita, la puerta de Luis de Chaves se
encuentra en la parte trasera del inmueble, es decir, que tendría entrada por
la plazuela de San Pedro.
Ese carácter o
sentido militar que propone Sendín, viene a justificarlo al señalar que las dos
ventanas más amplias de la torre, “una en la fachada principal y otra en la que
mira a poniente, deber ser, sin duda, de época algo posterior al momento de la
erección de la torre. Los vanos que tendría en un principio serían escasos en
número, practicados en el piso alto y de proporciones mínimas, tal como el que
a más altura existe en su fachada de septentrión. Tampoco debió haber puerta
alguna al exterior, porque las dos que hoy tiene han sido abiertas en fecha
posterior. Y dentro aún de este aspecto de fortaleza o fortificación, he de
hacer resaltar, que en el remate superior de la fachada que mira al oeste, hay
señales evidentes de desmoche, única explicación para el antepecho de ventana
con que se remata el muro. La torre, pues, debió ser más alta y aunque no
contara con almenas, sí tendría al menos una solana de reducidas proporciones”.
Mateo Hernández Vegas también hace
alusión al “descabezamiento de la fortaleza”.
Plano de alzada y planta del palacio de los Chaves o del marqués de Cardeñosa. Archivos Españoles en Red |
El inmueble ya es
propiedad del marqués de Cardeñosa en 1747, como lo demuestra el documento
sobre Reconocimiento de los solares y
situios arruinados de casas de esta ciudad hecho por la real justicia, en
virtud de carta de orden de D. Blas Pover Alcázar, del Consejo de Castilla y
superintendente de esta provincia al deslindar un solar de casa existente
en la calle de los Gigantes y fijar como un lidero la casa principal del Mayorazgo de Garci-López de Chaves, que hoy goza
el Sr. Marqués de Cardeñosa y sirve de cuartel para la Caballería que guarnece
esta plaza. La referencia a los Garci-López de Chaves en vez de simplemente
los Chaves es frecuente en la historiografía local, aunque ya Antonio Sánchez
Cabañas en su Historia civitatense
explica que el edificio que “más campea” desde el acceso de la Puerta del Sol es el palacio y casas principales de los
Garci-López, que aora tienen por apellido Chaves…
El apunte
catastral del inmueble que nos ocupa en 1751 nos deja además la existencia de
una serie de dependencias en la plazuela de San Pedro que nos interesan sobremanera,
ya que algunos de estos restos han aparecidos en el seguimiento arqueológico de
las obras. Dice así el documento: Es casa propia del Marques de Cardeñosa, sita en la
calle de la Rúa, que ocupa mil
sesenta y ocho varas superficiales cuadradas. El frente de la calle tiene de largo veinticinco y dos pies y de fondo cuarenta y dos varas, no tratando de la torre
cuadrada que sale al frente, de nueve
varas por lado. Se reduce la distribución interior: en el patio de treinta y una varas y dos pies de largo con seis
de ancho, empedrado a vertientes; el
portal para entrar en él es de tres varas y dos pies de ancho y cuatro de alto. A uno y otro lado del
mencionado patio están las caballerizas, de tapia y mala mampostería; sus
paredes exteriores de tres varas y un
pie de alto, sin revoco alguno; el grueso de ellas dos pies y cuatro pulgadas, su puerta es imperfecta y poco útil para el fin, teniendo sólo dos varas de alto y menos de
ancho; esta cuadra, a la izquierda de
la entrada de la puerta tiene de ancho nueve varas y un pie inclusos los pesebres, y de largo desde la
pared de la calle treinta y un varas,
de modo que la pared del pesebre es medianera a otra igual caballeriza paralela al otro lado, y mantiene
el caballete de las dos vertientes,
cuya armazón es mediana, aunque se necesita retejar por algunas partes, y sin embarazarse cabrán en
éstas doscientos caballos, y actualmente se halla un destacamento de veinte hombres
de la tropa acuartelada en esta
provincia, que se muda cada tres meses. Tras la pared que hace frente al patio, y la correspondiente a la otra pared de la plazuela de S. Pedro, hay otra cuadra a
la que se baja por una pequeña rampa,
tiene de largo veintidós varas y dos pies, y de ancho seis y un pie; su techo de alto tres varas, apuntalado; tiene tres respiraderos de una vara de largo, y un pie de
ancho, con corta ventilación para el
verano... Al entrar por la puerta principal hay otra caballeriza, a la derecha, paralela a la primera;
tiene de largo, desde la pared a la
calle treinta y cinco varas y de ancho siete... Al remate de esta caballeriza, haciendo frente a la puerta
principal se presenta un corredor bajo
del cual hay una pequeña cocina de cuatro varas de largo, y el mismo ancho del
corredor, que es la única que sirve a esta tropa... A la derecha de la entrada y al testero de la caballeriza, de
la misma mano, esta el arca de la
escalera, cuyo cuadro tiene por un lado
siete varas y un pie y por el otro nueve y un pie; esta tiene tres tramos de
tres varas de ancho, mamporlanes de madera, encajonado de toda piedra, y en el segundo descanso esta el
lugar común de siete varas de largo y
cuya arca no tiene desagüe y se limpia a mano. Se entra al corredor por una puerta de cerca de tres
varas en cuadro, el que esta cubierto
por la parte del patio con tabique, tiene de largo catorce varas y cuatro de
ancho, incluso un cuarto de tres varas a su extremo, dividido con un tabique con su puerta y una pequeña ventana de una vara en cuadro...»
Planta y patio -hoy ocupado por los edificios de El Porvenir y el Teatro Nuevo- del palacio. AER |
Como buena parte
de los inmuebles de Ciudad Rodrigo, los asedios de la Guerra de la
Independencia afectaron a la integridad de los edificios. La ruina fue
apoderándose de este palacio, del que sólo se conserva la torre. En el resto
del solar, después de otros destinos, en 1900 la Sociedad de El Porvenir
acomete la construcción de un casino y de un teatro. En mayo de 1900, tras los
trabajos realizados a las órdenes del comandante Aceituno, se inauguran estas
dependencias que vinieron a ocupar la práctica totalidad del solar. Un incendio
en 1954 destruye la parte ocupada por El Porvenir, mientras que la del Teatro
Nuevo no se vio afectada. La reconstrucción del edificio vino a dejarlo tal y
como hoy lo conocemos en su parte alta, mientras que la baja ha tenido
distintos usos y, por lo tanto, modificaciones estructurales de distinto orden.
El Teatro Nuevo fue reinaugurado en 1993 tras las obras de rehabilitación
sufragadas por el Gobierno.
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