Pocas referencias históricas
encontramos sobre el origen de la Puerta del Conde. Aparte de las citas en las
que parece que fue uno de los accesos que en origen tuvo la muralla medieval y
que estuvo protegida por un torreón, sabemos que en sus
inmediaciones hubo una serie de edificios y construcciones de carácter público,
caso de los graneros y los trojes de la ciudad, en definitiva, la alhóndiga y,
también una primitiva ubicación de la Casa del Peso de la Harina.
Dibujo de la Puerta del Conde de Ángel Angoso, 1927 |
Antonio
Sánchez Cabañas nos la describe así: A la
parte que mira a setemptrión está la Puerta del Conde. Dióssele este nombre por
memoria del conde don Rodrigo González Girón, que fue el que reedificó a esta
ciudad por mandado del rey don Alonso el Sexto. Entrando por esta puerta se va
a la Rúa Vieja y a una plazuela adonde están 4 edificios de obra política y muy
magnífica, edificados a las quatro partes de oriente, poniente, setenptrión y
mediodía. El uno es el convento de las descalzas en la propia muralla, junto a
la Puerta del Conde; el otro edificio es el palacio de los Silvas; el terçero
el de los Nietos y Silvas; y el quarto el de los Ávilas y Tiedras. Tanbién está
çerca desta puerta la parroqchia de Santo Tomé Apóstol. Saliendo por esta
puerta está el canpo que llaman de los Bueyes, adonde los días feriados se
vende el ganado vacuno. A un lado desta puerta, junto a la muralla, están los graneros
y troges de la çiudad, y al otro lado la cassa del Pesso de la Harina, adonde
acude a pessarse todo el trigo que se a de moler en las haceñas deste río
Ágada, que passa por esta çiudad. Por esta parte tiene Ciudad Rodrigo muy
grandes arrabales.
Al
respecto, cabe señalar que también, al socaire de la Guerra de Secesión
portuguesa con las consecuencias que dimanó en la fortificación mirobrigense
–todavía sin segunda muralla, aunque se fortaleció la del arrabal de San
Francisco-, la alhóndiga y los trojes que existían junto a la Puerta del Conde
en su extensión sur, estaban en parte deteriorados. Su superficie era
considerable y se fue manteniendo una parte, la más próxima al torreón,
mientras que el resto de la construcción iba arruinándose.
Plano de 1667 en donde se significa la Puerta del Conde y el edificio de la alhóndiga. AGS |
En la sesión del 19
de enero de 1648, ochos años después de la iniciada la guerra con Portugal, el
capitular Juan de Turbique recordó al regimiento que había tenido necesidad de
meter la guardia de la caballería en un mesón próximo a la Puerta del Conde, lo
que estaba acarreando un dispendio considerable al mesonero, aparte de los
pertinentes perjuicios. Por eso propone rehabilitar parte de la antigua
alhóndiga para permitir su uso como cuerpo de guardia de la caballería de la
plaza: El
señor D. Juan Turbique propuso cómo el señor gobernador había metido la guarda
de la caballería en la ciudad en un mesón en el Campo de los Bueyes, que es del
señor D. Gómez de Chaves, cuya hacienda administra el señor D. Antonio de
Jaque, y que parecía en ello se recibía por temor al mesón daño y que en
consideración de esto y por excusarle que no se hiciese al dueño del mesón ni
se le tomase habiéndose hablado sobre esto en el consistorio pasado el señor
gobernador con los caballeros comisarios de la guerra, habían ido a ver la
parte donde se podía poner dicha guardia que no recibiese daño y se había
hallado que en el taller que está en la alhóndiga de la ciudad, que era sitio a
propósito, se podía poner aderezándose el tejado y poniéndole pesebres para los
caballos, y que no era de inconveniente alguno y con ello se excusaba dar
pesadumbre a muchos vecinos gastándole su hacienda, y que para ello el dicho
señor D. Antonio de Jaque había ofrecido prestar a la Ciudad quinientos reales
para que luego se hiciese lo susodicho, con que pues había y ha tenido el dicho
mesón quince días, poco más o menos la guardia, se mudase a otra parte en
cuanto se aderezaba lo susodicho. Y visto por la Ciudad, se acordó que los
caballeros comisarios de la guerra luego tentasen de que dicho taller se
aderezase tapando de piedra la puerta que cae a la alhóndiga y aderezando el
tejado y poniendo pesebreras de palo para los caballos, que sería de menos
costa y que dicho aderezo se hiciese de los dichos quinientos reales que
ofreció prestados el dicho señor D. Antonio de Jaque…
Otro plano de mediados del siglo XVII con la definición de los edificios inmediatos a la Puerta del Conde. AGS |
En
1704, en un plano realizado por un ingeniero francés, se da cuenta del estado
en que se encuentra la plaza de Ciudad Rodrigo después de ampliar las murallas
y de “haber abatido numerosas casas que se encontraban próximas a los muros de
la ciudad”. En él, todavía sin apuntes de la fortificación abaluartada, se
señala en las inmediaciones de la Puerta del Conde (sólo cuenta con torreón) un
amplio edificio adosado a la muralla, a la derecha de la puerta, en su
exterior, que podría coincidir con los trojes y graneros de que habla Sánchez
Cabañas, y su conversión parcial, no ya en cuerpo de guardia sino en cuartel de
caballería. Idéntica representación aparece en los planos de Pañalba y
Buscayolo, de 1667, con una definición clara de los dos espacios adosados a la
muralla y al torreón de la Puerta del Conde.
En aquella misma época,
superados ya los avatares de la guerra de Secesión con Portugal, que también
dejó su impronta en los muros de la muralla, cabe recordar que en 1703 empezaron
en la comarca mirobrigense las hostilidades con los aliados en defensa del
trono portugués. En 170
Plano de 1704, ante de la construcción del sistema defensivo abaluartado. La Puerta del Conde se identifica con la letra 'E'. Atlas Masse. |
En 1705 repiten la misma
tentativa con idéntico resultado. En 1706, en mayo, se desatan otra vez las
hostilidades y caen entre el 18 y 22 de mayo los principales conventos. El 24 y
25 de mayo se bombardea la ciudad con dos baterías situadas en el teso de San
Francisco y junto al convento de Santo Domingo. Llega la capitulación el 26 de
mayo, después de un sitio que duró ocho días. Estuvo ocupada por el enemigo
hasta el 4 de octubre de 1707, liberándose a las cuatro y media de la tarde:
“abrióse la brecha entre la puerta del Conde y la parroquia de Santo Tomé, que
era junto a las casas de don Francisco de Jaque y Campofrío”, dice Mateo
Hernández Vegas en su Historia de Ciudad
Rodrigo. La Catedral y la Ciudad. Precisamente, en este momento debieron
desaparecer, en caso de que aún se mantuvieran en pie, todas las construcciones
adosadas a la muralla en la zona que nos ocupa. Baste apreciar la envergadura
de la brecha practicada para conocer sus consecuencias, ya que incluso arruinó
la iglesia de Santo Tomé, cuya sillería fue utilizada para cerrar la brecha.
En el libro de
acuerdos de 1706 se apuntan diversas obras de fortificación. Ese año, la
devoción a San Sebastián no pudo plantearse como era tradicional, ya que los
regidores no pudieron acompañar la imagen del mártir desde la ermita en la que
se veneraba a la Catedral por allarse
yntratable el paso de las puertas del Conde y San Francº por los muchos lodos a
causa de la fortificacion que se esta haciendo, por lo que ese año se
propuso al obispo y al Cabildo se traiga
al santo en coche, con la veneracion que se pueda, a la iglesia de San Isidoro.
Puerta del Conde, con el macizo del pilón. Foto Pazos |
La
defensa de la Puerta del Conde, después de la ejecución de la importante
reforma abanderada por el mariscal de campo Pedro Borrás, y según podemos
observar en varios planos de los proyectos de fortificación en el siglo XVIII,
contaría más adelante con una barbacana o tambor, ya señalados por Antonio de
Gavez en la propuesta fechada en 1751 para la construcción de dos cuarteles.
Esos elementos defensivos se mantienen tras la Guerra de la Independencia: un
plano firmado por Juan Donoso el 14 de junio de 1812 lo indica con claridad al
describir el “torreón y tambor a la Puerta del Conde”. Es significativo que en
1810, durante el asedio francés, el general Pérez de Herrasti, gobernador de la
plaza de Ciudad Rodrigo, eligiera como base de mando la bóveda de la Puerta del
Conde, seguramente por las garantías que ofrecía su fortificación. En base a
los planos aludidos, el citado tambor saldría paralelo al muro derecho exterior
de la puerta, abarcando todo el torreón para unirse perpendicularmente con la
muralla, a la altura de lo que fue convento de las Franciscanas Descalzas.
Aparte
de la construcción del cuerpo de guardia exterior de la Puerta del Conde –hubo
otro dentro de las murallas, en la esquina actual de la calle Madrid con la de
Campofrío- y dejando de lado las construcciones públicas citadas para el
abastecimiento de la ciudad, como los trojes, graneros y la Casa del Peso de la
Harina, hemos de retrotraernos a mediados del siglo XVI, hacia 1548. Explican
María Teresa Paliza y José Ramón Nieto, glosando el proyecto de Sagrameña de
Vargas para la construcción de un gran acueducto que acercara el agua a Ciudad
Rodrigo desde Valdenovillos, “concretamente a una especie de balsa o gran pilón
cuya previsión era hacerla junto a la muralla de esta çibdad a las espaldas de la yglesia de Santo Tome…. Para ello, se
hará un arca que recoja todas las aguas (…) de
la qual harca se hirán repartiendo las fuentes. No aporta soluciones,
dejando al hordenador que la hordenare,
tan sólo exigiendo que lo que se construya debiera de thener todas las buenas proiedades que un albige tiene”. Con
esta salida, para los autores citados queda claro que Vargas “se desinteresaba
de la materialización de la obra que proyectaba”.
Ese aljibe, ese gran pilón proyectado por Vargas,
debió construirse más tarde. Al menos existió en ese lugar, a la salida de la
Puerta del Conde, adosado al torreón, una estructura que se mantuvo con el fin
de abastecer de agua a la población hasta iniciado el siglo XX. Así nos
encontramos con que en el libro de actas capitulares, el 27 de diciembre 1783 el señor Antonio Corbalán, como comisario
nombrado para la obra de nueva fuente y pilón de agua de la cañería proyectado
a la salida de la Puerta del Conde, hizo presente el plan y condiciones que ha
hecho levantar para su ejecución a fin que la Ciudad se sirva resolver lo que
tuviese por conducente; y enterada, lo aprobó, y mandó que subaste y admitan
los postores arreglados en la cantidad en que se haya regulado y se proceda al
remate el 10 de enero, digo seis próximo, y el sujeto en quien recaiga
escriture y afiance competentemente. Esas obras del pilón y la fuente se
licitan el 7 de julio de 1784 con el beneficio del abasto de vino blanco,
aunque no comenzarían hasta meses más tarde, ya que en la sesión de 2 de
diciembre de 1784 el concejo toma el siguiente acuerdo: En consecuencia de la referida citación se hizo presente por dicho
señor alcalde mayor [se trata del licenciado Francisco Antonio Muñiz,
abogado de los Reales Consejos, alcalde mayor y teniente de corregidor por Su
Majestad de Ciudad Rodrigo] que el pilón
establecido para la fuente de la cañería proyectada a la salida de la Puerta
del Conde que hace servir de depósito para surtirse el público y que
actualmente se está construyendo, es sumamente pequeño y nada correspondiente
con respecto a la taza, y no regular que la Ciudad permita que una obra pública
tan útil y beneficiosa se ejecute con defecto tan sustancial, originado por no
haber tirado el plano el maestro que diseño la fuente con el método y reglas
debidas, y que en atención a que hoy es fácil subsanar dicho defecto con poco
dispendio, lo ponía en comunicación de la Ciudad; y enterada, reconociendo ser
apreciable la proposición de dicho señor alcalde mayor, deseosa de concurrir a
enmendar el error padecido por dicho maestro, vino en condescender como condesciende
en que se le dé a dicho pilón y fuente la extensión que sea necesaria y
corresponda a la taza del vertiente, valiéndose para ello del favor que ha
merecido al ingeniero don Pedro Giraldo de Chaves, que se halla en esta plaza,
y que con relación de su importe e información de utilidad si fuese precisa, se
acuda al señor intendente de la provincia para que lo represente al consejo,
pidiendo la competente licencia para el aumento de dicha obra y abono de la
cantidad a que ascienda, obteniendo por ahora permiso para que continúe la obra
y se finalice con la mayor brevedad, dando como da comisión bastante para
cuanto sea necesario practicar al señor Antonio Corbalán[1], igualmente que para
la prosecución de la obra del pilón en que han de beber las caballerías y el de
un lavadero que la Ciudad tiene por preciso, en el que se recojan y aprovechen
las aguas sobrantes de dicha cañería, de suerte que con la ejecución de dicho
lavadero se evitará que muchas gentes pasen a lavar la ropa al río.
Otra imagen de la Puerta del Conde, con los elementos añadidos a la derecha. Foto Pazos |
Más adelante vemos,
también en las actas municipales, que el 24 de mayo de 1792, el convento de San Francisco pide una porción de agua de la
fuente de la Puerta del Conde: …pilón, y
que vierte la alcachofa que está frente y próxima al rastrillo de la entrada de
la Puerta del Conde…, cita que nos introduce otro elemento defensivo, la
existencia de un rastrillo en las inmediaciones de la citada puerta.
William H. G.
Kingston, un viajero inglés que pasó por Ciudad Rodrigo en 1843, refiere que en el norte, en unas montañas casi a una
legua de distancia, nace un acueducto y, justo debajo de las murallas, en un
claro en medio de los diseminados arrabales, hay un conjunto de fuentes que se
alimentan de él.
En torno a
mediados de 1884, al socaire de la construcción de la vía férrea que enlazaría,
en principio, Salamanca con Ciudad Rodrigo y cuyo proyecto se extendería hasta
la frontera, el ayuntamiento mirobrigense plantea la necesidad de acondicionar
los accesos al casco histórico considerando el aumento del tráfico de visitantes
que llegaría por ferrocarril. La única entrada con cierta relevancia era por la
Puerta del Conde, a pesar de los dos puentes levadizos que mantenía, uno de
ellos, el inmediato a la bóveda, ya con su puente, como se aprecian en
fotografías próximas a esta época. El otro, el que daba paso a la falsabraga
del fielato o registro, seguía operativo, por lo que el consistorio eleva una
instancia al gobernador de la plaza para que tramite el proyecto de ensanche
del acceso a la Puerta del Conde a las autoridades competentes. El 10 de
octubre de 1884 el bisemanal El Progreso,
periódico de Salamanca, da cuenta de la resolución ministerial que autoriza al
consistorio mirobrigense al pretendido ensanche, que en ese mismo momento ya se
está ejecutando “con presteza, con objeto de que al ponerse en explotación la
vía férrea, próxima a terminarse, se eviten en lo posible los perjuicios que
por lo raquítico de dichas entradas se podrían irrogar a los transeúntes, sobre
todo a los peatones, teniendo en cuenta que la referida entrada por la Puerta
del Conde es la principal de la plaza y la más próxima a la estación del
ferrocarril”.
Imagen del torreón de la Puerta del Conde con la zona ajardinada en donde se encontraba la alhóndiga. Foto Pazos |
A principios
del pasado siglo, destruida ya la barbacana, cegado el foso de media luna, y la
fuente y pilón de la Puerta del Conde, se genera un nuevo edificio, de planta
baja, junto a la puerta, en este caso ocupando parte del trazado del tambor en
su parte izquierda. Se cierran los accesos a la falsabraga con un verja y se
hace una nueva traza para el parapeto, que sería recuperado en parte 1991.
Igualmente, ese mismo año se derriba lo que era conocido en Ciudad Rodrigo por
la churrería, con todos sus
elementos, cuyo acondicionamiento para esta actividad fue autorizado por el
ayuntamiento en 1962 a
Delfín Sánchez Pérez. En esa misma fecha -1991- y dentro de la misma actuación,
se hace desaparecer el tambor y garita de la Puerta del Sol.
Unos años
antes, en el lugar que ocuparon los trojes y graneros, el consistorio promovió
un jardín junto al lienzo de la muralla, ocupando un tercio del antiguo fielato,
en el que fueron plantados diferentes árboles. Esta obra pública coincide en el
tiempo con la primera pavimentación moderna del Registro, cuyas obras fueron
entregadas el 28 de mayo de 1964. Unos años más tarde, a mediados de la década
de los 70, el ayuntamiento renueva el pavimento y acondiciona el jardín,
dotándolo del vallado que ha sido eliminado, junto con el jardín y los árboles,
en marzo de 2004.
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