¿Que la Iglesia ha tenido -y tiene- poder...? Baste hoy este post para darnos cuenta de la imagen que pudo ofrecer Ciudad Rodrigo entre los siglos XII y XVII, cinco centurias que se iniciaron con la repoblación fernandina y el asentamiento de órdenes religiosas como fijación de población, además de la erección de la mitra civitatense. Una imagen marcada por la arquitectura vinculada sobremanera a la Iglesias, con la construcción de la catedral, de más de 30 iglesias, de una docena de ermitas, de varios conventos y monasterios y el levantamiento de hospitales para atención de distintos males o simplemente para acogida de peregrinos. No es fácil hacernos una idea de la que fue Ciudad Rodrigo, pero...
Restos del antiguo convento de Santo Domingo |
Partiendo de una hipótesis inicial, asentada en
la propia definición de unos hechos históricos, Fernando II de León, ante la
coyuntura política que estaba soportando su gobierno, “decide construir un
nuevo espacio político al sur del reino. Esta lectura intencional parece
indiscutible y se confirma por los recursos movilizados, la atención prestada al
proyecto y los resultados obtenidos”[1], explica el investigador
Juan José Sánchez-Oro, para quien el “aspecto más llamativo de este proceso es
el papel de la Iglesia en el mismo. Así el problema central es por qué la
monarquía persevera durante 15 años en convertir la localidad mirobrigense en
una sede episcopal”, lo que derivó en una serie de enfrentamientos y conflictos
virulentos derivados de la oposición de Salamanca y Ávila ante la pretendida
condición episcopal del núcleo surgido tras la repoblación fernandina.
Después de pacificar el
territorio y definir la mitra civitatense está claro el empeño de Fernando II
por erigir la institución episcopal: es “un elemento necesario e imprescindible
para construir un espacio político al sur del Duero frente a las amenazas
externas del reino y como garantía interior del mismo –afirma Sánchez-Oro-. Se
pretendía reproducir en esta área un escenario sociopolítico que integrara al
reciente territorio colonizado con el resto de León y que su capacidad para la
acción y los recursos generados repercutieran y se vincularan principalmente a
la monarquía. Evidentemente, la Iglesia mirobrigense fue vista por Fernando II
como un instrumento de dominio, siendo más secundaria su labor pastoral”[2], explica el citado investigador en su trabajo
sobre los orígenes de la Iglesia en Ciudad Rodrigo.
La labor de colonización y
la configuración episcopal lleva también consigo una evidente consolidación del
territorio vinculada a la Iglesia, depositaria de privilegios y donaciones para
la erección de templos y monasterios en el último tercio del siglo XII. Aparte
del inicio de la construcción del templo referencial de la mitra, la catedral,
en este periodo están llegando las órdenes militares a Ciudad Rodrigo, siempre
por vía privada.
Ya en 1165 aparece la orden
de San Juan del Hospital, la de Santiago en 1171, y también las instituciones
eclesiásticas: la orden del Cluny, gracias al privilegio real, instala en la
localidad mirobrigense el convento de Santa Águeda en 1169; en 1171 los
premostratenses de San Leonardo ya se hallaban en Ciudad Rodrigo, también por
concesión regia, y en diciembre de 1180, esta vez por iniciativa privada, se
levanta el monasterio de Santa Cruz de Cortes, apelativo que responde a una
homónima heredad extramuros de Ciudad Rodrigo, lindando por el norte con la vía
que conduce a Salamanca.
Durante el episcopado de
Pedro Ponte (1174-1189) ya es también evidente la red parroquial establecida,
que contaba, entre otros componentes, con las iglesias de San Andrés, Santiago,
San Juan, San Vicente, San Benito y Santo Sepulcro, todas ellas ubicadas en la
ciudad, y a las que podemos añadir las también documentadas de San Miguel, San
Isidoro y la propia catedral, consagrada a Santa María.
Posteriormente, en el
primer y segundo cuartos del siglo XIII, apreciamos la presencia franciscana,
ya notoria con el establecimiento de sendos monasterios masculino y femenino
–San Francisco y Santa Clara, respectivamente- y, tal vez, según apunta Sánchez-
Oro, con alguna que otra experiencia de la orden terciaria. Más tarde, ya en
los albores del último cuarto de la citada centuria, los padres predicadores de
Santo Domingo establecen su primer convento cerca de la Puerta del Sol.
Plano del entorno de la Puerta del Sol en 1731. Se aprecia el convento de Sancti Spíritus (4), la iglesia de San Miguel (13) y la también iglesia de La Magdalena (15). AGS |
La presencia religiosa, con todo su poder, va
emparejada con el progresivo crecimiento de la población y la erección de
iglesias para cultivar el espíritu. Utilizando un documento que se conserva en
el archivo catedralicio[3], el historiador Mateo
Hernández Vegas afirma que “apenas se podría creer hoy el grado de prosperidad
y riqueza a que habían llegado por aquel tiempo – hablamos ya de 1389- Ciudad
Rodrigo y su catedral. Siguiendo el documento citado, se ve que el arrabal de San
Francisco se extendía por el norte hasta el prado o cuesta ‘del obispo’, que
estaba a la falda del teso de San Francisco, más allá de la tierra ‘del
abanico’, y, por el sur, hasta dar vista al río. Además estaba edificado desde
el convento de San Francisco, siguiendo por el valle de San Martín, teso del
Calvario y cañito o caño del Moro, hasta las huertas de Santa Cruz. Dentro del
inmenso ángulo formado por esta última fila de casas y el actual arrabal
prolongado entonces por el sur hasta el río, todo estaba poblado (incluyendo
los fosos que entonces no existían) hasta las murallas (castillo las llama
siempre el documento). A las tapias de éstas tocaban varias casas e iglesias,
que se describen, aunque a la sazón todas arruinadas”[4].
La crónica está escrita
apenas 20 años después del sitio de Enrique II de Trastámara que arruinó la mayor parte de la
ciudad, preferentemente los arrabales.
En el becerro de la
catedral se apunta la existencia de una serie de iglesias que pagaban mansión a
la seo civitatense, muchas de ellas desaparecidas: San Andrés, San Mateo,
Santibáñez (San Juan), San Paulo, San Marcos, la Magdalena, San Cristóbal, Santo
Domingo, San Pelayo, San Bartolomé, San Beneito, San Juan del Hospital, San Salvador,
Santa Cruz, San Vicente, San Simón y San Nicolás.
Para comprender mejor la
importancia que llegó a tener Ciudad Rodrigo tras la repoblación y los
privilegios conferidos por Fernando II, seguiremos la relación que hace el
prebendado –capellán de coro- Antonio Sánchez Cabañas8 de las parroquias y monasterios que tuvo y tenía
la localidad a comienzos del siglo XVII[5]:
Plano del AGS en donde se señala la ubicación de varios conventos e iglesias, así como se apunta la cerca del arrabal en 1667 |
Treinta fueron las parrochias que tuvo esta çiudad después que el
rey don Fernando de León la pobló, de las quales haré rrelación, señalando el
sitio que tuvieron y a honrra de qué santos fueron dedicadas. Las que tubieren
encima una cruz son las quel día de oy se conservan y administran sacramentos.
La primera es la parrochia de la chatredal (x). En la capilla
dedicada a San Blas tiene esta parrochia dos curas que sirven por semanas para
administrar los santos sacramentos, los quales curatos da el cabildo por
oposición.
La parrochia de San Pelayo estubo junto al convento de
Santispíritus, de rreligiosas, extramuros de la çiudad, a la parte que mira al
oriente. En este sitio se muestran sus rruynas. Desta parrochia tomó el nombre
el postigo de la muralla llamado de San Pelayo, y aora puerta de Santispíritus.
La parrochia de San Miguel es aora hermita, por aber quedado la
çiudad despoblada por esta parte, que fue por donde la conbatió el rey don
Henrrique el Bastardo, como se a dicho en otro lugar.
La parrochia de La Magdalena (x) tuvo antiguamente muchos
feligreses; es agora aneja al beneficio de San Christóval. Dentro desta yglesia
ay cuarro columnas de más le treinta pies de alto, y cada una de una pieça, con
su bassa y cornisa. Tiene de grueso cada una más de tres varas. Son de piedra
muy blanca.
La parrochia de San Christóval (x) está apartada de los muros de
la ciudad más
le seiscientos pasos, porque antiguamente toda la mayor población
era en el arrabal que llamavan villa.
La parrochia de San Andrés Apóstol (x) fue catredal por espaçio de
más de
treinta y çinco años.
La parrochia de san Pablo es el día de oy hermita: en ella ay
dedicado un altar a San Antonio Abbad.
La parrochia de San Julián estuvo en la carrera de los Pasos,
junto a la cruz de piedra qu’está al arroyo de Corbellique. Está arruynada y
allí se muestran sus vestigios
y rruynas.
La parrochia de La Trinidad fue convento de frayles de la misma
horden; desanparáronla por meterse más en la çiudad. Es ahora hermita con la
advocación de Nuestra Señora del Goço.
La parrochia de San Matheo, apóstol y evangelista, estuvo junto a
la puerta del
Sol, enfrente de las casas de los sexmeros. Allí se muestran sus
rruynas.
La parrochia de San Estevan estuvo en el sitio que aora tienen los
frayles dominicos; allí se ve la yglesia con su portada antigua.
La parrochia de San Marcos Evangelista estuvo no lejos de la
puerta del Sol, por de fuera de la muralla, en la carrera que va al Campo de
los Bueyes.
La parrochia de San Juan Evangelista estubo en la carrera que va a
la calle de
San Francisco, en el Campo de los Bueyes, a la qual el cabildo
mayor solía ir en prozesión el Domingo de Ramos y, por esto llamaban a esta
yglesia San Juan de los Ramos.
La parrochia del Espíritu Santo (x) se llamó primero de San justo
y Pastor.
La parrochia de San Silvestro estuvo adonde llaman aora la güerta
de Sant Albín, por aver estado en esta yglesia el altar y cofradía deste santo.
La parrochia de San Nicolás estubo adonde está aora una cruz de
palo, junto a
la muralla, en el campo donde bende(n) la leña.
La parrochia de Nuestra Señora de la Antigua estubo en la carrera
que llaman de San Francisco, adonde se ven unos paredones y cimientos en una
tierra de pan llevar.
La parrochia de San Martín estuvo en el teso que llaman del
Calvario, y allí se ven y descubren sus cimientos.
Plano de la plaza de San Salvador en 1731, con la definición del trazado de la homónima iglesia. AGS |
La parrochia de San Polo, llamado por otro nombre Ypólito, estuvo
adonde llaman aora el Tesito, en el cual está una cruz y fue este sitio adonde
se hechó la tierra que sacaron de los cimientos quando se hico la capilla mayor
de la yglesia catredal. Las ruynas desta parrochia se parecen en el camino que
lleban los que van al convento, saliendo por la puerta del Rey.
La parrochia de Santa Cruz estuvo adonde es agora el
convento de religiosas de la orden de San Augustín.
La parrochia de San Simón y Judas estuvo en la carrera y camino
carretero que va a la puente, junto a la primera huerta antes de llegar a Santa
Águeda.
La parrochia de Santa Marina (x) está en el arrabal de la Puente,
adonde se hace el mercado grande; es anexa a la catredal.
La parrochia de Santa Ynés estubo en este arrabal de la Puente,
orillas del río, y allí se muestran sus ruynas.
La parrochia de San Salvador, dentro en la ciudad, esta aora sin
feligreses; en ella se an çelebrado órdenes muchas veces. Está en ella
enterrado el obispo don Martín de Salvatierra; dejó a esta yglesia de renta en
cada un año, para reparos, veinte ducados. Arruynose el año de mill y
seiscientos y diez y ocho, y el señor obispo don Gerónimo Ruiz de Camargo la
mandó reedificar. En ella está fundada la cofradía de San Joseph y el altar de
San Blas, con quien esta ciudad tiene mucha devoçión.
La parrochia de San Viçente se intitula aora Nuestra Señora de los
Esclavos; fundose junto a esta parrochia la cassa de los Niños de la Doctrina,
y la puerta de la çiudad, qu'está aquí junto, se llamó primero postigo de San
Vicente y aora puerta de Santa Cruz, como queda dicho. Está en esta parrochia
fundada la cofradía de Nuestra [Señora] de los Esclavos.
La parrochia de San Benito estuvo en el campo del Alcáçar;
arruynose. y sus ruynas y vestigios se parecen allí. El cabildo mayor yva en
procesión a esta yglesia el día deste santo, qu'es a veinte y uno de março, a
cantar la misa conventual; (en reconocimiento de haver sido los primeros
canónigos monjes de San Benito, hácese aora esta procesión por el claustro).
La parrochia de San Bartholomé estuvo en el sitio adonde el
maestro Palacios fundó su collegio y lo encorporó en el convento de religiossos
de la orden de nuestro padre San Augustín.
La parrochia de San Pedro (x), al Campo del Trigo, aviéndose arruynado la capilla mayor por su
mucha antigüedad, la reedificó Francisco Bázquez, y a los dos lados altar mayor
tiene honrrosos sepulcros para él y sus deçendientes.
La parrochia de San Juan Baptista (x), al Mercado Chico, fue
antiguamente convento de clérigos rreglares de la orden militar de Rodas, como
se muestra en el claustro y vivienda que tenían. Es anexa a la encomienda de
Valdespino. Ay en ella prior de cruz blanca que administra los santos
sacramentos.
“La parrochia del Sepulcro fue antiguamente convento de la orden
militar del Templo. En ella rresidía el abadón, que era el superior de los
clérigos y benefiçiados. Su abadía era lo que agora llaman el Abadengo, la qual
abadía se adjudicó a la mesa episcopal después que quitaron a este obispado la
rribera de Coa. Es aora esta yglesia anexa a la encomienda de San Martín de
Trebejo, de la orden militar de San Juan de Malta.
La parrochia de Santo Tomé (x) reedificó Antonio Hernández de
Mercado, rregidor desta ciudad, y en la capilla mayor tiene honrrosos
entierros.
La parrochia de San Isidro, patrón desta çiudad, es aora convento
de religiosas descalças de la orden de San Francisco. Mandola reedificar don
Diego de Guzmán y Silva, canónigo de Toledo y enbajador del rey don Phelipe
Segundo, el qual, aviendo muerto en Veneçia, se mandó traer a enterrar a esta
yglesia, y en la capilla mayor tiene
un rrico y sumptuoso sepulcro. El señor obispo don fray Pedro
Ponçe de León hiço graçia desta parrochia a la orden de San Françisco, para
fundar en ella el convento de descalças, obligándose a cumplir ciertas
condiçiones que quedaron por escrito”.
Tras relacionar las
iglesias de que tenía noticia, Sánchez Cabañas hace lo propio con los
conventos, hospitales y ermitas que tuvo antiguamente la ciudad, ofreciendo también
información de los que existían cuando redactó la historia civitatense:
Imagen de los restos del convento de Santo Domingo, junto a las escuelas graduadas de San Francisco. Foto Pazos |
Nueve fueron los conventos de rreligiosos que tuvo antiguamente
esta ciudad, conviene a saver, Santa Cruz de Corte de Ángeles, de canónigos
reglares, fue filiación del convento de Santa Cruz de Coimbra; estubo este
convento en el sitio que llaman aora Cortecillos, adonde después estubo el
convento de San Augustín, que se traspasó a la ciudad.
El convento llamado Santa María de Columbario estuvo adonde llaman
ahora el Palomar; fueron sus rreligiosos fravles claustrales; es aura este
sitio de la mesa capitular.
El convento de San Leonardo, de la orden de Premostré, estubo en
Las Canteras; trasladose al Prado de la Torre el año de mill y çiento y setenta
y çinco, por mandado de don Gonçalo de Coria, alguacil del rey de León, que les
dio aquel sitio.
El convento de Santa Águeda fue de la orden de San Benito; es aora
priorato de la casa de San Viçente de Salamanca.
El convento de San Françisco fue de frayles claustrales;
redugéronse a la oservançia el año [blanco]; en él se celebran los capítulos provinciales de la provincia de
San Miguel.
El convento de Santo Domingo estuvo primero en la cortina que
llaman de los Vázquez, qu'está entre las dos puertas, la del Sol y
Santispíritus, çerca de la muralla; destruyose cuando se conbatió por esta
parte la çiudad; trasladose al sitio que tiene aora por los años de mill y trecientos
y setenta y tres.
El convento de los templarios estuvo en la parrochia del Sepulcro,
como se a dicho.
El convento de los hospitalarios estubo en la parrochia de San
Juan Baptista.
El convento de San Isidro, de canónigos rreglares, estuvo en la
parrochia que es agora de descalças; an quedado en esta yglesia del tienpo que
fue de canónigos rreglares quince rraciones, cuya renta está situada en la dehessa
de Serradilla de Rencoxo.
Los conventos de rreligiosas que tuvo esta ciudad son éstos: Santispíritus
de las
Dueñas; estubo este convento junto al río, hacia aquella parte que
llaman el Piélago de
las Monjas; arruynose y sus rreligiosas se pasaron al convento de
Santa Cruz de Corte
de Ángeles, qu'estava sin rreligiosos; eran estas monjas comendadoras
de la Orden de
Santiago y filiación del convento de Santispíritus de Salamanca,
según consta por papeles de los archivos que tiene la yglesia catredal.
El convento de Santa Clara fue fundado en el sitio que tiene
ahora; es casa de más de sesenta rreligiosas; fundole una conpañera de la
bendita Santa Clara.
El convento de Santa Cruz, de religiosas de la orden de San Augustín,
fundó doña Beatriz Pacheco, hija de Juan Pacheco y de doña Catalina Maldonado, señores
de la villa de Cerralvo; es casa de quarenta rreligiosas; esta fundado en la parrochia
de Santa Cruz, que fue de la fábrica de la yglesia catredal, y el cabildo hiço graçia
della para convento de rreligiosas.
El monasterio de Santispíritus de Baldárrago, fundado en la ladera
del puerto del Descargamaría, se trasladó a esta çiudad, por mandado del obispo
don Diego de Simancas, a las casas que dio Françisco Vázquez a las rreligiosas
del dicho convento, cuya advocaçión es de Santispíritus por memoria del antiguo
que tupieron primero de Valdárrago, que aora es de religiosos descalços de la orden
de San Françisco: son sugetas estas religiosas al obispo desta çiudad.
El convento de las descalças se fundó siendo provinçial frey Juan
de Vargas; fue su fundadora doña Catalina Enrríquez, hija de don Rodrigo
Pacheco, primer marqués de Zerralvo, y de doña Ana de Toledo; híçose la obra
del convento siendo vicario el padre frey Francisco de Caçeres.
Los hospitales que tubo antiguamente y tiene aora esta ciudad son
éstos: el hospital qu'está junto a la catredal a la puerta de las Cadenas, es
muy antiguo y no e podido sacar a luz quien fue su fundador; tuvo antiguamente
camas adonde se curaran los enfermos, mas aora es casa de vivienda; parte dél
sirve de taller, adonde se guarda la madera para los rreparos y obras que tiene
esta yglesia. Sobre el arco de la puerta principal tiene este letrero: Hec est domus Domini in rrefrigerium pauperum firmiter edificata, que quiere decir: ‘Esta es casa del Señor para
rrefugio de pobres firmemente edificada; por este letrero claramente consta
aver sido hospital y pudo ser que, por aver faltado la rrenta, çesase la buena
obra de curar a los pobres. Casi todas las yglesias catredales d’España tienen
junto a sí un hospital, para que los eclesiásticos se exerciten en obras de caridad,
sirbiendo a los pobres, y ansí tanbién en este hospital dehría de aber camas y rrenta
para curar pobres enfermos, pues se sirve Dios tanto en ello.
El hospital de San Láçaro, extramuros de la çiudad, tubo
antiguamente rrenta y camas, donde se curaban los enfermos.
El hospital del Arçediano estuvo junto a la cortina que llaman de
Diego Hernández.
El hospital de Nuestra Señora de Lerilla estuvo al campo del
Trigo; encorporose con el de la Pasión.
El hospital de Santa Elena está en la yglesia de Santa Cruz; en él
se curan los cofrades pobres de la cofradía de Santa Cruz.
El hospital de la Pasión fue primero sinagoga de judíos; diéronla
los Reyes Cathólicos para tenplo y casa de Dios. En este hospital se curan los
enfermos que no tuvieron mal contagioso. Juana Pérez Piñero, hija del haylío
Juan Piñero, fundó en este hospital un quarto para convalecientes, y el capitán
Juan Pacheco Maldonado, que murió en las Indias, dexó a este hospital veinte
mill pesos y una ymagen de marfil de mucha veneración, que se intitula Nuestra
Señora del Buen Suçeso. En este hospital está el Teatro donde se rrepresentan
las comedias.
El hospital de la Piedad, extramuros, se fundó para curar en él
las bubas y otros males contagiosos.
Tiene más esta çiudad doçe hermitas. La Cruz Texada tuvo prinçipio
de una cruz de piedra qu'estava en un humilladero, dio después un indiano una
ymagen de Jesucristo crucificado; con ella creçió la devoción y edificó la
ciudad en este sitio una pequeña hermita, y con la limosna que ofrecían los
fieles se amplió la obra, alargando la iglesia; y, para los ornamentos y
vestuario de los saçerdotes que a esta hermita anden a deçir missa, edificaron
los cofrades de la Veracruz, a cuyo cargo está una sacristía. En esta hermita
se acaban los passos a ymitación de los que Christo, Nuestro Señor, anduvo con
la cruz a cuestas desde casa de Pilatos hasta el monte Calvario, donde fue
crucificado por redemir al género humano; comienzan estos passos desde el convento
de San Françisco y van señalados con grandes cruzes de piedra y algunos de palo.
Tuvo principio esta santa devoción en esta çiudad el año de 1513 por dos
frayles descalzos, y el día que se pusieron las cruzes fue día de San Andrés
apóstol, a 30 de novienbre del dicho año; y salió a ponerlas todo el convento
de San Francisco en proçessión, cantando muchos himnos en memoria de la passión
de Nuestro Señor Jesucristo, asistiendo a esta sancta obra mucha gente con gran
devoción.
Es la segunda hermita Nuestra Señora del Gozo, que fue primero
parrochia y después convento de religiossos de la orden de la Sanctíssima
Trinidad.
Es la terçera Sancta María de Ávila, que fue parrochia de un
pueblo llamado ansí.
La quarta San Lázaro, que, como quedo dicho, fue primero hospital.
La quinta San Sebastián.
La sexta San Pablo, que fue primero parrochia.
La séptima San Miguel, que tanbién fue parrochia.
La octava Nuestra Señora del Tenplo.
La nona San Salvador, que primero fue parrochia.
La décima Nuestra Señora de los Esclavos, llamada primero San
Viçente, que fue parrochia.
La undécima Sancta Águeda,
que fue convento de la orden de San Benito.
La duodécima los Santos, de la otra parte del río, que fue de la
orden de los Templarios.
Por lo tanto, si
consideramos la descripción de Sánchez Cabañas, Ciudad Rodrigo había contado o
contaba a principios del siglo XVII con 32 parroquias; 13 conventos o monasterios,
tanto masculinos como femeninos; seis hospitales y una docena de ermitas, lo que
nos da una palmaria idea el poder eclesiástico en este momento.
[1] SÁNCHEZ-ORO ROSA, Juan José. Orígenes de la Iglesia en
la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Episcopado, monasterios y órdenes religiosas.
Salamanca, 1997. Pág. 20
[2] Ibídem.
Pág. 21
[3] Se
trata del becerro de la Catedral, en cuya transcripción y próxima edición
trabaja un equipo del Centro de Estudios Mirobrigenses.
[4] HERNÁNDEZ VEGAS, Mateo. Op. cit. Pág. 212
[5]
SÁNCHEZ CABAÑAS, Antonio. Historia civitatense. Salamanca, 2001. Pág. 157-162.
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