A finales de 1966 se presenta en
el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el proyecto de ampliación de la casa cuartel
de la Guardia Civil, firmado por el comandante ingeniero de construcción y
electricidad José García Martínez. Después de su aprobación, de la cesión de
los terrenos necesarios y de los trámites administrativos propios para la licitación
y ejecución de la obra, se acomete la construcción del nuevo edificio, adosado a
las dependencias anteriores, marcando a su término la definición de la manzana
conservada hasta ahora y que está definida exclusivamente por los servicios e
instalaciones del benemérito Cuerpo, aspecto y funciones que se han conservado
hasta la actualidad.
Por lo que
respecta a los restos conventuales de Santo Domingo, estaba claro que las
administraciones públicas tenían en poco estima su conservación. El Ayuntamiento
va desprendiéndose de los solares que ocupan las ruinas en sucesivos momentos, unas
veces a particulares y otras para fines sociales. Incluso, en torno a 1974, hay
cierto interés en promover viviendas de protección oficial en el solar en que
todavía se conservaban algunas referencias arquitectónicas del monasterio
dominico. Así nos encontramos con que el entonces concejal Fernando Mirat
Risueño, en la sesión celebrada el 12 de diciembre de 1974, “interesa conocer
la situación en que se encuentra el proyecto de viviendas que habrán de
construirse en el lugar que ocupaba el antiguo convento de Santo Domingo. Por
el señor alcalde se manifiesta que precisamente estos días, de acuerdo con el
arquitecto redactor del proyecto –Miguel Ángel Leal Echevarría-, se van a hacer
las gestiones necesarias ante el Ministerio de la Vivienda para que dicho proyecto
siga su curso oportuno”.
Proyecto de la ampliación del cuartel de la Guardia Civil con viviendas |
Y lo siguió,
aunque no llegaría a buen término. Pero, en principio, se siguen con los trámites
para construir 18 viviendas en los restos conventuales. En la sesión municipal de
24 de junio de 1975 se da cuenta de la tramitación: “Se trae a la vista el
proyecto de edificio para 18 viviendas -Grupo 2º, 3ª Categoría en el solar
ocupado por el antiguo cuartel de la Guardia Civil y convento de Santo Domingo,
propiedad de este Excmo. Ayuntamiento, promotor de dicha construcción con un
presupuesto total protegible de 9.696.894 ptas., un presupuesto de
instalaciones especiales de 73.036,5 ptas. y obras de urbanización por importe
de 153.850 ptas. Se acuerda aprobar el proyecto y presupuesto y solicitar del Instituto
Nacional de la Vivienda acuerde la construcción de estas 18 viviendas en el
solar de propiedad municipal”. Sin embargo, el acuerdo y la decisión de construir
las viviendas de protección oficial quedarían sin plasmación efectiva al no conseguir
los fondos necesarios para su ejecución.
El solar con
los restos conventuales se mantendría otros 20 años con el consiguiente y
progresivo deterioro hasta que el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y la asociación
Asprodes firman el acuerdo de cesión del referido solar para la construcción de
una residencia para la atención de discapacitados psíquicos. Los trámites se
iniciaron en 1994, y la ejecución del inmueble
comenzó al año siguiente, con lo que definitivamente desaparecieron las
estructuras fundamentales que definieron este espacio urbano durante seis
siglos.
Sin embargo,
por la intervención técnica de los responsables de Patrimonio de la Junta de
Castilla y León, después de valorar los vestigios arquitectónicos conservados, se
decidió que sólo merecían reconocimiento suficiente algunos restos de sillería,
que apuntaban a la construcción de un arco. El informe técnico nos da cuanta de
su situación y características:
“Realizada
visita el pasado día 8 [de noviembre de 1994] al solar que ha cedido a Asprodes
el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo para la construcción de una residencia
para personas con discapacidad psíquica, y recibida fotocopia del informe que
emiten el arquitecto D. Adolfo Domínguez y el arqueólogo D. Nicolás Benet del Servicio
Territorial de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, tengo a bien informarle: 'Existen en el solar dos muros antiguos recayentes a las calles Arapiles y Cuartel
Viejo. Ambos muros son de mampostería concertada asentados con cal y piedra de
arenisca de desechos de cantera. El muro recayente a la calle Arapiles está
retranqueado con respecto a la alineación actual de la calle, presenta desplome
y en su extremo se encuentra parcialmente derruido. El muro recayente a la
calle Cuartel Viejo comienza en la propiedad colindante y se trata de un tramo
que se complementa con piezas prefabricadas de mortero de cemento para
continuar la tapia que delimita el solar'.
“A mi juicio
–dice Luis Barrero García, arquitecto redactor del proyecto-, ambos tramos de
muros no presentan el menor interés arquitectónico. Muy posiblemente son antiguos
muros que servían de tapia de separación con las calles. Tramos de estos mismos
muros han sido derribados muy recientemente para proceder a la construcción de los
edificios colindantes.
“No ocurre lo
mismo, con un pequeño conjunto que forma una esquina, uno de cuyos lados se
delimita en su frente a la calle Cuartel Viejo y otro de ellos se introduce en
el interior del solar. Se trata de la iniciación de un muro bien conformado, de
piedra arenisca en sillería, con dos columnas adosadas y el inicio de un arco
con dovelas de la misma piedra y que parte de ellas se encuentran en el suelo del
interior del solar. El muro presenta buena factura arquitectónica.
Restos del convento en noviembre de 1994 |
"A mi juicio,
este conjunto sí es de interés, formando muro, columnas y arranque de arco una
esquina de composición muy agradable. Por ello, y siguiendo las pautas para su conservación
que marcan en su informe el arquitecto y arqueólogo territorial paso a
analizar.
“La
conservación in situ de los restos de la esquina referida no sería posible por
tres motivos:
"1º.- La alineación de la calle Cuartel Viejo y por ello el muro
del edificio de la Residencia pasa por entero por los restos del muro.
"2º.- La
excesiva altura del los restos del muro, que con el dovelaje del arco nos
llevaría a una altura de unos 5,50
m en planta baja, que quedarla desproporcionada con la
altura y composición del resto de los edificios del entorno.
"3º. Si los restos
se mantuvieran in situ con una edificación nueva adosada, o en su interior, el conjunto
perdería perspectiva siendo mucho más interesante poder apreciar el conjunto a
distancia.
“Por ello y
siguiendo la segunda solución del informe del arquitecto y arqueólogo territoriales,
propongo:
lº.- Numeración de todas y cada una de las piedras del conjunto.
2º.-
Reportaje fotográfico exhaustivo del conjunto.
3º.- Desmontaje de las piedras y
traslado de las mismas al lugar que indique el Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo,
para proceder a su posterior montaje en el lugar que se indique.”
Los restos, en
esencia, fueron conservados, aunque se trasladaron varios de ellos para
favorecer la vista del conjunto. Algunos de los elementos que se describen, en efecto,
fueron numerados y se facilitó su conservación al Ayuntamiento, aunque otros, y el conjunto en sí, se perdió para siempre.
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