sábado, 2 de enero de 2016

Algunas notas sobre la fortificación de Ciudad Rodrigo en el siglo XVII que recogen los libros de acuerdos (I)

Hace ya tiempo que no me acercaba al blog. Ni siquiera había tenido prurito en ojearlo. Otras obligaciones me embargan y apenas tengo tiempo para dedicarlo a la labor de investigación. No obstante, entre mis archivos figuran algunas referencias que considero importantes para nuestra particular historia y que había ido compilando durante algunos año a la espera de que sirvieran de muleta para redactar algún artículo o monografía sobre distintos aspectos de la historia local. Entre esas referencias hay bastantes vinculadas a distintos aspectos de la fortificación, especialmente desde mediados del siglo XVII que pueden servir para comprender los avatares y preocupación que marcaban la vida municipal en aquel entonces. Sin tratamiento alguno, más que algunas matizaciones y concreciones para entender el acuerdo, las iré divulgando a través del blog, aunque, como se puede comprender, sin visos de continuidad formal.

Plano de la frontera en 1643
     Muchas de estas notas documentales vienen vinculadas a la reparación de la cerca del Arrabal de San Francisco, una historia pendiente de afrontar y que, espero, que con estas aportaciones alguien se anime a abordarla. Pero también, como vamos a apreciar, se trabajaba en la fortificación del Arrabal del Puente. Veamos lo que ocurría, por ejemplo, en el mes de enero de 1652 en el consistorio rodericense:

Sesión de 8 de enero de 1652
El señor D. Miguel Muñoz, comisario de fortificación de la muralla del arrabal, dio cuenta cómo el dinero que le ha sido mandado librar y ha librado para dicha obra se ha acabado, por cuya causa ha dejado de obrarse en ella; que la Ciudad ordene lo que fuese servida. Y visto por ella, se acordó que dicho señor vaya continuando en dicha obra sin que se cese en ella, y para ello se le libre mil reales en los depositarios del repartimiento de la muralla que se rindió a la Pasión, además de las cantidades que le han sido libradas de que ha de dar cuenta.
     El dicho señor D. Miguel Muñoz y el señor D. Diego del Águila, comisarios de la dicha fortificación, dieron cuenta a la Ciudad como la piedra para ir obrando en dicha fortificación del arrabal faltaba, y que si se hubiese de sacar la demás que era necesaria sería gran costa y no se podría conseguir el acabar dicha fortificación por la falta de dineros; que la Ciudad viese lo que disponía se obrase en esta razón. Y conferido en razón de ello, se acordó que los dichos señores hagan sacar y quitar toda la piedra que hallara de cimientos, de cercados caídos y en primero lugar hagan se quite los cimientos y cercado caído de una heredad del señor marqués de Cerralbo que está al cañito del Moro, que fue huerta y está caída como dicho es, y de esta misma forma se quite la demás piedra que se hallare de las dicha calidad y hagan dichos señores se lleve a la dicha fortificación del arrabal con la cual se obre. Los señores D. Juan de Miranda y D. Antonio Rodríguez de Jaque contradijeron lo susodicho y no fueron del dicho parecer por decir que otra piedra se había comprado para la dicha obra y que ahora se comprase la necesaria para ella. La Ciudad, sin embargo de las dichas contradicciones, acordó se ejecute lo acordado, llevando la dicha piedra y gastándola en dicha fortificación, y que se concierte su precio y se tase, y que cuando haya dineros de poder pagarse, se pagará; y esto respecto de la gran necesidad que hay de que se fortifique y cierre el dicho arrabal por los riesgos que tiene.
     Los dichos señores comisarios dijeron como era necesario alguna cal para obrar en el fortín que se está haciendo a San Albín en la dicha fortificación y que era la parte de las esquinas; acordóse que la cal que fuese necesaria se lleve de la que está en el teatro de las comedias que se compró para obrar en el lienzo de la muralla.
   Leyose en este ayuntamiento una petición de Diego Serrano de Salazar que asiste a ver trabajar la gente en la dicha fortificación y a todo lo demás que los caballeros comisarios le ordenan en razón de ello, en que pide la Ciudad se señale lo que ha de ver; y se acordó se le dé por cada un día dos reales que se le paguen en la forma que se paga a los que trabajan en la dicha fortificación.
   Tratose en este ayuntamiento de cómo los vecinos del Arrabal de la Puente y los labradores que tienen sus granjerías y recogen sus ganados en dicho arrabal, están determinados a hacer un cercado al dicho arrabal y al fuerte en la misma forma que se hace el del arrabal de esta ciudad, y para ello conducir y llevar toda la piedra y obrarlo todos los vecinos del dicho arrabal por su mano, y que para el gasto que se ha de hacer en él, sacar la piedra y rastrillo, se les ayude por la Ciudad con alguna cosa; y esto ha ofrecido el prestarlo y anticiparlo el señor D. Antonio Rodríguez de Jaque, con que por la Ciudad se le libre la cantidad que fuese para que lo haya y cobre en las ganancias de cualquier administración que la Ciudad tuviese en este presente año de seiscientos y cincuenta y dos; y tratado y conferido en razón de ello y cuán necesario es se obre lo susodicho con toda brevedad por el riesgo que tiene el que el enemigo haga una correría grande en el dicho arrabal, se acordó que dicho señor D. Antonio de Jaque, a quien se dio comisión en forma, haga se obre la dicha fortificación en el dicho Arrabal de la Puente y haga compeler a sus vecinos a que trabajasen en ella y a que conduzcan, todos los que recogen sus ganados en el dicho arrabal, la piedra de la parte de adonde ha de sacarse, y para la costa de sacado y rastrillo que se ha de hacer, la Ciudad les da seiscientos reales que ofreció prestar el dicho D. Antonio de Jaque, a quien se da libranza para que la dicha cantidad la cobre en la primera ganancia que hubiera de cualquiera administración que la Ciudad tenga en este año.

Sesión de 15 de enero de 1652
El señor D. Miguel Muñoz dio cuenta a la Ciudad como cosa de tres tapias de las que nuevamente se habían hecho a San Cristóbal en la fortificación del arrabal [se habían caído], le parecía era culpa de los que la habían obrado y que así se lo había dicho a los maestros, que la Ciudad vea lo que en razón de esto se ha de hacer. Y visto se acordó se vuelvan a hacer luego las dichas tapias y a costa de los que por primera vez lo hicieron, por cuya culpa se cayó, y lo hagan obrar luego los caballeros comisarios de dicha fortificación.
     El señor D. Miguel Muñoz, comisario de la fortificación, dio cuenta que para ir obrando en ella era necesario dinero pague aún de lo trabajado se estaba debiendo a dichos maestros y oficiales algunos jornales; y tratado y conferido en razón de ello, se acordó que del dinero que tiene la alhóndiga se saquen prestados mil reales que se le entreguen al dicho señor D. Miguel Muñoz y el señor D. Diego del Águila, su compañero comisario de la dicha fortificación del arrabal, para el efecto del ir obrando en ella y pagando los que trabajan, los cuales dichos mil reales la Ciudad saca de la dicha alhóndiga, como dicho es, prestados por el riesgo que hay de que se acabe dicha fortificación; y para se los volver a pagar y satisfacer, la Ciudad de luego acordose… se cobre de los depositarios del repartimiento del lienzo de muralla que se rindió a la Rinconada de la Pasión…
  Acordose que los señores caballeros comisarios de la fortificación del arrabal hagan que cierre luego Antonio López, mercader de paños, la puerta del huerto que tiene, que cae a la cae a la calle de San Miguel, y sea a su costa y que a ello se le apremie.

Sesión de 22 de enero de 1652
Por los caballeros comisarios de la fortificación hagan se cierren los corrales de las casas del señor D. Diego Pacheco que se le derribaron para la fortificación que se hace a San Albín, y asimismo lo que se ha hecho de daño en la puerta de la huerta de dicho señor y lo pague por cuenta de la obra que se va haciendo en dicha fortificación.

Sesión de 27 de enero de 1652
Acordose que los caballeros comisarios de puentes, fuentes y empedrados, que son los señores D. Juan de Miranda y D. Diego del Águila, hagan se aderece la puente del agua, y respecto de ser necesarios para ellos dos vigas de roble para unas canales y unos cabrios de roble, hagan se corten luego en la dehesa de Moraverde.

Sesión de 5 de febrero de 1652
El señor D. Félix Rodríguez Pacheco dijo a la Ciudad cómo algunos soldados de las compañías de ella le habían dicho suplicase a la Ciudad se sirviese de mandar hacer una garita para la centinela que se pone de noche encima de la puerta de Santiago por estar sin abrigo. Y visto por la Ciudad se acordó se haga la dicha garita y su coste se pague del arbitrio de la guerra, y la haga obrar luego el señor D. Antonio Rodríguez de Jaque…

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