Una polémica
sobre el festejo taurino en el inicio de la Cuaresma de 1926 –me refiero al Miércoles de
Ceniza, polémica de la que ya he escrito en varias entradas- convivió con otra situación que generó más controversia si cabe, tanto
en el seno de la corporación como entre los afectados, especialmente el gremio
de carpinteros. El concejo había decidido sustituir la tradicional subasta de
los tramos de tablados por un sorteo entre los vecinos interesados y que contasen
con la preceptiva cédula personal[1].
Las
razones fueron defendidas en varias sesiones plenarias, alguna monográfica,
como la del 4 de febrero. Consideraban agotada la fórmula de la subasta por los
inconvenientes que generaba al no redundar en la eliminación del paro obrero, y
preferían poner un precio fijo, un tanto por metro cuadrado construido, y
proceder a utilizar el habitual globo para el sorteo. Incluso, se llegó a
proponer que se eliminasen los privilegios que mantenían buena parte de los
propietarios de inmuebles afectados por la construcción de los tablados, tramos
que se incluirían también en la distribución que marcase el bombo, ya que se
había demostrado el año anterior que podrían construirse sin estribarlos en las
fachadas. Asimismo, se vio la necesidad de regular el alquiler de balcones y
cobrar por ello una tasa municipal.
Disposición de los tablados del entorno de la Casa Consistorial -obsérvese que la plaza es redonda-, con gradas en la galería municipal |
Hubo planteamientos enfrentados
defendidos por distintos concejales e intentando el alcalde poner orden en el
debate y llegar a una solución de consenso. Estaba claro que las subastas
encarecían sobremanera el precio de los tablados, lo que se estaba trasladando
al público. Por eso ya se había fijado un precio por las entradas en el
Carnaval de 1925, duplicando prácticamente la entrada de los asientos de
talanquera al resto del tablado. Además, siguiendo con el debate corporativo,
la adjudicación de los tablados recaía la mayor parte de las veces en las
personas más pudientes, lo que no servía para disminuir el problema de la falta
de trabajo para la clase obrera, explotada en estas circunstancias al seguir la
costumbre de minorar los salarios a la hora de concertarlos.
En el debate generado en el seno del
ayuntamiento se llega incluso a plantear que no se construyesen las gradas de
la Casa Consistorial, ya que su uso no parecía el conveniente por las
discriminaciones que se venían produciendo, planteando que se dejasen solo
asientos para “el elemento oficial”.
Después de un denso intercambio de
pareceres, se alcanzó una serie de acuerdos que afectarían a la adjudicación de
los tramos de los tablados en este antruejo taurino. En líneas generales, se
mantenía en lo posible las condiciones del pliego del año anterior pero con una
serie de modificaciones, todas ellas surgidas en el debate: “Que dicha adjudicación
tuviera lugar no por subasta, sino mediante sorteo, con derecho a entrar en él
todo vecino presentando la cédula personal; que el acto se celebre el día diez
del corriente, a las doce, en el salón de sesiones de esta Casa Consistorial;
que el reconocimiento pericial de los tablados tuviera lugar el día 13, antes
de las cuatro de la tarde; y que el precio de los tablados sorteados sea a
razón de tres pesetas por metro cuadrado, haciendo la medición después de
construidos, así como el del asiento en delantera de tendido una peseta y 0,50
pesetas para el corriente[2]”. La
propuesta, no obstante, contó con el voto negativo de varios ediles[3] que
se postularon por incrementar en 10 céntimos el precio de los asientos corrientes
de los tablados.
Por otra parte, respecto a las gradas
de la galería de la Casa Consistorial, se tomó el acuerdo de “no colocar las
gradas de otros años, existiendo en ella una separación con capacidad bastante
para el elemento oficial e invitados”, cuya regulación se deja a una comisión
municipal. Finalmente, se resolvió, a propuesta del alcalde, que “la cantidad a
entregar a los lidiadores que se contrataban para las corridas fuera la del año
último[4]”, sin
especificar ninguna cuantía.
Con el acuerdo municipal como
referencia, al día siguiente se redacta y publica el correspondiente pliego de
condiciones[5] para la adjudicación de
los tablados en el que se detallan todos los pormenores. El sorteo de los 20
tramos que quedaban libres se realizó el día previsto, 10 de febrero, siguiendo
las pautas establecidas[6]. No
obstante, aquellos propietarios que tenían reservados los tablados que no
salieron a sorteo, sintiéndose agraviados, redactaron y firmaron una carta nada
más enterarse del resultado de la adjudicación definitiva, exigiendo al consistorio
que respetase los precios que en años anteriores tuvieron sus tablados, el
mismo que regía cuando los asientos estaban a 0,50 pesetas, y que, “si mal no
se recuerda, era de 8 pesetas[7]”. La
pretensión no fue tenida en consideración y los precios de los tablados oscilaron
entre 20 y 40 pesetas, aunque la mayor parte de los mismos se adjudicó en 25
pesetas.
[1] No
era en sí un documento de identificación, sino que buscaba servir de
comprobante personal de haber satisfecho un determinado impuesto directo fijado
por niveles de renta, aunque también podía o debía utilizarse como documento
identificador. Al respecto, véase el trabajo de MARÍN CORBERA, Martí. La gestación del Documento Nacional de
Identidad: un proyecto de control totalitario para la España franquista.
Ponencia del II Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo, coord.
por Carlos Navajas Zubeldía, Diego Iturriaga Barco, 2010, pp. 323-338.
[2]
AHMCR. Libro de acuerdos de 1926. Sesión del 4 de febrero.
[3]
Domingo García Román, Daniel Julián Moraleja Hernández, Antonio Mateos Rico y
Valentín Sierra Sánchez.
[4]
AHMCR. Ibídem.
[5] “Pliego
de condiciones para el sorteo de los tramos de la plaza para la construcción de
tablados.
1ª.- Los
tramos de la plaza para la construcción de tablados se adjudicarán por sorteo
entre los vecinos que en él deseen tomar parte, a cuyo efecto presentarán sus
cédulas personales.
2ª.- El
acto del sorteo se celebrará el día diez del corriente mes, a las 12, en el
salón de sesiones de esta casa consistorial, bajo la presidencia del señor
alcalde o delegado que designe, con asistencia del segundo teniente de alcalde
en funciones de síndico y del secretario del ayuntamiento para certificar el
acto.
3ª.-
Dicho sorteo se llevará a efecto introduciendo en un globo las cédulas
personales presentadas y en otro los números de los tramos que se comprendan en
él y más abajo se dirán, extrayéndose de ellos sucesivamente tantas cédulas y
números como correspondan para la respectiva adjudicación.
4ª.- El
precio de los tramos que corresponden a los dueños de las casas en que apoyan
serán abonados en la depositaría municipal antes de dar principio a la
construcción de los tablados y también estos, por los que se refiere a los del
sorteo, antes de las cuatro de la tarde de la víspera de Carnaval, siendo
determinado el de cada uno de ellos, como después se dirá y en el caso de que
en indicada fecha y hora señalada no estuviese construido cualquier tablado de
la plaza, el señor alcalde dispondrá de ellos.
5ª.- De
ninguna manera podrá cobrarse cantidad alguna por la ocupación de tablados durante
los encierros y las pruebas de la mañana por ser costumbre tradicional.
6ª.- Los
tablados se harán en condiciones de seguridad con la obligación de efectuar en
este punto lo que ordene la autoridad en vista del reconocimiento que se
practicará.
7ª.- En
cuanto a la altura y demás condiciones que han de reunir, se estará a lo que
resuelva la autoridad local o su delegado, pero no podrá exceder aquella de
tres metros y medio en la parte posterior de los que no apoyen en las fachadas
de las casas.
8ª.-
Cuando haya hilos eléctricos que puedan alcanzarse desde los tablados, sus
dueños están obligados a cubrir aquellos con un cajón de madera en forma que no
pueda tocarse.
9ª.-
Dichos tablados han de estar terminados antes de las cuatro de la tarde del
sábado 13 del presente mes para que pueda practicarse el reconocimiento de los
mismos.
10ª.- No
se incluirán en el sorteo los tramos correspondientes a los tablados que el ayuntamiento
construye por su cuenta, el que se asigne para el contratista de la plaza y los
que se reserven para los dueños de las casas en que apoyan y para la
guarnición.
11ª.-
Los tramos indicados en el número anterior corresponden: los números 1 y 2 al ayuntamiento;
número 3 al contratista de la plaza; nº 7 y 8 a doña Macrina Prats; nº 9 a doña Agustina Sánchez; nº 10 a don Fernando Díez; nº 13 a don Agustín María
Bernardo; nº 15 a
don Julio Pérez; nº 16 a
don Adrián Vasconcellos; nº 19
a don Santiago M. García; nº 20 a doña Calixta Picado; nº 21 a don Enrique Cuadrado; nº 27 a don Luis H. Mirueña; nº 30 a don Alonso S. Conde; nº 33 a doña Isabel Alonso; nº 34 a don Alfredo M. Plaza; nº
36 y 37 a
don Agustín Sánchez; nº 39 a
la viuda de J. Herrero; y nº 40 y 41 para la tropa.
12ª.-
Los tramos que se incluirán en el sorteo serán los de los números 4, 5, 6, 11,
12, 14, 17, 18, 22, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 31, 32, 35, 38 y 42.
13ª.-
Los tablados de los tramos reservados para el ayuntamiento, contratista de la
plaza y guarnición están exentos de todo pago; los que se expresan en el número
11 abonarán respectivamente pesetas 25, 25, 25, 25, 25, 25, 25, 25, 30, 35, 35,
30, 25, 22, 20, 30, 25 y 40, y los de los señalados en el número 12 para el
sorteo abonarán a razón de tres pesetas metro cuadrado y serán medidos después
de construidos.
14ª.- El
precio de los asientos en los tablados no podrá ser superior a cincuenta
céntimos de peseta y en delantera será el de una peseta.
Ciudad
Rodrigo, 5 de febrero de 1926. Calixto Ballesteros. El secretario, Juan Ballesteros”.
[6] El
resultado fue el siguiente: Pedro Lemus
Rafael (tablado 14), Eugenio Báez González (6), Esteban García Sierra (28), Aureliano
de San Pablo (32), Rufino Bermejo Lozano (4), Martín Neto Martín (38), Pedro
Cuadrado Hernández (24), Miguel Montero Báez (17), Jesús Arroyo Arroyo (25),
Gregorio Alonso Peña (11), Santiago Aldehuelo Corredera (12), Fernando García
Pérez (5), Miguel Moraleja Rodríguez (35), Sergio Hernández Pérez (22),
Eleuterio Román Hernández (26), Eusebio Garduño Pérez (31), José García
Expósito (23), Juan José Sánchez Hoyos (18), Ramón Velasco Sánchez (42), Fermín
Trinchet Ávila (29).
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