Como era
habitual, un mes antes de la celebración de las carnestolendas el consistorio
acuerda la formación de una comisión que gestione todo lo concerniente a la
organización del Carnaval de 1934. La integrarán el propio alcalde, Juan del
Valle Santamaría, Aquilino Moro Ledesma y Severino Pacheco Diego. Poco después
trascienden los primeros acuerdos, que mantienen prácticamente la línea seguida
en los años precedentes. Por ejemplo, se establecen los premios para los
distintos concursos, primando el de carrozas para el que se destinan, en total,
650 pesetas –finalmente serían 600-. También se avanzan los carteles, que
quedarán definidos en los días siguientes con la correspondiente emisión
publicitaria –aparte de los carteles, se editará un folleto sufragado con
publicidad[1]-,
aunque falta por conocer la procedencia de los novillos, ya que solo se conoce
la aportación habitual de Severino Pacheco.
Cartel-guía del Carnaval de 1934 |
Los festivales quedarían concretados
con la celebración tres novilladas en la que se matarían, en cada una, dos
erales procedentes de las ganaderías de Heraclio Carreño Herrero[2], de
Tavera de Abajo, y de Severino Pacheco Diego, a quienes también se contratarían
los novillos de capea.
La información vinculada a la organización de los festivales era
adelantada por el semanario católico mirobrigense Miróbriga antes de que se divulgasen
los carteles anunciadores y la guía-folleto sobre el Carnaval de 1934. Además,
también se avanzaron los nombres de los toreros y novilleros que, en principio,
participarían en los becerradas con erales de muerte: para el domingo se
anunciaba a Paco Manzano, Chico de la
Botica, y a Pepe Chalmeta[3]; el
lunes actuarían Cayetano Ordóñez, Niño de
la Palma[4], y Pepe Gallardo[5]; y
cerrarían los festejos de muerte los novilleros Luis Gómez, El Estudiante[6], y
Alfredo Corrochano[7]. Un decir, porque a la hora
de la verdad no pisaron la plaza mirobrigense El Estudiante ni el Niño de la
Palma, que excusaron su presencia en Ciudad Rodrigo: el primero por estar en
tratamiento médico y el malagueño por haberse comprometido para torear aquel
domingo en Orán y no darle tiempo a desplazarse a nuestra localidad. Tampoco se
presentó Pepe Gallardo, quien no ofreció excusa alguna. Serían sustituidos por
Joselito de la Cal[8], Jaime Pericás[9] y
Pepe Neira, apodado Pepe-Hillo[10].
Páginas centrales del folleto anunciador de los distintos festejos del antruejo de 1934 |
Los ingredientes principales del
Carnaval mirobrigense y que nutren el capítulo taurino eran conocidos por el
público. Era la esencia, puesto que el resto del programa venía por añadidura,
como complemento. Pero mientras se acercaba el antruejo taurino, se iba
avanzando en los pasos para definir los espacios referenciales de las fiestas
mirobrigenses. Lo primero era adjudicar el cierre del coso taurino, que sería
adjudicado el 3 de febrero a un grupo de carpinteros –Jesús Gallego, Pablo
Rico, Jesús Sánchez Iglesias y Aniceto Moraleja- por 350 pesetas, con el
compromiso fehaciente que todos los carpinteros que se encontrasen en situación
de desempleo colaborarían con ellos y su trabajo sería remunerado
convenientemente. Además, como gracia municipal, a los constructores de la
plaza se les facilitaba para su uso el tablado número tres y la meseta próxima
a la puerta del toril[11].
Cartel del Carnaval de 1934 |
Por otra parte, siguiendo la
legislación vigente, se contrata el servicio de enfermería –médico-quirúrgico-
para atender los percances que pudieran presentarse en el desarrollo de los
festejos taurinos. El contrato se firma el 8 de febrero y se adscriben al servicio
los médicos de la beneficencia municipal de Ciudad Rodrigo: Marcelo Sánchez
Manzano, Ernesto Sánchez Hernández, José González Durán y Pedro Lorenzo Brusi[12].
Y, por supuesto, se procederá a la
tradicional subasta de tablados, que se había fijado para el mediodía del 7 de
febrero siguiendo las estipulaciones y condiciones de los años anteriores[13]. De
momento, se mantiene la tradición y solo podrá pujarse por los 22 tablados que
están libres, ya que los otros 20 se reservan para los propietarios de los
inmuebles en los que se estriban, si estuvieran interesados, o los de uso
propio del ayuntamiento.
Casi con simultaneidad –el 8 de
febrero-, a la vista de que el Domingo de Carnaval estaba a la vuelta de la
esquina, el alcalde mirobrigense, Juan del Valle Santamaría, envía al
gobernador civil de la provincia, José María Friera Jacobi, la pertinente solicitud
para celebrar los festejos taurinos, exponiéndole todos los pormenores de la
organización, incluyendo la procedencia del ganado y los lidiadores que en
principio iban a participar. Sin embargo, el presidente de la comisión gestora
se olvidó de significar en su escrito que, como era preceptivo, la celebración
de los espectáculos taurinos no acarreaba gasto alguno para el erario
municipal, “ya que para su abono contribuyen varios vecinos de la localidad,
los que pagan por hacer y explotar los tablados de la plaza; otros, como don
Severino Pacheco, cediendo gratuitamente toros que han de lidiarse y por último
toreando gratis todos los profesionales que toman parte en las corridas”[14]. La
adenda a la solicitud se formaliza el 10 de febrero, víspera del inicio del
antruejo.
Bando de Carnaval del alcalde Juan del Valle |
Por último, siguiendo también al pie
de la letra la legislación vigente, se da a conocer el listado y
características de los seis novillos de muerte, todos erales de dos años[15]. Y,
para el aprovechamiento de su carne, se firma el correspondiente contrato con
los carniceros de Ciudad Rodrigo, quienes comprometen el abono de 26 pesetas
por arroba, “rebajándose dos kilogramos por desperdicios por cada res y el
cuatro por ciento por oreo que marcan las ordenanzas municipales, siendo de
cuenta del Ayuntamiento el presentarlos en el matadero”[16].
Concluyen los preparativos y, ya con
el tradicional bando de la alcaldía en la calle, los mirobrigenses se aprestan
a divertirse, a disfrutar de los espectáculos taurinos y de toda la
parafernalia intrínseca al Carnaval, que duraría un día más de lo previsto, ya
que el encierro del martes con las reses de Severino Pacheco no pudo entrar y
se extendió la fiesta, con todos sus argumentos, al Miércoles de Ceniza.
El torero Alfredo Corrochano |
“Durante cuatro días la tranquila
Miróbriga se ha visto rebosante de forasteros que venían a disfrutar de
nuestros viejos carnavales, que tanta fama gozan”, se apuntaba desde el
semanario mirobrigense operativo por entonces[17]. Se
contó con un tiempo primaveral que facilitó una mayor animación,
“extraordinaria”, especialmente en la jornada dominical. Como casi siempre, el
redactor ensalza en la medida que puede todo lo concerniente al desarrollo del
antruejo: “Las fiestas puede decirse que han superado a las de años anteriores.
Las corridas, las cuatro, han sido superiores y las faenas que los diestros han
realizado superan a muchas que hacen los de ‘tronío’ en las plazas de primera
magnitud. Todos han quedado contentos del desarrollo de las mismas”[18].
Miróbriga
pasa a desglosar los distintos
capítulos que nutren el Carnaval rodericense: “Los encierros y desencierros, lo
más típico de nuestros carnavales, se celebraron el domingo y el lunes con
absoluta normalidad, aún cuando el último de dichos días uno de los novillos de
muerte se escapó por los alares de la Plaza del Conde y recorrió varias calles,
en las cuales sembró el pánico. Varios mozos le ‘echaron’ el guante y le
retornaron a la calle de Madrid, desde donde fue tranquilamente -con la natural
y consiguiente diversión para los de a pie- a la Plaza Mayor”.
El Estudiante |
No fueron tan bien las cosas en el
encierro del Martes de Carnaval. El primero, el del agricultor mirobrigense
Narciso Alaejos, entró con absoluta normalidad; pero el de Severino Pacheco,
nutrido con los novillos de muerte y otros de capea para completar el programa,
“no pudo celebrarse por causa de que varias veces se escaparon los toros; por
dicho motivo hubo corrida el miércoles”, señala Miróbriga.
Hasta las 11 de la mañana no se pudo
encerrar el ganado en el añadido carnavalesco del Miércoles de Ceniza; se
escaparon dos novillos “a poco de comenzar las carretas, los cuales fueron
‘atrapados’ por los mozos. Uno de ellos fue llevado en una camioneta a la
plaza”, matiza el redactor del citado semanario.
En cuanto a los desencierros, se
desarrollaron con normalidad, entendiéndose por normal que algunos novillos se
emplazaran en la calle de Madrid. “El miércoles, uno de los novillos, el que se
quedó en el Registro, tuvo que ser llevado a la plaza, de donde fue sacado de
madrugada”, aclara el periódico.
El público respondió con su
presencia en todos los festejos taurinos, tanto en las pruebas matinales como
en las corridas vespertinas. El ganado, en líneas generales, según apunta el
cronista de Miróbriga, resultó “muy
bravo, dando con ello lugar a que los diestros se lucieran en sus faenas y que
en la parte cómico-seria los achuchones y revolcones estuvieran a la orden del
día. Del ganado del agricultor señor Alaejos, mejor es no hablar”. Queda dicho
todo.
Joselito de la Cal |
Como se ha señalado, hubo que
recomponer los carteles taurinos ante la constatación de las ausencias
sobrevenidas, dos justificadas –Niño de la Palma y El Estudiante- y otra sin
comunicación alguna, caso del gaditano Pepe Gallardo. Abrió las novilladas de
muerte José Chalmeta, quien demostró su valía con el capote y los rehiletes. Tuvo
suerte con el ganado, bravo, y pudo lucirse con la capa. Con la muleta estuvo
desigual y mató de una estocada. Fue ovacionado.
El Chico de la Botica destacaba por
el manejo de la muleta, como lo demostró en la plaza mirobrigense. El novillero
zamorano realizó una “soberbia faena al bravo novillo del señor Carreño. En
ella vimos pases de todas las marcas y vistosos adornos, que hicieron que la
plaza le tributase continuas ovaciones y la música tocase su honor”, destaca el
crítico de Miróbriga. Tras emplear el
acero, el público le premió con una ovación y vuelta al ruedo.
Joselito de la Cal tuvo que
enfrentarse al novillo que se había escapado en el encierro del lunes, por lo
que se suponía mermado de fuerzas, como de hecho quedó en evidencia. Se esforzó
el novillero madrileño, premiado con los aplausos del público en la suerte de
banderillas. Estuvo vistoso con la franela y mató de media estocada. Ovación y
vuelta al ruedo.
Jaime Pericás |
El mallorquín Jaime Pericás se
presentó en Ciudad Rodrigo rumboso, entusiasmado por su inopinada cita en el
coso mirobrigense. “Tenía ganas de lucirse y de demostrar que es una de las
primeras figuras del escalafón novilleril y que puede entrar en el de honor por
la puerta grande”, apuntaba el crítico del semanario mirobrigense. El público
premió su entrega con el capote con una fuerte ovación, que repitió con la muleta
al intentar una faena que se aventuraba complicada dada la mansedumbre del novillo.
En la suerte postrera no estuvo fino: “Tres pinchazos soberbios, una estocada
hasta el puño y un descabello al primer intento. Ovación y vuelta al ruedo”,
matiza Miróbriga.
El también zamorano José Neira,
apodado Pepe-Hillo, sustituyó a El
Estudiante. Estuvo bien con el capote, siendo aplaudido por el público. “Con la
franela ejecutó una valiente y torera faena en la que vimos pases de todas las
marcas y estilos, que hace que el público le tributara calurosas ovaciones. Con
el estoque propina una entera al torete de Pacheco que le hace rodar sin
puntilla. Ovación y vuelta al ruedo”.
Pepe Gallardo |
Pero el triunfador del Carnaval de
1934 fue, con todo merecimiento, el diestro madrileño Alfredo Corrochano. Su
temple, su sabes estar y su dominio de las suertes quedó demostrado
especialmente con la faena de muleta, “la mejor que en nuestra plaza se ha
hecho en los años que en nuestros carnavales toman parte destacadas figuras”,
sentencia el crítico de Miróbriga.
“En ella vimos –continúa el crítico- pases de todas las marcas y estilos, dados
con esa gracia y elegancia en Alfredo innatas, adornos valientes y
espectaculares que hacen que el público todo se entregue al torero y le tribute
calurosísimas ovaciones que se van ligando como él ligaba unos y otros pases.
La música tocó en su honor y el público le obligó a prolongar su faena. Con el
acero larga un estoconazo que tumba al novillo. Ovación, vuelta al ruedo, las
dos orejas y el rabo y continuos saludos desde el centro del redondel”.
Ajeno al capítulo taurino, hubo un
concurso de comparsas en el intermedio de la corrida del domingo. El primer
premio se lo llevó la Comparsa del 34
y el segundo fue para la Comparsa
anunciadora. El concurso de carrozas se celebró en la tarde del lunes,
cosechando el primer premio la titulada Molino
holandés, presentada por el Club Deportivo Travesuras; en segundo lugar quedó
la carroza Patio andaluz, elaborada
por un grupo de obreros, y la tercera plaza fue para la carroza Parchessi. Desfilaron también las
carrozas Una sesión de un ayuntamiento
charro, recreando el cuadro de Vidal Arenal, y Barbería al aire libre.
Integrantes de la Comparsa del 34, primer premio del concurso del Carnaval de 1934 |
Por lo que respecta al apartado de
bailes públicos, se contó con una extraordinaria animación, especialmente los
celebrados en el Teatro Nuevo. Como ya era tradición, todas las tardes, después
de la corrida, se celebraron animados thés en el Hotel Turismo, a los cuales
“asistieron lo más granado de la población y visitantes”. No hace falta explicar
que los bailes del Casino Mirobrigense fueron la referencia de la sociedad mirobrigense,
resultando “animadísimos”.
El Teatro Nuevo acogió también cinco
actuaciones de la compañía de comedias que dirigía la actriz argentina Camila
Quiroga, que ya había pisado el escenario mirobrigense en otras ediciones
carnavalescas.
Como remate del Carnaval de 1934, la
comisión gestora municipal aprobó el resto de los capítulos contables del
presupuesto para esta edición, un conjunto de gastos menores que, en total,
supuso un desembolso de 2.868,05 pesetas, según el cuadrante siguiente:
Nº
|
Beneficiarios
|
Conceptos
|
Fecha
|
Pesetas
|
Pesetas
|
1
|
Aniceto Moraleja y otros
|
Construcción plaza
|
16/2
|
350
|
|
2
|
Santiago Gil
|
4 fijas y pasadores
|
10/2
|
8,25
|
|
3
|
Aniceto Moraleja y otros
|
Arreglos carpinteros
|
16/2
|
25
|
|
4
|
Santiago Gil
|
Fijas y palancas
|
16/2
|
4,90
|
|
5
|
Saturnino Domínguez
|
Pinturas plaza
|
18/2
|
7,80
|
|
6
|
Saturnino Domínguez
|
Pinturas plaza
|
18/2
|
4,75
|
|
7
|
Lázaro Zamarreño
|
Arrastres arena
|
9/2
|
74
|
|
8
|
Vicente Zamarreño
|
Arrastres arena
|
9/2
|
54
|
|
9
|
Francisco Pereña
|
Arrastres arena
|
9/2
|
27
|
|
10
|
José González
|
Arrastres arena
|
9/2
|
74
|
|
11
|
Gregorio G. Merino
|
Arrastres arena
|
10/2
|
54
|
|
12
|
Felipe García
|
Arrastres arena
|
10/2
|
27
|
|
13
|
Joselito de la Cal
|
Gastos viaje
|
13/2
|
175,75
|
|
14
|
José Chalmeta
|
Gastos viaje
|
13/2
|
40
|
|
15
|
Francisco Manzano
|
Gastos viaje
|
13/2
|
39,40
|
|
16
|
Pablo Rodríguez
|
Servicio plaza
|
14/2
|
101,50
|
|
17
|
Vda. de Andrés Martín
|
Hospedaje toreros
|
15/2
|
93,50
|
|
18
|
Juan Manzano
|
Hospedaje toreros
|
17/2
|
72,60
|
|
19
|
Miguel Vidal
|
Hospedaje G. Civil
|
15/2
|
15
|
|
20
|
Ambrosio Rodríguez
|
Hospedaje G. Civil
|
15/2
|
39
|
|
21
|
Juan Manzano
|
Hospedaje G. Civil
|
17/2
|
22
|
|
22
|
Luciano González
|
Servicio auto
|
7/2
|
70
|
|
23
|
Feliciano Álvarez
|
Servicio auto
|
10/2
|
70
|
|
24
|
Félix de Anta
|
Servicio auto
|
10/3
|
110
|
|
25
|
Vda. de Dionisio García
|
Maderas plaza
|
19/2
|
102
|
|
26
|
Jacinto Rodríguez
|
Dtivo Estudiantes Sala
|
11/2
|
51
|
|
27
|
Imprenta Mirobrigense
|
Impresos
|
17/2
|
67,50
|
|
28
|
Vda. de Vicente Cuadrado
|
200 bandos
|
17/2
|
12,50
|
|
29
|
Adrián Vasconcellos
|
Medicamentos
|
16/2
|
53,60
|
|
30
|
Isabel Alonso
|
Cintas divisas
|
1/3
|
4,50
|
|
31
|
Julián del Castillo
|
Toballas enfermería
|
17/2
|
2,50
|
1.756,55
|
32
|
Isidra Gutiérrez
|
Lavados
|
22/2
|
0,50
|
|
33
|
Inspector Proval de Sanidad
|
Reconto enfermería
|
7/2
|
165
|
|
34
|
Tres guías de los novillos
|
lidiados en corridas
|
11/2
|
412,50
|
|
35
|
Reconocimiento de plaza
|
reintegro documento
|
|
113
|
|
36
|
Reintegro expediente
|
Permiso de corridas
|
19/2
|
4,50
|
|
37
|
Isidoro Álvarez y otro
|
Jornales banderillas
|
|
115
|
|
38
|
Relación de jornales
|
4 al 10 de febrero
|
10/2
|
201
|
|
39
|
Relación de jornales
|
11 al 17 de febrero
|
17/2
|
100
|
1.111,50
|
Total........ 2.868,05
[1] La
“guía”, como así se define, fue “editada, incluso su portada [a color], por
Imprenta Mirobrigense. De ella se han hecho diez mil ejemplares y su excesivo
coste únicamente contribuyen a abonarlo los señores anunciantes que en ella
figuran y ninguna entidad oficial ha concedido subvención alguna”, explica el
editor en las páginas centrales.
[2]
AHMCR. Caja 301. Ibídem. En el expediente del Carnaval de 1934 figura el
contrato firmado entre el Ayuntamiento y el ganadero de Tavera de Abajo, quien
“se compromete a servir para los días 11 y 12 del presente mes, los toros
siguientes cada día: dos toros erales que serán lidiados y muertos en la plaza
y nueve novillos para ser capeados, por lo que el señor Carreño percibirá las
cantidades de 2.880 pesetas por los cuatro erales de muerte y 2.250 por los
diez y ocho de capea, que hacen un total de 5.130 pesetas”. Por otro lado, el
ganadero también firma el compromiso de “encerrar cada día los toros de las
corridas, llegando a dar, si fuera preciso, hasta tres intentos de encierro,
transcurridos los cuales quedarán sin encerrar y obligado el Ayuntamiento a
abonar su importe, si bien los trabajos de encierro no han de darse por
concluidos antes de las once de la mañana, debiendo comenzarse los encierros a
las ocho de la mañana”. El contrato está firmado el 2 de febrero.
[3] José
Chalmeta Buch, nació en Barcelona el 11 de febrero de 1910. Su afición le lleva
a participar en tientas y becerradas. Se viste de luces por primera vez en
Barcelona el 2 de julio de 1927. Se presentó en Madrid en 1933, formando terna
con el Niño de Haro, Félix Almagro y Eliseo Capillé, con toros del ganadero
salmantino Angoso; salió a hombros. Una grave cogida en la plaza de Tetuán de
las Victorias lo aparta de los toros. Su afición, no obstante, le reconduce de
nuevo a los ruedos en los años de 1934 y 1935. Sorprendido por la Guerra Civil,
su carrera taurina queda arruinada, como ocurrió con otros tantos toreros en
ciernes. Información extraída de El Ruedo,
suplemento 23 de 9 de mayo de 1967.
[4]
Cayetano Ordóñez Aguilera, Niño de la
Palma. Torero malagueño nacido en Roda el 4 de enero de 1904. Tomó la
alternativa en Sevilla el 11 de junio de 1925, de manos de Juan Belmonte,
actuando como testigo José García, El
Algabeño Hijo, con reses de Félix Suárez. Hizo la confirmación el 16 de
junio de 1925 en Madrid, apadrinado por Luis Freg y como testigo estuvo Nicanor
Villalta, lidiando toros de Vicente Martínez. Falleció en Madrid el 30 de
octubre de 1961.
[5] José
Gallardo Montesino nació en Barbate (Cádiz) el 4 de junio de 1909. Tomó la
alternativa en Barcelona el 25 de septiembre de 1932, de la mano de Manuel
Jiménez, Chicuelo, siendo testigo
Vicente Barrera, con toros del hierro de Julián Fernández. Su confirmación
llegaría el 28 de octubre de 1934 en Madrid, apadrinado por Marcial Lalanda y
siendo testigo Manolo Bienvenida, con reses de Juan Sánchez. Falleció en Cádiz
el 1 de abril de 1988.
[6] Luis
Gómez Calleja, El Estudiante. Torero
madrileño nacido en Alcalá de Henares el 19 de febrero de 1911. Tomó la
alternativa en Valencia el 20 de marzo de 1932 de manos de Marcial Lalanda y
actuó como testigo Vicente Barrera, con toros de Carmen de Federico. La confirmación
en Madrid le llegaría el 21 de abril de 1932, apadrinado por Joaquín Rodríguez,
Cagancho, actuando de nuevo como
testigo Vicente Barrera y lidiando reses del Duque de Tovar. Falleció en Madrid
el 14 de julio de 1995.
[7]
Alfredo Corrochano Miranda nació en Madrid el 5 de octubre de 1912. Tomó la
alternativa el 28 de febrero de 1932 en Castellón de la Plana, apadrinado por
Marcial Lalanda y como testigo estuvo Domingo Ortega, toreando reses de Carmen
de Federico. Se confirmó en Madrid el 12 de mayo de 1932 de la mano de Manolo
Bienvenida, siendo de nuevo testigo Domingo Ortega, lidiando reses de Argimiro
Pérez Tabernero. Falleció en Granda el 27 de agosto de 2000.
[8] José
de la Cal y Segura, Joselito de la Cal.
Novillero y banderillero madrileño nacido en la capital el 16 de agosto de
1913. Se enfrentó por primera vez con una res en un tentadero del salmantino
Heraclio Carreño, amigo y cliente de su padre –era procurador de los
tribunales-, y cuando tan solo tenía siete años. Mató su primer becerro el 3 de
julio de 1927 en la Ciudad Lineal. Después de actuar en distintas becerradas,
debutó con caballos en Vista Alegre en la temporada de 1929. En 1931 varias
empresas le ofrecieron tomar la alternativa, que no aceptó por el respeto que
imponía el elenco de matadores de toros. Estuvo en activo como novillero hasta
1945, alternando ya como hombre de plata. Fue profesor de la Escuela de
Tauromaquia de Madrid.
[9] Jaime
Pericás Ripoll nació el 14 de marzo de 1916 en La Alquería Blanca, cerca de
Palma de Mallorca. Tomó la alternativa el 17 de marzo de 1936 en Valencia,
contando como padrino con Domingo Ortega y de testigo a Rafael Ponce, Rafaelillo, lidiando reses de Antonio
Pérez de San Fernando. La confirmación en Madrid fue el 2 de julio de 1936 de
la mano de Manolo Bienvenida y actuando como testigo Domingo Ortega. Murió en
Palma de Mallorca el 10 de septiembre de 1989.
[10]
Novillero zamorano.
[11]
AHMCR. Ibídem.
[12]
Ibídem.
[13]
Ibídem. Los tramos libres, los que realmente se subastan, fueron adjudicados a
Daniel José Moraleja (tablados número 4 y 18), Pío Ramos (5 y 38), Eusebio H.
Castilla (6), Salvador Báez González (11), Felipe Martín Álvarez (12), Eugenio
Bernal (14), Eladio González (17), Sebastián Moreno (22), Antonio de Aller
(23), Jesús Andrés (24), Felipe Domínguez (25), Casto Trinchet (26), Marcelino
Ruiz (28), Isidoro Báez (29), Ignacio Sierra (31), Manuel Montero (32), Manuel
García (35), Luis Moraleja (40), Eladio González (41) e Ignacio Comillas (42).
El consistorio recaudó por estos tablados 3.125 pesetas.
[14]
Ibídem
[15]
Ibídem. “Reseña de los novillos que han de lidiarse durante los días 11, 12 y
13 del actual. Día 11 de febrero, novillos de D. Heraclio Carreño: 1º.- Berboso, berrendo en negro de dos años;
nº 20; 2º.- Lobito, negro meano de
dos años; nº 50. Día 12 de febrero, novillos del mismo ganadero: 1º.- Cartujo, negro tostado de dos años; nº
85; 2º.- Cuervo, negro tostado,
bragado, de dos años; nº 39. Día 13 de febrero, novillos de D. Severino
Pacheco: 1º.- Lucero, berrendo en
negro de dos años; nº 87; 2º.- Lamparillo,
berrendo en colorao de dos años; nº 66. Ciudad Rodrigo, 8 de febrero de 1934.”
[16]
Ibídem.
[17]
Número del 18 de febrero de 1934.
[18]
Ibídem.
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